sueño que estoy en el macba con gerardo mosquera en una exposición extraña que no distingue los espacios de la muestra de arte y la tienda. es decir, el museo es una tienda donde los productos son tratados con el cuidado de obras de arte. o, el museo expone obras que no son piezas únicas y que están a la venta, a precios bastante accesibles, si es que fueran obras de arte. gerardo me habla como si fuera garcÃa canclini, es un tema relacionado con la cultura popular. al mismo tiempo hablamos de barcelona, y de drogas sicotrópicas (como solemos hacer). entra mucha luz y el museo sólo es una planta baja. miro en un expositor una pieza que es un platito con una gallina, un pato y unos pollos hechos de cerámica pintada. es como si fueran de greda de quinchamalÃ, pero pintados de colores, verde, blanco y rojo. lo tomo en mis manos como si fuese a comprarlo, sé que de esa pieza hay unas 40 copias y que cuesta 90 euros. hablo con gerardo. y salgo. afuera hay un evento público, silvia rivera cusicanqui está dando una conferencia bajo el sol. hay un escenario enorme, pasto artificial, y la referencia más directa de cómo está dispuesto el espacio es el sónar, pero claro, no es el sónar, es silvia rivera cusicanqui dando una conferencia. en el sónar no hay tantos migrantes ni personas racializadas como ahora, pero el contexto sigue siendo parecido. accedo a ese espacio por la parte trasera de escenario y me doy cuenta de que me robé el plato con los pollos y gallinas. y sobre todo me doy cuenta de que no tengo espacio en mi casa como para poner algo asÃ: artesanal y sin función utilitaria. digo: “¡mierda! me acabo de robar una obra del macba, qué cagada, no sé ni a quién puedo regalárselaâ€. se me pasa por la cabeza devolverla, incluso pagarla, pero me parece un gesto inútil, tan inútil como el plato. pienso enviarla a chile de regalo a mi madre o a mi tÃa, pero considero que es muy estúpido enviar a chile un producto artesanal sobrevalorado que parece hecho precisamente en chile. me lo guardo en la mochila intentando mantener la verticalidad de la composición, los pequeños animales no están adosados a la base y todo parece bastante frágil. de mi mochila saco un plástico de burbujas e intento acomodarlo todo de forma adecuada porque lo interesante ahora es la conferencia, pero entonces despierto.
liberar a la vieja culiá
esto es para nosotras, para las que siempre fuimos nosotras y ahora, a veces, nos sentimos las otras. quiero escribir esto para organizar un poco cosas de borracha que le grité a alguien mientras sonaba un reggaeton demasiado fuerte porque no calculamos y al ponernos en primera fila nos tocó al lado del altavoz y no sé si me escuchó bien, no sé si me escuché bien, fuerte y claro.
para escucharme yo, por eso escribo, para no olvidar que es a mà a quien quiero decir esto.
anoche nos tocó a nosotras lo que supongo le solÃa tocar siempre a otras. ayer estábamos rodeadas de lo que identificamos como jóvenes, como “feministas jóvenesâ€, y eso pasó porque nosotras éramos excepcionalmente pocas o no conocÃamos a tanta gente y asà nos convertimos como por arte de magia o causalidad fortuita en “las otrasâ€. Siempre es duro ser el otro, aunque la experiencia sea necesaria. un dÃa la fiesta amanece llena de tullidos y te sientes demasiado capaz. un dÃa la fiesta es de negras y te sientes toda blanca. un dÃa la fiesta es de varones cis y te sientes la personificación de la exclusión, y con esa evocación circunstancial, el último reducto feminista del universo. ayer eran las “jóvenes†alrededor, podrÃan haber sido las bellas, las ricas, las blancas, las currantas…
siempre me ha llamado la atención lo fácil que es ser identificada como “feminista jovenâ€. a veces siento que hasta que me llegue la menopausia seré leÃda en espacios feministas como “jovenâ€. y claro, no es para menos, las formas de vida han cambiado, y hoy una sigue compartiendo piso, sin trabajo ni familia, una vive formándose y reformándose y prolongando el carácter adolescente ad infinitum. lo que antes era propio de la juventud ahora está dilatado, si antes la gente vivÃa hasta los 60, hoy lo puede hacer hasta los 100. hoy una “feminista joven†perfectamente puede tener 45 o 50 años, dependiendo de qué feministas se rodee y a pesar de la rigidez de los documentos, ser o nos ser “feminista joven†termina siendo algo muy contextual.
anoche en la fiesta la media de edad era como 23 años y nosotras como que automáticamente nos convertimos en el reducto anciano, ni tan diferentes ni tan viejas, pero con la inminente sensación de estar grandes. supongo que para cada una fue diferente, supongo que cada una se lo vivió como le salió o como pudo. “esta procesión debe ir por dentro†dije en un momento, y tampoco estaba muy segura de que tuviera que ser asÃ, sólo querÃa que dejáramos de hacer alarde de nuestros años, de nuestro feminismo, de nuestro tiempo en común, porque al final me parecÃa que era solo la representación y garantÃa de nuestra propia incomodidad, de una incapacidad para ser la otra en ese momento.
a veces he oÃdo a feministas hablar de “relevo generacionalâ€, una idea que denota de alguna forma que el espacio ha de ser reemplazado por otro grupo más joven en su organización, como si los grupos fueran cosas tan cerradas, y como si asumiéramos que no nos mezclamos generacionalmente. a veces me he sentido infantilizada por feministas mayores que yo, y he sentido en esa demarcación los signos del desprecio hacia quien aparentemente todavÃa no hubiese entendido algo.
pero amigas, no podrÃa haber relevo posible si no hubiese apropiación etarista en un espacio. esto del relevo no me gusta, es presuponer unas “responsablesâ€, como si los grupos fueran claramente diferenciables, como si en el feminismo unas viniesen a reemplazar a otras, como si las cosas no se solaparan, mezclaran y contagiaran.
de todas formas tengo que ser honesta, algo incómodo se sentÃa ser mayor, un efecto asociado probablemente a la obsolescencia que la producción capitalista nos recuerda a diario, donde lo viejo ya no sirve y se desecha. o un efecto de qué se yo, de que en el fondo una es súper normativa y valora lo nuevo sin cuestionarlo demasiado. en cualquier caso la incomodidad estaba ahÃ, aunque fuera incluso divertida sentirla porque hacÃa cosquillas. y todavÃa más incómodo que sentirse vieja, mucho más, era la necesidad de remarcar la diferencia, de enfatizarnos como mayores y diferentes, como otra cosa. quizás ante nuestra autopercepción como viejas se hacÃa necesario contrarrestar el malestar y la crueldad del enunciado resignificándolo, como una especie de superioridad basada en los años. en un momento creo haber escuchado cosas que hacÃan entender que las feministas jóvenes eran una especie de subproducto nuestro. ¿en serio eso decÃamos? ¿de verdad necesitamos comentarios asà para poder bancarnos lo incómodo que resulta hacerse mayor?
amigas, tenemos que renunciar a la arrogancia del mayor, a la arrogancia del varón, a la arrogancia del patrón. no reproduzcamos esas jerarquÃas, al menos no en estos espacios. entiendo que ante la prepotencia de un machito pijo de 22 años una le diga “mira chaval, te falta un montón por conocer†y que la performance de la superioridad ahà sea más que nada un gesto de autodefensa, pero ante una feminista joven que se sube a un escenario con una guitarra a cantar sus canciones feministas, no hace falta.
escribo esto no porque esté liberada de esta máquina de jerarquÃas, sino porque soy parte de su producción y perpetuación. escribo esto como conjuro para ir horadando las bases de estas estructuras que nos atraviesan y que nos oprimen, porque creo que ante el desconcierto de ser “la mayor†(y a pesar de que es un hecho totalmente circunstancial porque vámonos a “la casa feminista†de la ciudad (para qué nombrarla si en todas partes hay un espacio asÃ…) y seguiremos siendo “la joven†prácticamente hasta los 50 años) y ante la opresión que el capitalismo te impone por envejecer y por no corresponder a las lógicas de lo que una mujer en vÃas de ser cuarentona deberÃa ser, una tiende a defenderse como puede, a fortalecerse en su malestar. pero creo que serÃa más transformador quedarse simplemente sintiendo los efectos del capitalismo productivista en nuestras subjetividades, verlos, verlos ahà tan esporádicos en medio de un “mundo ideal†como es la fiesta feminista, soplarles con suavidad y ternura, verlos desaparecer. o por último colectivizar el malestar de ese efecto, porque ni siquiera sentirse vieja es un problema personal.
amigas, colectivicemos todo eso y seamos parte de un espacio múltiple y diverso, sin culpa, sin frustración, y quizás entonces podrán venir las que son mucho más “otras†que nosotras sintiéndonos eventualmente otras, las que en una “redada polÃtica†no tendrÃan ningún carnet que sacar, las que se sienten mal por ser distintas a nosotras, las que hablan mal, las que no manejan el léxico, las que no salen porque no tienen ni para birras de un euro, las que no salen porque tienen hijos o muletas o gorduras o malestares tan contundentes como los que te dejan en casa, las que se ven en estos contextos tan distintas que no vienen porque ni siquiera pueden marcar esa diferencia que sienten inscrita en su piel. diferentes pero haciendo coreografÃas en las horizontales, bailar la geometrÃa irregular de los muchos caminos cruzados, juntas en la maraña de la complejidad como un gesto de dispendio, de insolencia o sobre todo de inaguantable placer.
lo que la seguridad digital puede despertar
cuando volvÃa de nicaragua, en la escala en miami, varios policÃas sistemáticamente y con el beneplácito de sus protocolos violaron mi privacidad. me dijeron que mi maleta debÃa ser registrada, pero aunque mi maleta resultaba inaccesible para ellos (mi maleta no era tan fácilmente interceptable como yo en una escala), se tomaron la molestia de intimidarme con una serie de preguntas. ¿qué hiciste anoche? ¿qué has comido en los últimos dÃas? ¿con quién? (¿qué apellidos tienen esas personas?) ¿dónde comiste? ¿te emborrachaste anoche? ¿cuántas cervezas bebiste y en cuánto tiempo? ¿cómo se llamaban los locales en los que consumiste comida en managua? ¿traes cosas ilegales en tu maleta? ¿estás segura de que nadie pudo introducir algo extraño en ella? ¿estás segura de que no te drogaste en managua? ¿cuánta ropa traes? ¿para qué usaste el bañador? ¿quién pagó tu billete? ¿lo pagó en efectivo o con tarjeta? ¿por qué te vistes asÃ? ¿no crees que tu mochila parece la de alguien que se droga? etc. etc.
me sentà abatida.
cada policÃa me advertÃa que era no sólo su deber sino también su trabajo preguntarme cuanto quisiera. “pisar estados unidos significa aceptar nuestras leyes, y es parte de nuestras leyes interrogarte y revisarte cuantas veces queramos†(sic).
existen muchas formas de violar tu intimidad, muchas formas de hacer añicos tu privacidad, y de hacerte sentir en el ojo de una macroestructura que te observa, muchas veces, sin que te des cuenta.
y no nos damos cuenta de nuestra privacidad hecha añicos ni de nuestras vulnerabilidades estructurales porque muchas veces los dispositivos en los que vivimos son cajas negras que no expresan la forma en la que están hechos, sus materiales o motivaciones. sabemos que nos observan y controlan, pero no sabemos bien si es paranoia o si efectivamente está sucediendo. desde los 11 años he sentido que me siguen en la calle, no hace falta que lo explique… y son dispositivos que operan en nuestro imaginario, atravesado por nuestras experiencias y por muchas otras cosas. nuestro imaginario, esa cajita que tampoco sabemos bien cómo funciona. todo esto es posible verlo también con nuestras máquinas (o cuerpos) personales, donde nada está expuesto para que podamos saber cómo funciona. usamos un e-mail que sin preguntarnos nada accede a nuestra información, como si en esa “caja con rayos x†en la que me metieron en el aeropuerto yanqui pudiesen ver, efectivamente, todo lo que has comido, amado, bailado y dicho en tus e-mails de porquerÃa. porque sÃ, al menos en mi caso, la mayorÃa de mis e-mails son porquerÃas, pero son mis porquerÃas, y quiero poder decidir a quién se las digo.
estar en nicaragua compartiendo con tantas mujeres fantásticas hablando todo el dÃa de seguridad e informática me hizo pensar muy fuerte en las condiciones de vulnerabilidad de nuestras vidas y en las posibilidades de aminorarlas. y ya no sólo en términos de computadoras, softwares y aplicaciones, sino en vulnerabilidades del más allá (o del más acá). cómo se te filtran los discursos de odio que la cultura te ofrece personalizados desde el momento en que naces, cómo incorporas la vigilancia de tus afectos, cómo expones tu propia presencia muchas veces sin darte cuenta, una identidad.
soy una persona pública. llevo años exponiéndome y de alguna forma es porque he elegido ser visible. obviamente no sé cuán visible soy, no tengo el control de mi propia exposición u ofuscación, y eso puede ser peligroso. me he preguntado muchas veces cómo surfear entre la exposición y la ocultación, y me lo he preguntado especialmente (no porque sea una vocera de nada en especÃfico) sino porque desde las polÃticas feministas la visibilidad, la voz y la agencia han sido elementos centrales. a veces desaparecer es hacer desaparecer también una voz, una vivencia, una violencia. por eso no quiero que nadie se calle, pero al mismo tiempo, no quiero que nadie se ponga en riesgo.
no sé cómo resolver estas dudas. pero tengo la sensación que mientras más nos juntemos a experimentar y compartir, a conocer juntas las herramientas disponibles en los espacios digitales (que son paralelos y muchas veces equivalentes a los de nuestra vida analógica), más fuertes nos vamos a ir haciendo. y no es que quiera precisamente dejar de ser frágil, sólo quiero dejar de estar insegura.
mi sexualidad es una creación artÃstica (liberado por fin!)
no sólo del 15m se cumplen 5 años, también del estreno de este documental sobre postporno en barcelona que fue en muchos sentidos una sorpresa. hoy por fin tengo el placer de comunicar que está liberado en la red y en el lugar exacto que estaba esperando para hacerlo: el servidor feminista anarchaserver, un proyecto que también lleva varios años de fermentación (y sigue en ella) y en el que hay mucha gente linda involucrada. agradezco a la hermosa anamhoo haber ayudado a que el docu se pueda hacer público hoy, y por supuesto a todas las que participaron y han acompañado el recorrido de esta pelÃcula. gracias a todas.
http://zoiahorn.anarchaserver.org/misexualidad/
mi bibliografÃa digital
como parte de los ejercicios de cierre de este año que ha estado lleno de textos, pensamientos y teorÃas increÃbles quiero compartir la bibliografÃa digital que usé durante la escritura de mi tesis (temas relacionados con postpornografÃa y feminismo). llevo años acumulándola. quizás he gastado más tiempo husmeando en bases de datos y páginas de descarga de libros feministas que escribiendo la tesis, sumergida en este gesto de procastinación ilustrada que configura en gran medida una investigación.
exponer la bibliografÃa, y su clasificación, lo que se ha leÃdo, o más bien todo lo que en algún momento se ha pretendido leer, es enseñar algo muy Ãntimo. es como exponer la grandilocuencia pormenorizada de la pretensión polÃtica, cosmogónica e intelectual de un perÃodo especÃfico y personal. es mostrar las derivas ocultas en los sistemas de clasificación, sus errores, desperfectos y carencias. es exponer el coleccionismo digital, el propio ánimo de acaparamiento, y los circuitos y flujos de conocimiento a los que se ha podido acceder.
entre estos 6.2gb hay muchas ideas excelentes y muchas más que no conozco pero que he querido recopilar durante los últimos 5 años. te recomiendo que descargues lo que te interese lo antes posible porque no sé cuánto tiempo estarán on-line. he intentado tomar precauciones. si efectivamente no le importamos a nadie, los archivos estarán disponibles para siempre… pueden haber tÃtulos repetidos y archivos mal nombrados. este catálogo es absolutamente imperfecto.
autorxs
temas
espacio y queer – ciudad y sexualidad
historia feminista en el reyno de españa
negatividad queer_vulnerabilidades_cosas malas
Otras Investigaciones sobre el tema
pedagogÃa y educación feminista
Queer en general, tercera ola y postfeminismo
Queer, Cuir y Kuir en Latinoamérica
mis 6 últimos meses
cuando me preguntan qué he estado haciendo, la respuesta es esto (lo que veÃa mi ordenador durante estos meses). se ha tratado de un proceso repetitivo, pero interesante. inmersión máxima. como dijo la berzoza, ya no se puede opinar, sólo hacer gif’s. también he hecho un tumbrl con algunas generosas aportaciones, consejos, comentarios y sugerencias.
open call (carta imaginaria en mensaje de voz a amigxs imaginarixs que no conozco y que probablemente nunca llegue a conocer)
queridx follatrix,
estoy disponible para cualquier intercambio sexual. tengo el mismo cuerpo con los mismos agujeros de siempre, nada ha cambiado. soy la misma que pudiste ver en alguna fiesta o en un estado de facebook al que de momento no daré me gusta. soy esa, simplemente, pero estoy más dispuesta que nunca. he de advertirte que paso por un perÃodo complicado: gasto mis dÃas en una incubadora de piedra frente a un monitor, me duermo pronto, me levanto temprano. lo primero que hago después de apagar el despertador es un zumo de naranja. luego me voy a la incubadora. no bebo alcohol ni fumo cannabis entre semana. no doy mucho juego en una conversación. mis problemas principales se basan en bibliografÃas incompletas, referencias incorrectas o desactualizadas, la obsesión de la pornografÃa (mainstream y feminista) con el tema de la “autenticidad†y una serie de archivos que a diario altero mÃnimamente para luego comprimirlos todos juntos en formato *.zip. me preocupa muchÃsimo no colapsar mi casilla de dropbox con el fin de que cada mÃnima e insignificante modificación quede fielmente respaldada en un servidor de la cia que supongo ubicado en palo alto. pero de todas esas cosas que me preocupan la verdad es que prefiero no hablar. asà guardaré silencio. prefiero no beber coca-cola porque podrÃa afectarme el sueño, ni mucho café. con el calor que hace lo que más consumo es agua, pero está prohibida su entrada en la incubadora=tengo la piel un poco seca. total, que no hablo mucho, prefiero no quejarme, mis articulaciones se encuentran un poco oxidadas, tengo poquÃsimo tiempo y la cabeza en cualquier sitio menos donde deberÃa estar. desnucada como me hallo y sedienta, sobre todo de un poco de remezón, es que abro esta convocatoria pública para anunciar que soy un cuerpo absolutamente dispuesto al revuelque, pero tal como está el panorama, lo que en realidad ofrezco con toda la humildad que estoy cultivando en este perÃodo, es a mà misma durante unos minutos en calidad de muñeca hinchable. no requiero pilas adicionales. todo gratis.
masa madre
el resultado material de la relación incestuosa que mantuve con daniel egaña rojas durante 3 semanas y media entre febrero y marzo fue un frasco de masa madre. la masa madre es materia viva hecha de harina, agua, calor y aire. se mezcla, se agrega, se quita, se alimenta. bacterias y microorganismos aéreos se van asentando en la masa blanda que con el pasar de los dÃas va adquiriendo olor a alcohol, burbujas, espesor. materia viva que guardamos en un frasco de cristal y que alimento cada dÃa.
el proceso tardó bastante más de lo que indicaba en internet. pensé que estaba haciéndose del aire que respirábamos, de nuestros vapores, de las palabras que se dicen dormidx, de la humedad que exhuda el cuerpo, de cuánto vapor se genera con cada palabra, con los aires de las señales wi-fi de la humanidad, y con el aire de mis compañeras de piso, el que entra por la ventana, la polución de barcelona, el frÃo que hay. no hicimos un tutorial. la única documentación del proceso de gestación fueron 4 imágenes enviadas por whatsapp y que en el fondo no indicaban más que la distancia fÃsica respecto al frasco que uno u otra tenÃamos en algún momento de capturar la imagen, durante los 12 dÃas de gestación.
es muy maravilloso el asunto, una metáfora perfecta para muchos procesos, tal como bien lo saben aviv y vahida (a través de su proyecto microculturas en colaboración con los microrganismos)
hasta hoy, dÃa en que se cumple un mes desde que se fue daniel, sigo comiendo el pan que yo misma hago con esos bichitos que crÃo sobre mi escritorio y que son quienes mejor conocen todos los llantos, risas y pajas que me he hecho durante las últimas semanas.
pretendÃa hacer un tutorial. pero en realidad la cosa que más he pensado viendo crecer al bicho era en la tesis. desde hace bastante tiempo pienso en la tesis como un proceso de fermentación donde por lo visto aunque los ingredientes estén, hacen falta quizás algunas condiciones para que eso no solo manifieste su vitalidad sino que también adquiera una materialización formal concreta. humedad, calor. humedad y calor para agilizar el ritmo de mi mente y la emancipación de mis manos en la escritura tecnificada de una tesis. moshe tiene una nevera de calor en la que pone el tempeh a hacer. él ya sabe cuáles son las condiciones que necesita ese proceso, incluso sabe su duración total. puede, relativamente, programar la producción de su maravilloso tempeh. yo quisiera poder hacer eso con la tesis. poder meterme a una nevera de calor, o poner mi cuerpo y mi cerebro allÃ, y dejar que salga algo después de unas horas.
la masa madre mientras más antigua es, mejor funciona. sus humores se van asentando, adquiere carácter y fija sus propiedades. me gusta poder compartirla y pensar que esa parte que cultivará otrx va a mutar según los aires que le de con su contexto. si traslado esto a la investigación que he estado haciendo también puedo imaginar partes del proceso que he compartido y que han continuado su vida útil lejos de mÃ.
lástima que sólo dispongo de métodos tradicionales para agilizar (o quizás ralentizar) la fermentación de mi tesis. me limito a estar sentada frente a un ordenador organizando citas, viajando por textos de feministas muertas, escribiendo y re-escribiendo las cosas una y otra vez. pero cuando digo viajando no es mi cuerpo el que se transporta a través de los textos, sino esas escrituras las que me atraviesan y viajan en mÃ. no logro calcular el impacto ni la profundidad de las burbujas de sus letras en mi carne, supongo que como en la masa madre inciden una serie de factores que no somos capaces de ver. pero los agujeros sà los siento. estar agujereada es una sensación de lleno y vacÃo a la vez.
polÃticas de riesgo
el 8 de marzo de 1857* en nueva york un empresario decidió encerrar y quemar a las trabajadoras de su empresa para que no se manifestaran en contra de las pésimas condiciones laborales en las que trabajaban.
en chile, en marzo del 2015, un empresario mantiene encerradas en un container a las trabajadoras durante la noche, no se sabe por qué ni para qué (“son polÃticas de la empresa dice otro trabajador que al tener pene no ha sido encerrado a pesar de trabajar para la misma empresa). durante un desastre natural de los que en chile hay muchos, los containers son llevados por el agua, las mujeres encerradas no pueden escapar, y mueren como las de 1857, sólo que en lugar de quemadas lo hacen ahogadas.
a veces hacer acciones polÃticas no conlleva ningún riesgo, o uno bastante leve. se pueden hacer estas acciones en un museo, en un video en youtube, en un flyer, en mi blog… lo que resulta realmente riesgoso es estar incluso al margen de lo polÃtico. entonces te pueden hacer dormir en un container bajo llave, encerrarte por ser extranjero o meterte en una cámara de gas con argumentos a los que nadie exige siquiera explicación.
el capitalismo como centro de exterminio, el trabajo asalariado como borramiento polÃtico.
anoche fui a una manifestación en contra de las prisiones frente a la cárcel modelo, en barcelona. para entrar al cuadrante de la prisión y de la convocatoria de la mani un contingente policial absolutamente desproporcionado revisaba a cada persona que deseaba acercarse. tuve que abrirles mi mochila a 3 mossos, sacar todo lo que tenÃa dentro (y yo temiendo por el tema de la marihuana…) y llegar a la manifestación ya bastante intimidada. habÃan aproximadamente 4 mossos por manifestante y una lechera por cada 3. mientras caminábamos al costado de la manifestación una fila densa y tupida de policÃas encapuchados rodeaba al grupo manifestante. en un momento me doy cuenta de que soy tan ilusa que he ido sola, que hace 2 dÃas han aprobado la ley mordaza y que la ilegalidad se convierte en peligro inminente.
pienso entonces en los riesgos de lo polÃtico, de sus acciones y manifestaciones.
prácticamente al mismo tiempo que el tribunal supremo anula la absolución de 8 encausados por haber estado en el parlament hace unos años (condenándoles a 3 años), en el museo de arte contemporáneo de barcelona censuran una pieza de una exposición, despiden a los comisarios y renuncia el director. durante esos dÃas mi facebook se llena de comentarios de desaprobación y exigencias de justicia. pero la mayorÃa de esos gestos se orientan a la indignación causada por lo sucedido en el museo. es cierto, me junto con demasiadxs artistas… es cierto la censura es nefasta… pero no puedo evitar sorprenderme ante tanta indignación por una censura museal confrontándola a estas otras censuras, que son a vidas completas. muchxs amigxs sostienen que lo simbólico y epistémico es un campo de batalla equiparable al material. nuestra herencia marxista ya ha dado pruebas que estas jerarquÃas entre lo material y lo simbólico ayudan muchas veces al patriarcado y nos han hecho invisibilizar violencias estructurales que existen y operan también como asesinato desde lo simbólico, pero yo sigo con esta herencia de la izquierda muy fuerte en mi interioridad y me cuesta muchas veces ponerlas al mismo nivel (¡ayuda!).
me resisto a hacer una olimpÃada para ver qué acción polÃtica es más válida que otra, no quiero hacerlo, ni pensar algunas acciones como unas que no logran “llegar†a constituirse como “realmente†polÃticas. todos los frentes son válidos, todos importantes. pero me resulta inevitable sentirme banal a veces en algunos posicionamientos que yo misma adopto.
las mujeres que eran encerradas cada noche en un container del norte de chile, lo eran sencillamente por el hecho de ser mujeres, o más allá de ser mujeres, por tener vagina. un binario explÃcito, literal, heteropatriarcal y superfluo para las visiones del género constructivistas que consideran que la mujer es un sujeto polÃtico caduco que hace aguas y que no resulta suficiente para activar al feminismo. ese sujeto polÃtico denostado, la mujer blanca, hetera y de clase media se superpone a un sujeto invisible, en este caso las mujeres pobres del norte de chile.
las prisiones y los containers están llenos de personas que no son leÃdas como sujetos por el capitalismo ni por los museos, ni como sujetos polÃticos, ni como sujetos a secas. no quiero hacer valoraciones de lo polÃticamente válido, me resisto a ser yo quien establezca esa discusión inconducente, ya lo dije. sin embargo me gustarÃa poder, como persona que tiene el privilegio de ejercer la polÃtica desde unos espacios de seguridad bien tranquilos y con la libertad de autoenunciarse como sujeto activo, ser más autocrÃtica en las demandas y poder decirnos a todas las del lado de acá que siento que los riesgos son pocos y que nuestro poco riesgo nos lleva también a borrar personas y vidas. es una sensación nada más. encantada de discutirlo y de pensar formas en las que vivir polÃticamente sea una cuestión de acceso universal (y no un ticket de museo).
* respecto a la fecha de la quema de mujeres en la fábrica hay versiones distintas, en 1857 fue al parecer la primera manifestación que derivó más tarde en el exterminio colectivo:
– http://centros.edu.xunta.es/iesgamallofierros/webantiga/web_filo/8demarzo.htm
– http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/features/WCMS_152727/lang–es/index.htm
jefatura de poesÃa
me hice daño. eso dijo, me hice daño. ha aprendido a hablar esta lengua de corrosión y empatÃa. ya no viajo sola con un ordenador, un desodorante, bragas y condones. ahora viajo con un teclado para reinterpretarme a mà misma, para poder borrar las mayúsculas, para poder exclamar. ahora viajo menos y mi cuerpo se mueve más lento. leo menos, escribo menos, ligo menos. intento meditar a través de una app que increpa al cerebro en inglés intentando conducirlo por la buena senda del no pensar. qué aburrida la razón, pero mucho más aburrido el corazón cuando sigue llorando como cabro chico en medio de una micro llena, micro explota, rebosa cuerpos grasos y teléfonos con la misma app, vibrando, y el aburrido corazón, todavÃa, llorando. querÃa llegar a casa y escribir poesÃa. querÃa una sesión de self-personal trainer en el gimnasio de la poesÃa. la paz de hablar con una planta de asuntos tan mundanos como el desplazamiento de las raÃces, el corte y extracción de ramas tristes, la radicalidad del fermento. lamentablemente intento poético cae rápidamente en un descampado. solo y aturdido, el pobre intento, piensa en cómo entrometerse en otros textos, otras lógicas, otros principios. su soledad confirma el infortunio: si nadie ha llegado hasta allÃ, quizás no sea una buena señal. el intento poético no se infiltra pero se camufla, hace té, come un resto de pizza frÃa. se masturba. escucha música punk. se masturba. deja su odio de lado y pierde fuerzas. se hace una poesÃa que clama tiernamente visibilidad o un tÃmido discurso polÃtico, una poesÃa seca, demasiado reivindicativa para lo blanda que es, literal. una poesÃa que se busca a sà misma en facebook -dos likes- una poesÃa movilizada por la envidia y la aparición, spam. el gimnasio es tarea ardua, se oxidan las máquinas, se oxida la letra A. un teclado puede perder su voz, pero no se pierde lo que no se tiene, eso debe haberlo dicho algún alma del más acá, o alguien que promulgaba la cosmogonÃa de la pobreza con inusitada fe. alguien que fumaba para no olvidar su propio cuerpo, alguien que acabó dañado por haber aprendido a hablar.
ser adulta es que ya no te moleste lavar los platos, porque son cosas que entran en la dinámica vital, del comer, lavar, cagar. hay un acostumbramiento con ciertas cosas, los algoritmos de la humanidad se van ajustando, se es más adaptada, en cierto sentido. sentirse en una estructura difÃcil de evadir, una rutina que repite la impredecibilidad precaria, pero que repite con insistencia su inestabilidad. ser adulta porque los números y los años asà lo indican, pero sobre todo porque lo indica el hastÃo de la autorrepresentación cotidiana, de los códigos estandarizados y de la asunción naturalizada de todo aquello. ser adulta por sentir la fatiga material del cuerpo y resignarse al dolor. ser adulta porque no hay otra manera de disimular la infección.
pero esta adulta fracturada que tenéis aquÃ, aún siente extrañamiento al mirarse al espejo, ante la extraña posibilidad de llevar cargando tantos años con esta armazón de carne y huesos y en un momento, desconocerla. extrañarse con estos fonemas que resultan nombre, con esas cifras y documentos que representan identidad. no reconocer el sonido de las palabras, preguntarse cómo es posible que signifiquen algo y que lo hayamos podido consensuar.
esta adulta defectuosa aún siente extrañamiento con un papel que significa dinero, y sobre todo, con el afecto que los humanos llaman amistad. esta carcasa humanoide siente ternura con el abrazo, entiende en un momento que eso que llaman abrazo en realidad es un dispositivo de alta tecnologÃa para la teletransportación sensible, que eso escapa a los lÃmites de lo humano, que eso es un lugar de bien común y un espacio de satisfacción atávica anclada a lo real. entonces, en ese momento, se deja de ser adulta, se deja de ser persona y no hay palabras ni tiempo, sólo un corazón en proceso de descoserse.
feliz 2015!
el colonialismo de la fantasÃa blanca
no suelo aceptar en facebook a nadie que no conozca personalmente. ayer a través de una amiga pude conocer el estado de una persona, a la que precisamente desconozco, que hacÃa referencia directa a mÃ, con nombre y apellido. en realidad no voy haciendo caso a la gente que no conozco e intento hacer menos caso aún por facebook… pero anoche no me podÃa dormir pensando en qué me gustarÃa poder decir al respecto.
la persona dijo lo que dice la imagen que encabeza el post y alude al texto publicado en revista pikara en enero de este año.
a ver, igual esta persona leyó el artÃculo muy en diagonal. es lo más probable, lo único que puedo pensar. no pilló que se trata de una experiencia y una percepción tardÃa de la experiencia y que es muy personal y situada. de hecho (anécdota), hasta a la pornoterrorista le pareció que me sobreexponÃa con este texto. y además, ante el impacto de que el texto fuese de los más leÃdos de pikara, compartido por diversos medios, escribà esto. la cantidad de agresiones que empezaron a haber en los comentarios obligó a la editorial a cerrarlos en un abrir y cerrar de ojos. y esto no es censura, esto es purita autopreservación feminista. (y esto ya es otro tema, pero el poder intenta hacernos creer que censura es también no dale la voz al enemigo…)
esta persona leyó en diagonal el texto porque su etnocentrismo le impide ver que no todo el planeta es como su barrio de ¿madrid? a ver, lo vuelvo a explicar para las que no lo sepáis y aprovecho de aclarar un poco cómo están las diferencias en el mundo. en chile el aborto es absolutamente ilegal, no importa que tengas un feto de 10 cabezas que te va a estrangular por dentro, no importa que tengas 8 años y tu padre te haya violado (¿tendrÃa que decir follado para no herir la susceptibilidad de una chica “pro-sexâ€?) desde los 3 años hasta lograr tu embarazo, no importa que no quieras tener un hijo. en chile en el año 2004 la iglesia católica habÃa retirado de circulación en las farmacias 3 veces la pÃldora del dÃa después. si eres una pija nada de esto importa mucho. puedes viajar a europa, puedes pedirle ayuda a alguien. si eres una pija probablemente no podrás entender que un embarazo no deseado, y que se te obligue a tenerlo es también una violación. porque “violación†no es sólo el polvo en un callejón oscuro donde te folla un negro ante tu resistencia (esto es en las pelÃculas y pone mucho, pero violación son muchas otras cosas que lamentablemente no adorna el imaginario cinematográfico con tanto ahÃnco).
me parece que el comentario de esta persona deja ver muchas cosas que me gustarÃa cuestionar aquà desde mi posición. básicamente porque me dan rabia, me agotan y me angustian. me angustia el feminismo pro-sex que lo único que sabe es mirarse a sà mismo, esta actualización del feminismo blanco y aburguesado que tanto se ha cuestionado pero que escurre por todos los rincones, porque para más inri coincide con que son las voces que el poder actualiza. los medios oficiales les dan voz porque son cuerpos que no disrumpen nada, cuerpos blancos, europeos, hegemónicamente guapos, flacos. cuerpos y subjetividades que no tienen capacidad de empatizar con otra experiencia y otra visión que no sea la suya, cuerpos que se erigen como la transgresión absoluta aunque apenas transgredan el imaginario de su papá progre, y con mucha suerte…
llevo un buen tiempo trabajando para que existan espacios como la muestra marrana, pensando y repensando las prácticas postpornográficas, intentando hacer diálogos entre las ideas y las prácticas, mi investigación y mi vida son, a este punto, bastante indifirenciables. y digo esto no para darle más legitimidad a mi voz, digo esto para que se entienda cómo me frikea que me digan que “criminalizo de forma esencialista a los hombres†¿perdón? ¿hola?
es un asunto al que una le ha dedicado bastante tiempo el de pensar los mecanismos de excitación sexual, los propios y los impuestos y las violencias que hay en ese terreno y en otros paralelos y/o autónomos. de hecho el texto precisamente cuestiona la naturalización de las agresiones que, sin cuestionamientos, quedarÃan en el terreno de lo normal. no hago ningún paralelo entre fantasÃa y agresión sino para hablar que mi imaginario infantil estaba permeado por el patriarcado, y ni siquiera lo hago por juzgar, sino exactamente para denotar lo pantanoso de este terreno.
tu fantasÃa nunca será mi agresión. mi agresión es mi agresión y punto. asà como mi fantasÃa no ha de ser la tuya, y un largo etcétera. no pretendo para nada meterme con los mecanismos de excitación de nadie ya que es un curro que nuestra cultura heteropatriarcal nos obliga a hacer de forma bastante solitaria (y he allà otro por qué de encuentros como la muestra marrana). por qué planteas que quiero dar lecciones si lo único que pretendo es comprender la historia de mi coño???
para mà el único tema es el consenso. sin apellidos, consenso y punto. no puedo aceptar la lógica del “consenso implÃcito†justamente porque en esta cultura heterocentrada lo implÃcito es todo lo que reproduce las cosas tal como están. y bien que nos han jodido, hasta el punto de que no se reconozca como agresión una cosa que han hecho contra mi voluntad y dormida, hasta el punto de que se me tilde de “criminalizar la fantasÃa†y de «dar lecciones» por favor… tal como dice xara, es como decir: me encanta la asfixia pero el tratado de ginebra contra la tortura la prohÃbe, me criminaliza porque a mà me encanta que mi novio me asfixie… joder, para cuándo el taller de comprensión de lectura (y de comprensión de la realidad) feminista?
creo que europa nos hace mucho daño. siento que tus privilegios me criminalizan y me maltratan, que intentan desesperadamente y por facebook, hacerme sentir impositiva por una experiencia personal y situada. para las posiciones blancas y burguesas los propios privilegios son extensibles al mundo entero, y esto me duele. me duele de forma personal y polÃtica (que vendrÃa a ser lo mismo), me duele como me duele el patriarcado cada dÃa que me lo encuentro en los pasos fronterizos, en la jerarquización brutal, en la explotación de lo feminizado, en la exclusión por cuestiones de raza, condición social y sexual, me duele como la dinámica pija y heterocentrada sigue cada dÃa imponiendo su autovictimización de carrefour. y mi dolor se convertirá en rabia y en acción, y la escritura es esta mañana para mÃ, también una forma una acción y de resistencia.
help
reparar en los detalles: fijarse en cómo alguien cambia la funda de un edredón, cómo escurre el agua por sus pestañas cuando está en la ducha. me llamas huracán. nadie quiere demasiada intensidad en la vida, no es funcional. huracán es un coqueteo con la injuria. huracán es el insulto y a la vez, la esperanza puesta en una posible revolución. al menos tres museos de españa intentan nutrir su programa, y a la vez limpiar de alguna forma su tra(d)ición, inclinándose por el cuestionamiento de la práctica colonial. algo académico, documentativo, algo serio aunque no lo suficiente. la agenda llena es una ficción del capitalismo reciente. la agenda llena es colonización del saber. pero decir que el vocablo “palipsexo†es dormir con distintos amantes sin cambiar las sábanas, y decirlo por whatsapp ¿qué es?
humanos
me encanta como las mexicanas dicen “qué rico†o sólo “rico†cuando se refieren a algo efectivamente rico, pero que nosotras llamarÃamos “interesanteâ€, “divertidoâ€, “especialâ€. las cosas ricas no son necesariamente especiales, lo especial es especial porque sólo sucede a veces. lo rico sucede siempre, depende de cómo se lo mire, de cómo se saboree.
creo que anoche me maltrataste. cómo explicar que lo hiciste, cómo decÃrtelo, no tengo claro cómo se dio. en un momento me dijiste “por qué me haces esto†y yo no sabÃa a qué coño te referÃas, más bien pensaba que tú me estabas haciendo algo, o nada. en realidad no me estabas haciendo nada y eso era parte del maltrato, la ignorancia. luego en repetidas ocasiones aseveraste que “el†tema era una puta mierda, y era precisamente cuando te estaba defendiendo sin decir tu nombre, desmantelando a través de ideas de “el†tema algo que claramente te perjudicaba.
ayer volvà a creer en la poesÃa. fue una persona la que me restauró ese canal adolorido por mi vida europea. en europa a todo lo espiritual lo llaman “religiónâ€, a todo lo sentido lo llaman “barroco†o “exótico†o “latinoâ€. la poesÃa queda asfixiada por una retórica como la que se está dando en estas letras, demasiado normal, demasiado concreta, demasiado humana. sentà que la poesÃa era una columna vertebral paralela a las otras que tengo que resurgÃa de un espacio de invisibilidad y escarnio personal e Ãntimo. luego estábamos en el lavabo y ella me explicó que no era necesario que estuviese viviendo la emoción del primer momento siempre. me dijo algo como “hay emoción en el redescubrimiento de cosasâ€, y yo pensé en la poesÃa, y se lo dije, pero luego cambiamos de tema, hablamos de rabia y ella me dijo que cuando estuviese menos cansada lo volverÃamos a comentar. aún creo que “cansada†fue un eufemismo para no decir drogada que, aunque lo estuviera, a mà me parecÃa que la droga era mala y no habÃa hecho ningún efecto. quizás me equivoqué. yo sólo sentÃa calor.
a las mexicanas no las volvà a encontrar durante la noche. al final regresé a casa bastante tarde y habÃan muchos subnormales por la calle soltando, a volúmenes desorbitados, expresiones de euforia descontrolada. a veces odio a la humanidad. a los animales no los odio, simplemente me dan lo mismo. paso de comérmelos. paso de acariciarlos. prefiero tocar humanos aunque a veces les odie y aunque a veces sienta que me maltratan. es tan fácil escribir como un humano joven europeo de clase media.
a propósito de humanos. nunca dejan de sorprenderme. a veces me doy cuenta de lo que hacen y digo “joder, vaya frikadaâ€, aún no me explico del todo cómo es posible haber llegado a diseñar esas dinámicas de la diversión tan extrañas. como estar de pie en un espacio muy sucio, con mucho ruido, intentando mover el cuerpo de manera rÃtmica, pero sin poder realmente hacerlo, y seguir interpretando aquello como “diversiónâ€. es muy extraño pensar cómo surge la idea de una, por ejemplo, camisa. algo con muchos agujeros y botones y que a pesar de ser supuestamente funcional se carga de caracterÃsticas como “bellezaâ€. no deja de sorprenderme el vestuario, esa manera de adaptarse a todas las protuberancias de un cuerpo, y claro, como se producen en serie, industrialmente, no toleran las diferencias entre cuerpos. total, que deberÃa comenzar a observar otras cosas. eso sà que he estado pensando, deberÃa leer menos y observar más. aunque tampoco es que lea tanto. deberÃa leer de otra forma, quizás más materialista. creo que una joven china le acaba de demostrar al mundo que se puede vivir sin cerebelo.
#THF2014
se sabe que todas las jornadas previas se suman en cantidad y experiencia a estas, inevitablemente. no se sabe qué va a haber, ni orden ni emergencia. no se sabe si habrán rayos esa noche. se puede preveer la cantidad de satélites que sobrevolarán la zona, incluso su intensidad. no se puede saber si habrán nubes. hay, como siempre, un terreno impredecible: la red puede caer. no se sabe qué definición cerrada encontrará aquello que realmente nadie quiere acabar de definir. no se quiere definir. no se debe pedir disculpas. no se deben aceptar las condiciones de vulnerabilidad previamente dadas. se pueden elegir.
se hidrata el cuerpo social, se alimenta con un poco del trabajo de todas: cientos de manos muchas veces al dÃa gestionando la propia mierda encapsulada en esos espacios del residuo. muchas veces al dÃa cruce de miradas + cableado invisible, conexiones siempre imperfectas, microcontroladores que se autogeneran, spam. spam del bueno, etiquetas y muchas tetas, las mismas cosas dispuestas de otra forma en la mesa; otra configuración = otra mesa. la disección nunca fue tan buena como cuando nos la hicimos a nosotras mismas. etc.
frases largas. frases largas + torpeza de la boca hispana vertebrando en la otra fonética. desfigurar la lengua del imperio, desfigurarla con una fonética de la resistencia. pero si ya hay mil fonéticas pensando el feminismo. pero si ya existÃan antes de todo esas cosas impronunciables, el feminismo, sus tentáculos en todas las bocas y en todas las lenguas, en esa espuma que llaman saliva, supurando, y redes que no se caen simple o tangencialmente ante la provocación de un router. frases largas + sueño profundo, y entrecortadas las palabras por gestos, por trayectos subterráneos, cementerios virtuales de memoria feminista. frases largas e invertebradas, sujetas al mar de la llaga, al sonido del viento, a la ubicuidad de lo emergente. retales, restos y un sinnúmero de ideas que se cruzan más acá del wi-fi.
podrÃa ser esa muerte que (nunca) imaginamos o el ingreso a lo desconocido del cuerpo, iba a decir, a lo descosido del cuerpo, a toda esa supuración (y sus orÃgenes) cuyos indicios a veces excreta la materia en su configuración total y completa. quiero decir, que este hardware gastado que es nuestro cuerpo sigue aún siendo territorio desconocido. entonces tocarse el coño cubierto de drogas blancas, entonces reboot, entonces el coño descosido en fase de decolonización. coño vuelve a renacer siempre contaminado por la industria farmacológica, pero ya no tanto, cada vez es más corto, ahora ha sido una autointoxicación, y algo más renace que un coño kilómetro cero, algo del más acá de la aritmética, más acá del algoritmo sucede un drama extremadamente exquisito. y me pregunto si serán suficientes estos gestos. tantos gestos, tantas feministas, tanto asunto que discutir, tanta cosa que resolver, y mi corazón hinchado de nueva/vieja amistad me susurra, me grita que todo es posible. hay un pacto renacido en cada contacto. hay un contacto en cada gesto. y entonces, mi coño se convierte en corazón.
*** THF
bbudi/p. saavedra
julio 2014
072014cl
no te dije que chile me parecÃa triste por concentración de emociones, porque todo lo intenso duele, porque duele el frÃo y las cosas rotas, los dos perros y la alarma antirrobos.
te lo dije, pero probablemente no con la intensidad debida: que cada noche olvidaba el frÃo pensando en tus caderas apretadas contra las mÃas, y la calle estaba como siempre triste, apenas dos perros, y por primera vez entendà la función de las cortinas. me dormà sintiendo tu brazo en diferido sobre mi cuerpo, creo que cada noche.
insistà en que todo estarÃa lleno de habla. muchas voces, palabras, letras. que mareas de texto, hastÃo de lenguaje, todo junto arropado por la vieja figura del amor. en chile no se baila, en chile se conversa, te lo dije. tú insistÃas en corregir mis errores gramaticales, o cuando conjugaba mal un verbo, como si fuese tan simple dejar de mal-hablar. te conté que por primera vez no perdà la voz.
reunido el amor. o no. ese oxÃmoron que se aprecia todo el tiempo como sombra, como si fuera rasgo identitario, acumulación de millas, autostop.
te lo dije y volverÃa a decir: chile es un océano de vino tinto.
hay animales salvajes, humanos sin ojos y la propia decrepitud en el espejo. el aire resecando la piel, acelerando la fatiga de material. como kathleen hanna “soy una maniática del controlâ€. con eso podrÃa estar todo dicho, pero nunca está todo dicho. hubieron cosas que no dije, aunque tampoco sabrÃa exactamente el por qué de mi insistencia. era, como siempre, una insistencia radical y sin fundamento.
no te conté, pero casi, lo disimulé mucho, que me despertaba en medio de la noche confundiéndote con mi novia, no sabÃa si eras mi novia o no. creo que era por el pelo, el pelo corto medio crecido llenándome el desvelo. problemas para dormir, una temporalidad inadaptada.
no le dije a nadie pero el reloj se rompió, se lo llevó internet, se lo llevó el cierre centralizado del auto. mientras, en la oficina fumaban todas acumulando colillas de cigarro en las conchas de loco. el reloj no importaba porque no habÃa tiempo, o se perdÃa a raudales, o se ganaba a través de acontecimientos importantes, pero todos pasaban como agua, como aire, sin conciencia. y sin reloj no hubo despertador.
no lo dije lo suficientemente claro, pero lo de que “soy un desastre natural†iba en serio: hacÃa frÃo y me intoxiqué. pero una intoxicación leve, nada más que mi propio veneno. lo succionaba mientras dormÃa apretando los dientes hasta despertar con la mandÃbula rota. pensé en decirte que eran mordidas imaginarias que le daba a tus nalgas. pero qué feo suena la palabra nalgas. es insignificante para describir ese deseo desestructurado, Ãnfima para referirse a la inmensidad de un cuerpo, y demasiado absurda como para hablar de un envenenamiento.
no te dije que querÃa irme porque no querÃa ofenderte. decir que deseaba la retirada era un desaire al que preferà renunciar. no fui a causar estragos, asistà ante todo con un profundo sentido del deber. pero no quiero decir “deber†como lo describe la real academia. yo no hablo como la real academia. simplemente digo palabras desajustadas. deber puede significar aquà un compromiso ineludible con la intimidad, incoherente y desmembrada, algo que va por sobre la tierra, algo que se mueve y escabulle, algo que hay que ir a buscar aunque a veces duela, como muchos de los indicios de profunda intensidad que puede tener una vida.
enciclopedia del amor en los tiempos del porno
hace como 5 años comenzamos con josefa este proyecto. tiene casi la misma edad que este blog.
el impacto de la llegada del animal a la ciudad
una lÃnea de metro completa lleva por nombre la marca de una compañÃa de teléfonos. la empresa privatiza las calles, unifica las derivas posibles, apadrina diversos proyectos de transporte público. el logotipo identifica el trayecto, coloniza la memoria del lugar. mientras, un animal se frota contra mi cuerpo. todas las calles privatizadas por las fuerzas del capital, pero en el encierro la animala convive con otras fuerzas, sin saber si es/soy/somos capaces de soportarlas: el sudor, mis gemidos atenuados por su potencia bestial, el olor de su sexo, aspectos del cuerpo naturalizado por las fuerzas del orden y la ley. después del frotamiento, del retoce, mi pecho queda abierto-rasgado. mi pecho pasea por la ciudad tragando alegremente la contaminación, los ácaros, el polen, el capital. ¿cuál es la diferencia entre un lÃmite y su transgresión?
quedo sudando todo el resto del dÃa, como un grifo abierto.
en mi brazo izquierdo un morado de considerables proporciones se instituye atenuación, o bien derechamente un eufemismo, de las mordidas profundas e invisibles que el animal me ha dejado. sigo sudando durante la noche aunque ya no haya sol. aunque vaya desnuda me siento sofocada por el calor de un vestuario para travesÃas de alto riesgo en el polo norte. me perturba su recuerdo, estoy marcada.
sudo varios dÃas seguidos, incluso sangre. el lÃquido que despido borra la tinta de viejas cartas de amor; borra las herramientas de todas las cámaras de gas representadas por la literatura occidental; quema con su acidez documentos oficiales; seca a base de sal todo rastro del pudor.
afuera las calles convertidas en expuestas jaulas de alta seguridad. adentro, mojada, abatida, algo más vieja, experimento una lluvia de meteoritos o algún otro fenómeno natural del todo impredecible.
hay un hilo de mercurio entre el animal y yo. a veces, cuando la temperatura aumenta, el hilo se expande y extirpa espacio al plan urbanÃstico, al veneno. la diáspora es la casa matriz del vÃnculo. la expansión del mercurio aumenta en la medida que el animal y yo unimos y separamos el peso de nuestros cuerpos. en realidad se trata de un movimiento orgánico que se rige con la mecánica del émbolo y cuyo efecto aún es imposible de predecir.
…pero ¿pueden existir escuelas queers de teologÃa?
más invitada por las amigas que podÃa encontrar allà que por la curiosidad en sà misma, asistà a algo que parecÃa ser el hito fundacional de una estructura académica-freak y descentrada de la institución, extraña como el formulario desconfigurado de google docs en el que habÃa que apuntarse.
no es normal encontrarse con una monja (hábitos de monja sic) en la mesa de una conferencia queer. si se lee la palabra queer en su traducción literal al castellano es “raritoâ€. rarito es pues lo de la monja… lo que no es monja es la historia socio-polÃtica de la palabra queer, no sé si me explico. de momento no han habido monjas en esa genealogÃa, al menos no en la oficial mainstream deluxe, y que este fuese el momento de su aparición, la verdad, me llenarÃa de gozo mÃstico o al menos, de un poco de satisfacción transgresora. soy muy normativa o es una cuestión de representación que vea en los hábitos de la monja a una institución entera. es verdad que muchas mujeres fueron monjas para que la sociedad las dejase en paz, que muchas querÃan conocer y aprender, que muchas querÃan a otras mujeres y el convento prometÃa la posibilidad de una especie de harem invertido. también creo que a las monjas de alguna forma se les ha expropiado el ser mujer, porque algo debe pasar con los códigos de la feminidad que en ellas se extravÃa. existen maravillosas historias y mitos sobre monjas, sobre sus mazmorras, sus tácticas de contingencia, sus afectos y conocimientos. y eso es en parte (en su mejor versión) la humanidad y la religión: maravillosas historias y mitos sobre sà misma.
ayer, en el mismÃsimo “dÃa del señor†nos juntamos algunas curiosas a escuchar aquello, esto de la escuela queer de teologÃa.
tengo que reconocer que después de tanto tráfico del concepto, después de tantas idas y vueltas transcontinentales, no podrÃa decir con exactitud qué es lo queer. es lo que me pasa con el arte, llega un momento en que resulta difÃcil definirlo. con la teologÃa aún peor. si bien se supone que es el estudio de dios (en el original con mayúsculas), en general ha habido una hegemonÃa de dioses en ese estudio, predominando, again, el dios cristiano. vamos, que cuando se dice “el cuerpo de diosâ€, la mayorÃa imaginará a jesús o como mucha abstracción, una hostia.
en la actividad celebrada en la bonne ayer habÃa una monja (la teresa forcades, que la verdad es que me encanta, y además valoro mucho su devenir sÃmbolo sexual, su capacidad de desplazamiento y su absoluto frikismo) y dos académicas, una alemana y otra británica.
*
cuando judith halberstam habla de la metodologÃa queer se refiere a una que “supone una cierta deslealtad a los métodos académicos convencionales†(2008, 32). pero en la estructura de ayer no habÃa ni el más mÃnimo desacato a los métodos académicos convencionales, sino un amplio escenario, una mesa, tres micrófonos, una lengua hegemónica, unas referencias bibliográficas y un titánico esfuerzo retórico por invertir el signo de la opresión religiosa. vamos, que estructuralmente bastante poco queer era el formato.
impulsada por mis amigas ausentes, intenté tomar nota de cada idea que se exponÃa, pero esto desde mi condición impedida para hacerlo con total fidelidad: no tengo una cultura religiosa muy extensa. me bauticé como gesto de rebeldÃa ante mis padres ateos, y por extorsión del núcleo ampliado de la familia a los 8 años. aunque mi abuela se esforzó por hacerme catequesis, a mà me importaban más las galletas y los helados que sus palabras sobre la biblia. a los 14 no me habÃa arrepentido, pero me inclinaba más por la lectura de aura, y habÃa vuelto a la desconfianza total por estas estructuras de religiosidad tan cerradas de las que habÃa renegado (por influencia de mis padres) hasta los 6 años. durante mi vida he desarrollado una espiritualidad hÃbrida y extraña. tengo un altar, pero le pido a mis muertas y a santas no reconocidas, como karol romanoff (la primera santa transexual de chile), practico rituales inventados, diseño actos de transgresión simbólica, leo el tarot…
mi otro gran problema para poder pillar con fidelidad lo que se exponÃa era el inglés. no porque no entendiera nada, sino porque nunca estoy completamente segura de entender correctamente.
pero seguramente el mayor problema que tuve fue poder desplazar lo queer a un terreno metafÃsico. la exclusión a la que se han visto sometidos los cuerpos e identidades queer no me parece un asunto precisamente metafÃsico, todo lo contrario. la opresión no es una cuestión abstracta es, para desgracia de una inmensa minorÃa, algo material. a pesar de eso, me pareció un ejercicio retórico “bello†el intento por proponer una etimologÃa alternativa de la palabra queer que hizo la forcades. yo también reconozco la hegemonÃa anglosajona en su etimologÃa (leámosla también como genealogÃa) y me gusta que sea desacralizada, revisada, puesta en cuestión. pero claro, los ejercicios retóricos vuelven al terreno de lo inmaterial, y ¿qué coño hacemos con las exclusiones, las opresiones y todo aquello que afecta materialmente a algunos cuerpos especÃficos?.
a mà me parece que una gran y justa crÃtica que se le ha hecho a algunos feminismos precisamente tiene que ver con esa generalización dada por el feminismo blanco de clase media que busca unificar la categorÃa mujer como un eje de opresión sin matices demasiado significativos. creo que en parte lo queer surge de allÃ, de la resistencia a esos discursos, de la necesidad de reclamar opresiones cruzadas, enmarañadas, superpuestas, que no afectan a todos los sujetos, en este caso, mujeres por igual. pero en un punto (y aún asumiendo que el misticismo ha sido excluido de los campos del conocimiento o de lo legÃtimo), las concepciones cristianas de lo humano son planas y unificantes. es más, la religión ha dividido en dos los géneros posibles, se ha acoplado a la heteronorma, ha matado y asesinado, ¡incluso ha quemado libros! de ahà creo que viene una gran y principal resistencia a todo lo que huela mÃnimamente a iglesia (sé que estoy unificando iglesia, religión y espiritualidad, pero es que ¡eso es lo que ellos mismos hacen!).
es guay que existan monjas y curas simpáticos, tendientes a lo social, con espÃritu revolucionario, pero llegado un punto en su activismo me resulta difÃcil no preguntarme por qué coño siguen dentro de la institución. una institución francamente de mierda, asesina, opresora. una institución que condena la autodeterminación corporal, que en chile hasta el dÃa de hoy prohÃbe la pÃldora del dÃa después (ni hablar de aborto). esa institución que resguarda unos protocolos que hacen de este mundo uno menos vivible, y ahà otra vez no entiendo el por qué seguir acoplado a ella.
evidentemente no quiero cuestionar la experiencia mÃstica. pero la experiencia mÃstica en sà tiene infinitos lugares de desarrollo, no puedo yo venir a confirmar la hegemonÃa eclesiástica como un espacio de desarrollo espiritual, simplemente no puedo. asà mismo me cuesta aceptar que sigamos ad infinitum desmaterializando las opresiones (asà como los católicos hablan de un “pobre†genérico, de un “pecador†en infinitivo), porque en algún momento de la charla me pareció que en un intento por sacar a la cultura religiosa de los parámetros en los que ella misma se ha situado todo recaÃa en un espacio abstracto y generalizante. que claro, todos los cuerpos sexuados son colonizados, pero no puedo sino decir que, lamentablemente, hay algunos más colonizados que otros. esto me sonaba en un punto a lo de “yo no creo ni en hombres ni en mujeres, creo en las personasâ€. brutal. personas, claro, pero como decÃa la itzi “no somos globos de helio suspendidos en el limbo socialâ€. nunca olvidaré una viñeta donde una niña le dice a un niño “todos somos iguales†y el niño le responde “sÃ, pero yo soy más igual que túâ€.
entonces yo ahÃ, sentada durante 4 horas en una charla, escuchando a la profesora alemana decir que todos los cuerpos son colonizados, que la violencia epistémica de lo “normal†nos afecta a todas, que la crÃtica queer teológica no es sólo contra el disciplinamiento de la heteronorma sino con toda regulación a la que está sometido cualquier ser humano, y sÃ, hace sentido, pero ¿es lo queer el espacio para invisibilizar el atentado masivo, la bomba atómica de lo simbólico que es la heteronorma? y aún más, la profesora alemana citando a said, a spivak, a mbembe, y todo un auditorio blanco escuchando atentamente mientras afuera una asociación de trabajadoras vendÃa empanadas en el break, y allà las únicas dos mujeres negras del encuentro.
bueno, como ya dije arriba, no sé si me enteré bien de todo lo que se dijo. además “sólo†aguanté 4 horas (el evento duraba hasta las 10pm). pero dejo aquà parte de mis sospechas, principalmente porque (sara me animó a hacerlo y) pensar y conversar de estos temas juntas, quizás, nos haga menos humanas.
porno para mujeres (u hombres blancos, guapos e ilustrados)
ay, me encantan estos tÃos, tan blancos, tan guapos y tan ilustrados, explicándonos cómo es el porno (¿porno? ¿qué es eso? ¿en serio que es asÃ?). el compañero ran gavrieli nos expone con inmensa generosidad en esta charla una fabulosa explicación de lo tóxica que es la pornografÃa y hasta qué punto contamina nuestras vidas. claramente necesitamos de compañeros de este tipo, con todo este conocimiento y formación, necesitamos a un profesor de estudios de género de la universidad de tel aviv para que nos explique (de primera fuente) los efectos de la pornografÃa mainstream en nuestras vidas. y yo digo GRACIAS. gracias porque sin este tipo de testimonios OBVIAMENTE no nos darÃamos cuenta de lo nociva que es la pornografÃa. sin testimonios de este tipo no nos darÃamos cuenta de lo mucho que afecta a la construcción de nuestros imaginarios. porque con los más de 20 años de trabajo deconstructivo de annie sprinkle, y tantas tantas que no pararÃa de nombrarlas en dos páginas, evidentemente no nos basta para saber cómo opera la pornografÃa mainstream. necesitamos chicos apuestos y jóvenes que vengan a explicárnoslo, que nos hablen de sus sentimientos, de las repercusiones del porno en su autoimagen, en su sexualidad, porque… ¡nos interesan muchÃsimo estos gestos magnÃficos de responsabilidad social! nos parece admirable. sus propuestas de “sexo emocional†son indudablemente las correctas y las más adecuadas a mi estilo de vida (del todo desviado). años de postpornografÃa, de discusiones, asambleas, experimentos y creatividad, décadas de feminismos no alcanzan para dar este vuelco sobre la emoción… no, suerte que llegó ran a decirlo. afortunadamente contamos en este planeta con su ética erótica que, aunque parezca un calco de lo que en los ochentas decÃa la dworkin (suavizado con la sensibilidad propia de todo hombre joven y consciente de la dramática situación de la sexualidad en la era de la heteronorma), pareciera que nuestros oÃdos lo escuchan por primera vez. lo hemos oÃdo fuerte y claro y a ran no le ha hecho falta siquiera decir una vez la palabra PATRIARCADO, ni la palbra CAPITALISMO!!! no ha tenido que rebajarse con asuntos tan mundanos. tras haber visto este video siento que todo se aclara en mi mente y en mi cuerpo. siento que he aprendido algo, la parsimonia con la que DEBEMOS abordar la sexualidad, y por supuesto el autoritarismo, porque sÃ, hemos llegado a este punto: un hombre joven, guapo, ilustrado y con recursos decide (repito que en un gesto profundo de pedagogÃa y generosidad social) explicarnos el por qué dejó de ver porno (y el por qué todas deberÃamos dejar de hacerlo).
resulta claro que ran no se ha planteado exponernos de alguna forma diferente, que no sea protegido por la legitimidad que TEDxJaffa le da, su posición. quiero decir que a ran no se le ha ocurrido en ningún momento hacer algo taaan inútil como hacer su propio porno, u organizar algo, no sé, generar discusión y acción en un formato menos jerárquico que una charla o una clase. eso se nota muy claramente en cómo habla, y yo, para su desgracia, ya estoy muy cansada de estos chicos listos de la universidad que con su belleza y su clase nos vienen a enseñar no sólo lo que deberÃamos hacer (y lo que deberÃamos dejar de hacer) sino sobre todo, lo muchÃsimo que se lo han currado y lo terrorÃfico de su propia situación. qué cansancio ran, de verdad… qué poco original.
selfies: mi -nuestra- genealogÃa de la agresión sexual
hace un par de meses hice una especie de “selfie†que ciruló muchÃsimo en internet. los selfies al parecer son para eso, para que te vean. te haces una foto, y la cuelgas. no, te haces varias fotos y eliges una que cuelgas. no, te haces muchas fotos en las que estudias cómo quieres verte y luego ya puesta, te haces unas cuantas en la pose ideal y eliges la mejor.
es por eso que los selfies muchas veces tienen esto de súper estudiado que de alguna manera les resta credibilidad. es como el episodio de black mirror donde el personaje muere y es reconstruido a partir de sus registros en las redes sociales, y claro, por supuesto que la réplica era más hermosa, más lista, más simpática y más amable que su original (pero a la vez inolora, sosa e incluso rayando en lo nada, sin posibilidad de odio, ni de rabia, ni…).
el selfie que hice hace un par de meses no tuvo tanto ensayo previo, quizás apenas este blog. en realidad fue un selfie de emergencia, una reacción ante mi propia memoria, ante mi rabia. cuando junté todos los cabos sueltos que articulé en esa imagen (que es un relato, que es una narrativa en la que hay muchos espacios vacÃos y memorias recortadas).
me vino tanta rabia que visualicé pocas reacciones como viables:
a) mañana me hago scum y salgo a cortar pollas, a dedicar mi vida a la castración como si no tuviese mi existencia otro sentido, esa será mi misión.
b) tengo que buscar métodos de asesinato selectivo y que no me hagan entrar en sucesivos procesos judiciales.
c) una bomba atómica que reviente al planeta tierra en su totalidad no es una mala opción.
d) escribiré, esa será mi bomba, mi artillerÃa, mi munición. escribiré hasta dar asco, hasta dejar de ser yo. me convertiré en todas las que puedan ser yo. mi bomba no tendrá pólvora, la pólvora será mi voz. escribiré porque no tengo dinero, porque no tengo otros medios para matar y porque es una forma que, sin carecer de poesÃa, podrÃa con un poco de suerte llegar a ser explosiva.
en mi atontamiento y resentir intervenido por sustancias ilegales me incliné (en un gesto sorprendentemente moderado) por la opción d).
entre escribir y publicar hay apenas una letra “yâ€.
publicar, hacer público algo. “lo personal es polÃticoâ€. “el silencio no te protegerá 
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empecé un proceso lento y laborioso en el que escribir fue lo de menos. lo complicado, o lo que requerÃa de mà un estado energéticamente consistente, era enseñarle lo escrito a alguna gente, someterlo a revisión. al ex-novio, a la madre, a la amiga, al hermano, a la amiga, etc. cada vez era una conversación, un repensar la construcción interna de la bomba, su relojerÃa. y también un doloroso revivir la relojerÃa del patriarcado, y digo doloroso no precisamente porque se me reviviera un ardor en la vagina o el rasgamiento de alguna carne, sino porque, JODER, ¡ojalá hubiese sido yo la única! pero no, va a ser que no, que el patriarcado opera globalmente y en todo contexto, que lo hace de forma distinta pero nos afecta a todas, que la agresión no es una batallita más en mi biografÃa sexual (ojalá lo fuera sólo en la mÃa), que una vez que una lo suelta, van y lo sueltan tres más, y después las otras tres resulta que lo sabÃan porque a su hermana, prima o sobrina también le habÃa sucedido. y entonces esto es una caja de pandora y nada más lejano a una confesión.
después de tanta charla, de tanto análisis, cervezas vienen cervezas van, después de eso y mucho más pues ya no me quedaban ni ganas de publicarlo. pero en un momento del proceso (no sé cuál) esto se habÃa convertido en algo que superaba con creces la terapia personal, la catarsis y la camaraderÃa. el “proceso†habÃa ganado comillas, ya no era sólo mÃo y esa bomba no era sólo MI bomba. la tenÃa que colocar.
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lucÃa está tendida sobre una piedra de grandes proporciones que es sacrificial. su intimidad será expuesta y examinada por clicks, hipervÃnculos, movimientos cortos de la muñeca empujando el ratón.
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comments: mujeres diciendo estar “aterrorizadas†por sus hijas, por lo que les pueda pasar. mujeres llorando, hablando por primera vez en el precario espacio de un “commentâ€. las violadas, todas violadas, abusadas, manoseadas. las manoseadas agradecidas. los arturos también agradecidos. aprovechando para hacer crÃtica social, que la televión, los medios, el poder, ronald reagan, la CIA, un poco de autocrÃtica quizás, sólo un poco. abrazos a los sobrevivientes. crÃticas a la falta de honestidad, al engaño, al aborto. indignación. indignación por el aborto mal cobrado, por no interponer una denuncia a la brevedad. “el aborto se convierte en un secreto patógenoâ€. entrañas removidas. hombres “pidiendo perdón por el simple hecho de ser hombresâ€, “me duele formar parte e este género agresorâ€. otras que dicen “soy producto de una violaciónâ€, “mis hijos son fruto de violacionesâ€. muchos muchos muchos incansables estereotipos de género: la sexualidad desde el punto de vista femenino. oriol me recomienda hacer psicoterapia como “palitivo†y para autogestionar las experiencias que he tenido que pasar, aunque confiesa que en el fondo es un asunto mÃo (¡gracias!). callar y aceptar = cómplice. vÃctima, vÃctima, vÃctima. personas removidas. comentario porno-abolicionista. comentario negacionista. comentario que incluye un “gracias a dios†(y dios escrito con mayúscula). comentario contra la infidelidad. comentario pro-pareja. comentario llamando a que el aborto siga siendo ilegal en chile (sic). comenario dando un millón de gracias. más violadas. comentario eco-escencialista, oda al útero como epicentro de la energÃa que mueve al universo. más violadas. más agradecimientos. la revista decide cerrar los cometarios por exceso de agresiones. tres pingbacks.
(en meneame hay 456 comentarios sin moderación)
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la verdad es que selfies de este tipo resultan en un punto un poco agotadores. yo no habÃa alcanzado a compartir el artÃculo (esta entrada es primera vez que lo hago), y ya habÃa sido compartido más de 60.000 veces en facebook. en pikara me dijeron que era el segundo artÃculo más leÃdo de la historia de la revista (más de 120.000 visitas). y luego el feedback, gente que me escribÃa sin conocerme para contarme sus cosas, gente que se referÃa a mà de forma grandilocuente, gente poniéndome una mano en el hombro y con gesto compungido diciéndome “leà tu textoâ€.
creo que lo más complicado de gestionar para mà fue justamente lo multifacético de las lecturas que se expandÃan sobre el texto. alguna vez hablé aquà de algo parecido. ese descontrol que hay sobre la apropiación de los textos, que es en el fondo su sentido, pero que da una sensación de extrañamiento curiosa cuando el personaje al que se refieren las lecturas eres tú. y todo se vuelve bastante ficcional, o no, porque en realidad hay muchas que están aplicándolo a su vida, y la sensación de estar afectando, aunque sea de mÃnima forma, la vida de otra persona que incluso no conoces es especial y bastante poco ficcional. pero bueno, me llenó de confusión, y tenÃa pendiente este post que estaba bloqueando al blog entero.
tengo la grandilocuente sensación de que todo el mundo ha leÃdo este texto, pero por si acaso alguien lo perdió, acá va:
Mis silencios no me habÃan protegido. Tu silencio no te protegerá.
Audre Lorde
Las estructuras del riesgo
Me vi a los 23 años en un motel parejero de Santiago de Chile. TenÃa novio, pero estaba demasiado aficionada a la autoridad de ese profesor que era mi amante.Creo recordar que nos pegamos un polvo triste o flojo. Mi cuerpo ovulaba y me sentÃa más inclinada al tribadismo que hacia la penetración. TenÃa mucho sueño. Quedaban 2 condones, le dije que NO podrÃamos follar sin, y me dormÃ.
Desperté con el tipo corriéndose dentro mÃo y la sensación de que esto me costarÃa un embarazo. Un mes después estaba abortando en una clÃnica clandestina de un barrio periférico de Santiago. Durante años mantuve una relación tensa, esporádica y ambivalente con ese profesor que, aun sin saberlo, me habÃa violado. Hasta el dÃa de hoy él no sabe interpretar mi silencio. Del silencio no hay nada que sospechar.
Para resolver esa violencia, la de mi violación, tuve que recurrir a otra violencia estructural: un aborto ilegal en Chile. Tuve que pasarle el cuerpo a una persona que no conocÃa, en un lugar que no sabÃa dónde estaba, para que me inyectara algo que no sabÃa qué era y me sacara eso que no tenÃa nombre como consecuencia de un acontecimiento que yo no habÃa provocado1.
Mi novio de aquel tiempo asumió la mitad del pago (500 euros en 2004), la compañÃa y los cuidados. Omità las verdaderas razones del embarazo y culpé a la mala fortuna. Me declaré parte del 1 por ciento de personas a las cuales se les rompe el condón. Dije que siempre habÃa usado condones, cosa que, hasta un punto, era completamente cierta. Durante los cuatro años posteriores al aborto usé anticonceptivos y condones al mismo tiempo en cada penetración. Si el preservativo no era cien por ciento efectivo, debÃa aumentar el control de mi integridad a través de la hormonación sostenida.
Ahora me pregunto cómo pude haberme quedado callada, cómo pude yo invisibilizar una violación. Me doy cuenta de que llevo una vida asumiendo que dormir con alguien, desconocido o no, es un riesgo, como si se tratara de una pastilla rosa en una fiesta o una pelÃcula sin reseñas. Un riesgo que se toma porque la vida está llena de ellos y no pasa nada, y ante la evidencia de agresiones sexuales y sexistas arraigadas como tumores en lo profundo de tu cuerpo y tu memoria, sientes vértigo y una sensación de propio desconocimiento, pero sigues viviendo y haciendo lo tuyo, incluido el feminismo.
PedagogÃas de choque
Vivà hasta los seis años en Alemania protegida por una fortaleza de sudakas exiliados por la dictadura de Pinochet. Nunca nadie me tocó un pelo. Fui una niña rabiosa y dulce a la vez. En 1985 viajamos a Chile. Se hablaba de “retornoâ€, a pesar de que yo pisaba por primera vez ese territorio que se me habÃa descrito desde la nostalgia como lo más entrañable del universo, siendo que no era sino un enclave de neoliberalismo, represión y pobreza.
En esos dÃas un primo comenzó a llevarme detrás de las puertas en las reuniones familiares. Él tenÃa catorce y yo, seis. Me besaba metiéndome la lengua profusamente, lo cual me resultaba asqueroso y perturbador, pero como existÃa la posibilidad de que se tratara de prácticas habituales en este nuevo contexto, no supe cómo reaccionar.
Migrar implica desorientación. HabÃa llegado a un lugar en el que me violentaba ver a niños de mi edad pidiendo limosna en la calle, en el que me violentaba ser llamada “ahombradaâ€2 en la escuela, en el que me violentaba el miedo que las personas a mi alrededor sentÃan hacia la policÃa, ¿por qué no podÃan ser esos besos con lengua parte de esa cultura de mierda a la que me tenÃa que unir por fuerza para pagar una deuda histórica con raÃces biográficas que, de momento, no reconocÃa?
Un dÃa les comenté a mis padres que ese primo me daba besos con lengua. Me dijeron de inmediato que eso no estaba bien y que hablarÃan con su madre, mi tÃa. El pánico que sentà ante la posibilidad de hacer público lo incorrecto—en mi condición de niña alemanota, que no se enteraba de nada y en el contexto de mi ansia por ser aceptada en ese paÃs al cual no deseaba integrarme—me llevaron a desmentir en menos de 24 horas mi acusación. Atribuà todo a mi subconsciente. “Soñé que él me daba besos, no hay nada de lo que hablar con su mamá.â€
Asà fue como aprendà a besar, escondida detrás de la puerta, obligándome a responder desde la sumisión como si se tratara de un trámite de aduana. Y digo aprendà porque con los años, y a pesar del desagrado inicial, fui asumiendo la experiencia como una eminentemente pedagógica.
Un año después, a los siete, en un mercadillo, un hombre al que nunca le vi el rostro me metió la mano debajo de la falda. Su mano, que debe haber sido del tamaño de mi cabeza, hizo un movimiento rápido y preciso frotándome desde el clÃtoris hacia el culo. Me quedé como piedra y no me atrevà a decÃrselo a nadie hasta cinco años después. No debÃa haber ido a un mercadillo con minifalda, era mi culpa. De manera temprana y acelerada se depositó sobre mi subjetividad (y sobre mi cuerpo) la percepción tanta veces descrita de que la agresión es responsabilidad del agredido.
A los ocho años me gritaron por primera vez cosas en la calle. Que estaba buena. Tres obreros de una construcción, a pocos metros. Que estaba rica. Que era una mijita rica o algo asÃ. No entendÃa cómo era posible que se fijaran en una niña. No me sentà guapa, pero percibà la marca que dejaba la minifalda en mi cuerpo y recordé que mi ropa podÃa volverme vulnerable.
A los ocho o nueve años, en la playa, el ligue de mi prima de dieciséis, sobrino de una amiga de mi mamá, se aficionó mucho por mÃ. Era un tipo medio cuico3, rubio, grande, de unos 19 años. Me compraba dulces y me buscaba, le gustaba pasear y charlar conmigo, y a mà me caÃa bien.
Una tarde en la que estábamos sentados en la playa me dio jugo en polvo. Lo vertió en mis manos y me pidió que chupara esa mezcla de azúcar y tinte artificial mientras él, que me tenÃa sentada en el hueco que quedaba entre sus piernas, metÃa una mano dentro de mi calzón y me incrustaba un par de dedos en el coño. No sentà dolor, sólo una insoportable incomodidad. Le dije varias veces que mi madre me estaba esperando, pero él no se inmutó. Mis manos estaban ocupadas con el polvo que debÃa chupar y no lograba comprender bien lo que estaba sucediendo. Solo sabÃa que debÃa evitar a toda costa volver a estar a solas con él. Mi prima estaba encantada con su ligue. No se lo dije a nadie, y con el tiempo el episodio fue perdiendo relevancia histórica.
Pequeña guarra
A los ocho años comencé a masturbarme. Usé la mano, velas, bolÃgrafos y zanahorias. Usé aparatos que creaba yo misma con calcetines, condones y bolsas de plástico. El manto de lo innombrable se extendió también sobre estas prácticas. Mis fantasÃas masturbatorias y los juegos a los que jugábamos con mis amigas se relacionaron desde un comienzo con la sujeción y violencia.
Recuerdo médicos que ataban a las muñecas para inyectarles cosas en las venas, proxenetas que explotaban mi cuerpo y lo vendÃan al mejor postor, tÃos que a golpes me obligaban a hacerle una felación a su jefe. Jugaba a estas cosas a solas y acompañada, al tiempo que descubrÃa el efecto narcótico de los orgasmos y me embriagaba con la adrenalina de la sumisión y lo prohibido.
Los referentes culturales dominantes le venÃan de perilla a estas aficiones. Me sobaba con una amiga en la oscuridad de la cama mientras nos comÃamos una polla invisible obligadas por un hombre inmaterial, agresivo y armado hasta los dientes. En el entorno feminista en el que crecÃ, gestioné estos imaginarios con pudor. Formaban parte de aquello inconfesable, incomprensible e inexplicable.
Pero siendo niña siempre existe la posibilidad de alegar ignorancia. Una no sabe nada de ese mundo construido ya desde hace mucho y apenas siente el derecho a intentar calzar con él. El deseo propio está muy mediado por la capacidad o no de adaptarse a lo que se debe hacer. En un punto creo que es difÃcil distinguir la diferencia entre deseo y deber. Hay que vestirse, lavarse los dientes, comer. Limpia por fuera sucia por dentro, se puede sobrellevar.
El entorno feminista de mi madre, sus amigas lesbianas, resultaban por cierto estimulantes, pero no eran un muro que dejara fuera al patriarcado. Este último, con toda naturalidad, tenÃa más poder que cualquier espacio de seguridad feminista, permeando cualquier posibilidad de contención, y de esa forma se incrustaba en mi cuerpo, incluso en las imágenes de mi deseo.
Pactos con la normalidad
Las agresiones sexuales se sucedÃan como si pudieran dejar de resultarme perturbadoras. En la adolescencia fui carne de cañón de los tocaculos en la calle. Tantas veces ocurrió que muy pronto perdà la cuenta. Una amiga fue violada dentro de su cuarto por un tipo que entró por la ventana. Lo mÃo parecÃa, incluso a mÃ, una levedad que no merecÃa atención alguna.
ParecÃa ser que las tocadas de culo, de teta, las metidas de mano, los comentarios babosos en la calle, los manoseos por la policÃa, eran todas cosas que venÃan en el pack de ser mujer, que pertenecÃan al mundo de lo normal, como tantas otras cosas normales que incomodan o duelen. De ese modo, mientras crecÃa fui naturalizando la agresión, entendiendo que yo era apenas uno más de sus engranajes.
A los 14 años empecé a tener sexo, con lo cual mi universo de agresiones sexuales se amplió. En mi primer polvo fui una muñeca inflable. Aprendà a ejercitar la feminidad como nunca antes. Me hice experta, o al menos eso creÃ. Aprendà a distinguir entre las agresiones propias de una relación, las que han de ser toleradas, y las agresiones de la calle, que no están bien. Me acostumbré a que siempre me la quisieran meter sin condón, a que siempre me la quisieran meter, a dejarme meter, y hacer cosas que no deseaba.
Hecha un pivón a los 14 me aficioné por los hombres mayores. Me protegà con el mismo silencio con el cual pretendÃa resguardarme de las agresiones que me amenazaban. De un material bastante acomplejado construà un cuerpo deseable y desenvuelto. PerseguÃa la autogestión de mi placer, aunque fuese pagando un precio, haciendo transacciones y especulando en la bolsa del machismo.
Inadecuada
A los 15 años comencé a reaccionar. Cuando me tocaban el culo contestaba gritando un par de insultos. Esto no es fácil, porque cuando te pegan un agarrón sin previo aviso tu voz se introyecta, se convierte en vocecita, y cuando al fin se recupera y das con el tono y el insulto adecuados, no hay premio para el desacato del silencio.
Por el contrario, lo que recibes a cambio es bastante peor de lo que has echado. Le gritas “cabrón†y te responden: “Qué tanto fea culiá, qué te creÃs maraca concha tu madreâ€. Más rabia y más humillación mordiéndote el culo, comiéndote la cabeza y ahora, más encima, insultándote.
Si bien yo me sentÃa afortunada porque a mà no me habÃa tocado que un hombre pobre me pusiera un cuchillo en el cuello o una pistola en la cabeza y me la metiera como poseÃdo por un demonio hasta correrse dentro mÃo, en esos dÃas mi cuerpo joven atraÃa la agresión en múltiples formatos. Como la que resulta de ir a un casting para modelos de dibujo donde te acaban tocando el coño y dejándote desnuda en medio de una habitación frÃa, porque “tu cuerpo no va bienâ€, “no sirveâ€. Como dormir con un amigo con el que no quieres follar que en medio de la noche te despierta eyaculando sobre tu cuerpo con un gemido apagado. Como hacer autostop en la carretera y como precio del aventón dejar que te metan mano.
También percibir que en la medida en que te vas apropiando de tu placer te vuelves cada vez más inadecuada: demasiado gritona, demasiado caliente, demasiado peluda, demasiado rápida, lenta, gorda, silenciosa o cualquier otra cosa excesiva. Que nunca en la posición precisa, deseada. El juego es poder encontrar en esa inadecuación el rastro de una misma, y pasarlo bien, o simularlo al menos.
Rabia sexual
A los 19 años trabajaba como profesora. A las 8:00 am un tipo me agarró el culo en la calle. Pasaba un policÃa y lo detuve. El policÃa lo coge, lo sitúa frente a mà y le dice: “La señorita dice que usted le tocó el trasero. Todos ustedes los de la Pintana son igualesâ€. Le exige pedirme perdón. El joven cabizbajo balbucea un “perdón†casi imperceptible. “Y usted, señorita, ¿lo perdona?†Digo que no, que una disculpa no me basta.
En la comisarÃa otro policÃa toma mi denuncia. Le cuento que este sujeto me tocó el culo. El policÃa pregunta: “¿Y qué más?†Veo en sus ojos lo que quiere decirme: “Es normal, pelotuda, ándate acostumbrando. Son siete millones de chilenas en las calles. ImagÃnate si todas denunciaran, colapsarÃa el sistema, los policÃas acabarÃan convertidos en perritos falderos, guardianes de culos.†Toma la denuncia de mala gana, como si fuera una alucinación mÃa, un comentario burgués, una exageración de clase.
Desde entonces me han vuelto a agarrar el culo tres veces en espacios públicos: en Chile, Bolivia y en Dinamarca (¡este verano!). En estas ocasiones he respondido con golpes, lo más fieros posibles, asumiendo que la respuesta violenta es lo único que me queda, y que al menos me sirve para soltar momentáneamente la rabia.
Sólo momentáneamente, porque la rabia regresa al repasar esta historia. Esta rabia que me da el recuento es también la rabia que me dan mis privilegios y es la rabia que me da saber que somos tantas que es imposible hacer recuentos. La verdad es que no sé qué hacer con la rabia ni tampoco sé medir sus consecuencias, cuando escucho y hablo de lo que ha sido silenciado y cuando tengo que insistir en su desnaturalización (empezando por la mÃa). Creo que al escribirla deja de ser mi problema. Y quiero hablar desde un lugar no victimizante, pero que al mismo tiempo no convierta la no-victimización en un lugar de silenciamiento.
——–
1 A pesar de la violencia estructural, simbólica y material de tener que abortar en esas condiciones de precaria ilegalidad, puedo decir que el aborto acabó siendo una buena experiencia. La autodeterminación fortalece, y decidir no ser madre fue una inyección de energÃa para lo que en su lugar deseaba hacer con mi vida. A partir del aborto tuve que hacer con mucha más determinación lo que querÃa, hacerme cargo de mÃ.
2 Marimacho.
3 Pijo.
el tren instantáneo
por qué las estaciones de servicio en medio de la carretera me hacen escribir, como si estos lugares definidos Ãntegramente por su utilidad provocaran en mà lo inútil de esta meta-escritura, la memoria reciente (eso que casi no existe), unos pensamientos que se organizan apenas en cada letra, sin premeditación.
la estación de servicio, fumar. respirar para no supurar de rabia, de precariedad, de tristeza, de soledad. la estación de servicio, sus turnos de noche, esther ferrer diciendo que el feminismo sale sólo de las entrañas. y el autobús entonces huele como un gran incinerador móvil.
en el tren sueño que un virus informático no le puede hacer daño a mi máquina. arroja sin embargo pantallas rápidas de errores de configuración en colores cálidos. puedo jugar con el virus, manipularlo. decido hacer capturas de pantalla a la belleza del parpadeo. recojo impresiones, las almaceno en un directorio que está fuera del ordenador, en mi cabeza.
algo se borra en cada centÃmetro que se avanza.
orinoterapia
respira. me gusta cuando dibujas signos del infinito en mis nudillos.
mi puño preparado se deja acariciar por tu lengua, joven y temeraria.
el pelo sucio y el olor a humo. con la distancia se pierde la compostura, o con la rabia. la compostura se pierde siempre, como el tiempo (que no es más que otro tipo de distancia). te envÃo amor y voy a mear al tarro. el amor se representa con corazones; la anarquÃa con una letra A desbordada. leer novelas es buscar la perturbación. ensayo general de otra vida, la libertad necesaria para que alguien cuente sus crisis de forma impúdica. el maravilloso mundo de la orina. el maravilloso mundo de la marginación. el maravilloso mundo de todo elemento lleno de patetismo que la palabra pueda endulzar. un teclado que por defecto sitúa mayúsculas en historias menores. eso es la memoria de la literatura mundial. y palabras menores que se follan a las mayores cuando logran burlar las normas editoriales. y llegar a nuestras manos empuñadas, preparadas para golpear o fistear indistintamente, o según las preferencias de la casa (que nadie se ofenda…). todo lleno de ceniza, y polvo, y las manos sucias y tanto abrigo que una paja de rutina te deja con un desgarro en la muñeca.
no hay diagnóstico para tanto sÃntoma
bergen 4 años después.
el software libre si no es una polÃtica, si es un mero compilado de funcionalidades, se va a extinguir. una polÃtica radical y no institucional. lo polÃtico no tiene por qué se cómodo. las polÃticas que elegimos pueden ser de incomodidad escogida. nadie te obliga a hacerlo, a menos que ese sea el pacto, claro.
pero ¿qué relación puede haber entre un espacio no mixto (en cuanto a género, sexo o prácticas sexuales) y un espacio exclusivamente f.l.o.s.s. ? ¿se puede hablar de la «vigencia» de estos espacios como si se tratara de un yogurt que caduca después de 30 dÃas? ¿se puede cuestionar la legitimidad de su creación, su pertinencia o necesidad?
alguna conversación en inglés sobre oralidad en parÃs. formas de usar el lenguaje, cómo escribir en un blog. un guiri escucha atentamente a dos tÃas hispano parlantes desarrollando con dificultad la idea en una lengua que no es la suya.
al dÃa siguiente se concluye, en otras circunstancias, que el exceso de herramientas puede bloquear su uso. quizás el exceso de fotocopias también. los espacios no mixtos quizás sirvan para dejar eso en evidencia, haciéndolo incluso de forma violenta a veces.
(12 horas después un cortometraje. «siento fascinación por el ano», confiesa con pudor).
trabajar para definir necesidad, justicia, polÃtica. y para qué hablar de amor.

encuentro a katu, y hablamos algo de femen…
me interesarÃa pensar, colectivamente, estrategias de parasitación mediática.
¿te late?
siempre he deseado que esta desquiciada capacidad de amar responda más a una vitalidad desbordante que a una absoluta estupidez. horny queerness: homenaje a la guarra de molly bloom.
sà caminaba inspirada y en la vitrina habÃa un libro de visualidades queer junto a uno sobre comida mediterránea y a otro de poesÃa llamado «la llave y el puñal» y tu lóbulo queer clavado en mi ojo queer que acaparaba toda la distancia sà el emblema de toda una polÃtica castrada por mi boca chupándote con una ansiedad estética hasta el otro lado de mi pecho atravesándome mi boca que queer no deviene platónica te susurra guarradas tradicionales la convención es su pulpa lengua gastándose contra tu carne ¿qué es una vitrina? ¿qué es un escaparate? yo anclada yo sucia garabato yo caminando medio muerta yo yo no soy yo cuando rozo esa piel queer tuya no soy yo cuando me escapo de la impostura aunque sea a través de un amor banal y subasto mis tres pilchas por un beso tuyo tan queer tan de otro mundo tan desgranada yo bomba rota bomba que no explota un coche que no arranca una red desestructurada o bastante gastada o surgiendo de la nada como alimentos especiales como teorÃas impresas y traducidas y mal traducidas después vueltas a situar quiero destruir las palabras todas lavarme la boca para empezar de nuevo sacarme este enema rasgarte toda entera con esa diplomacia activista que me llevas (y que me aniquila) porque una disculpa tuya me agrede más que mil palabras porque te quiero guarra y exhausta te quiero jadeante y desgraciada o mimosa te quiero de piernas abiertas de culo abierto clavándomela te quiero agrediéndome aunque no sea yo este esperpento que te habla yo no hablo más no deberÃa me han extirpado la voz con tus tácticas de hombre blanco para el autocontrol y el decoro tácticas autorepresivas decÃa y aunque esto sea puro «oportunismo estratégico» esto es lo poco que nos queda esto es la nada que puedo ofrecerte clavada en el abismo sin medida que se concentra en tu inmundicia (déjame lamerla) todo eso es desgracia eso lo que me tiene caliente como el punto ciego en el que combustiona una hoja apuntada por una lupa en medio del desierto de atacama un sol y tu culo queer que no me cabe en la mano tu culo vegano tu culo que es sencillamente de otro planeta tu culo de otra galaxia tu culo espasmódio culito agitándose hasta la extenuación tu culo y su ano (mi anillo) tu culo y yo que estoy drogada completamente narcotizada con tu ano tu saliva y tu lubricidad en esta conferencia donde exhudo olor a sexo huelo a nuestros cuerpos chocándose hasta que la respiración se me corta por los lÃquidos y gases que se produjeron en los puntos de contacto que hilvana tu cuerpecillo queer y mi raja por la que suelto ahora un aroma dulce mezcla de saliva seca sudor y fluidos vaginales por lo que intento cubrir con un cuaderno mi coño que traspasando bragas y pantalón está manchando con espesas lágrimas el asiento porque busco debajo de mis uñas restos de tu piel bostezo y me toco la ingle y escribo «sofisticación identitaria» y más abajo con letra más pequeñita «amor» hasta que me duermo sà me duermo porque no hay nada más aburrido que una persona que contiene estas emociones poco productivas porque el capitalismo nos ha enseñado a volvernos más distraÃdas ante las necesidades de una mujer porque no hay necesidades en una mujer porque no habrÃa de haber porque algunas incluso sostienen que una mujer no existe y uso el sà como punto final uso el sà como violencia enunciativa porque decir no es lo que nos ha dejado el capitalismo como posibilidad de acción y sus trágicas elucubraciones son cuartetos de cuerda censurados por la moral y una mujer no puede ser tan desfachatada como para decir vamos sà quiero sà deseo como ningún planeta observado por el ojo humano sà me corro y vuelvo a correrme sà mi cuerpo es la caparazón de la ira sà porque han sido tantos los que me han dicho que no puedo amar con esta desmesurada violencia que no puedo hablar tanto ni tan fuerte que da risa como caigo extenuada por la excitación que mi cuerpo es demasiado grande y licuoso y que la esoteria no es ciencia y que la ciencia nos otorga un respiro para volcarnos con mesura y todo eso es lo que me dejas en medio de un beso repetido una y mil veces por tus preocupaciones post-identitarias por tus lametazos y tu pasiva inconstancia y yo secándome por un feedback un ping y por mi conciencia de tener que abandonar este desierto tú desértico pleonasmo o algo más insignificante y yo desbordada y acalorada a más no poder sà necesitarÃa más puntos aparte en mi vida sà preferirÃa se sobrepasarÃan todas las cotas de lo aceptable y seguramente también serÃa un fracaso pero eso evidentemente no nos preocupa después de los ininterrupidos fallos que la cultura occidental nos inculca con clases magistrales y sus evidencias ante nuestros ojos tantas ruinas y restos rotos y guerras y desamor y vuelta otra vez a planteárseme que no puedo follar con violencia la inadecuación mi amor idealista porque asegura que se puede reinventar y volver a hacer que nadie está preparada para mà porque me desbordo y doy miedo asà salida y tan abrasiva hablando de más diciéndolo todo algo más parecido a una salvaje que a un ser humano que dice no cuando siente sÃ.
los hedores de la locuacidad
por hablar de más, demasiado, por esa infinita belleza que me asusta, por el pozo ciego de mi amor que es droga, porque soy una yonqui y los coletazos de la abstinencia -tal como el clÃtoris- se agrandan a medida que pasan los años. por 4 rayas. por hablar mucho, de más, demasiado. hablar de todo, hablar profuso, hablar esperando recibir de la propia boca los pensamientos articulados. ver como el pensamiento se articula en la boca y luego, luego duele la cabeza, o el hÃgado, o el corazón, o si queremos ser más dramáticas, el alma. porque el alma no existe. porque el camino que trazan las ideas encadenadas de forma frenética y aleatoria me abruma. porque a veces creo que me he enamorado de mÃ, de tanto escucharme y luego, luego me aburro de mi amor efÃmero, de estos sentimientos que no sirven para engrandecer el alma. y si el alma no existe no se puede ser tan reaccionaria. por hablar demasiado, autómata, es que emergen articulaciones indeseables, y la imagen que me devuelvo no es sugestiva, ya no es la infinita belleza, sino un espejo roto que incita a la desfiguración total. porque sólo entiendo lo que digo pasadas unas cuantas horas, y entonces ya no es el momento de abrir la boca, la boca lleva entonces horas abierta y mastica desfiguración. he de llamarme abuso, he de llamarme torpeza, he de llamarme infanticidio, he de llamarme como una obstinación que me da azotes en la cabeza, en la boca ensangrentada y supurante de desgracia. esos azotes que no me ha dado nadie por juego, esos azotes que tengo que buscar en las cadenas rocosas de mi memoria para salir trasquilada como una pobre oveja seca (desechada incluso por la industria farmacéutica como cobaya). por hablar demasiado, por no jurar amor eterno sino inmediato, por jurar tantas veces que ya se vuelve insustancial, increÃble e inútil. porque ya no seduzco a nadie, ni a mà misma, ni a las horas perdidas en persecuciones imaginarias, en análisis pobres o baratos o de rebajas, toda esta información que regalo porque en el fondo temo que no valga nada. porque hablo, hablo y hablo. porque la verborrea siempre me pareció patológica. porque de pequeña siempre me dieron a entender que cualquier cosa que dijera resultarÃa interesante, y más infanticidio, más engaño, más incremento, añadido el exceso, más especulación. porque no recuerdo nada y si lo recuerdo no importa. porque lo recuerdo todo, y lo comento todo, como si el mundo no fuera ya una realidad en sà misma, como si el mundo necesitara de mis tediosas notas al pie aclarando una lectura arbitraria de una realidad que ya es tendenciosa. porque mis notas al pie no le interesan a nadie y no sé por qué siempre alguien las escucha (???). porque las notas al pie apenas las anuncio y ya son tan abundantes que no tengo tiempo de transcribirlas. mi labia perdida en el fondo de un saco roto: mucho humo, demasiado tabaco, ruido. por no saber si se está manipulando o aludiendo a la honestidad más intachable. porque esta forma de hablar es desenfreno sexual, y el desenfreno sexual está muy bien en las pelÃculas, pero no en una serie de comentarios a la realidad bajo formato de mera locuacidad. porque estoy cansada de ser un libro abierto, estoy cansada de esta honestidad que roza con demasiada frecuencia la oligofrenia. porque no hay estrategia de infantilización más burda que aludir a una belleza desmesurada, y porque el elogio de una belleza insaciable también es charlatanerÃa. porque he sido demasiado glotona con las palabras, porque he sido repugnante, porque he engordado con los supuestos del pequeño larousse (1989). porque resulto inverosÃmil y excesiva. porque ya nadie puede en estos tiempos seguir drogándose con amor. porque, maldita sea, cada vez produzco más endorfinas y ya no tengo recursos para costearlas. porque he desconfiado tanto de mi deseo que he aniquilado lo escaso que de él quedaba. porque todo lo que queda está adulterado. porque al parecer ya no queda nada. sólo las marcas en mis brazos tras repetidas inyecciones.
lecturas equÃvocas
¿es la autora de un texto la responsable de las lecturas (equÃvocas e inequÃvocas) que de él se hagan? siempre pensé que no. a pesar que desde el año 2001 ya sostenÃa con garras y uñas que una producción cultural (llamémosle asà a un libro, un video o un artefacto artÃstico) no estaba concluida en su producción sin la asimilación de ésta por un otro (digamos en su lectura, visión o apreciación).
hay entonces, siguiendo la lÃnea torcida que yo misma he dibujado, una situación de «responsabilidad compartida» (asà rotulaba la televisión chilena a los contenidos que emitÃa, como forma de no cargar con toda la «culpa», con toda la responsabilidad que significaba el emitir a través de un medio sin «llaves de seguridad» un contenido presuntamente impropio) que implica en la constitución de algo su asimilación y por ende una entidad que es flexible e indeterminada y que excede como mÃnimo a su productora, aunque de alguna forma está vinculada a ella. es como una entidad nueva formadas por agentes que no se conocen entre sÃ.
cuando teresa de lauretis se lamenta de que su (en principio) revolucionario término «teorÃa queer» se haya institucionalizado de forma impropia, algo que tenÃa por objetivo la ruptura total; o cuando judith butler prácticamente se retracta de haber utilizado en un párrafo la figura del drag king para ejemplificar la noción de performatividad, al darse cuenta que una masa que crece potencialmente con cada traducción de su texto define de forma reduccionista la performatividad a través de esta figura, entonces… entonces las veo a ellas algo agobiadas por reencauzar su producción, justo en ese posible punto de fuga que es la asimilación. algo que ellas, a pesar de su cerebro, no logran controlar ni con los más amplios ejercicios de fuerza mental.
fantaseo con una escala evaluativa (y perversa como cualquier estadÃstica) en la que se cuantifiquen las lecturas equÃvocas de los textos.
¿cómo se puede «blindar» un texto? ¿cómo aprehender el camino que hace lo que sacas afuera, cuando ya no es tuyo?
improbable, imposible y del todo inconducente serÃa el esfuerzo.
no hay que desconocer la revolución que nace del error. habrÃa más bien que recurrir a este mismo error para abrir las potencialidades de lo que dejó de ser nuestro. pero foucault ya está muerto. y la butler no lee los blogs del activismo hispanohablante. y hay barreras infranqueables entre lo suyo y lo ¿nuestro? que operan como blindajes, como carcasas, como ratoneras. de todas formas, y con más de doce años de distancia, sigo pensando que un libro no es libro hasta que no le hayan comido las esquinas a muchas de sus fotocopias.
#11deseptiembre
hoy el 11 de septiembre es un hashtag. hace 3 años no sabÃa que existirÃa algo asÃ. un hashtag es una etiqueta, una cadena de caracteres precedidos por una almohadilla, es una etiqueta de metadatos. los metadatos son algo que está más allá de la información, datos sobre datos. el 11 de septiembre es un dato sobre el 11 de septiembre.
1109 sentimientos debilitados por la distancia. «la ciudad está sitiada» me dijo por e-mail. 3711kbps de esa historia que es mÃa y nuestra y que ahora mismo está siendo secuestrada por la mediación de internet. las bajas de tensión eléctrica afectan la estabilidad de la red y los plug-ins que usan los canales de televisión chilenos son incompatibles con mi interfaz. no va bien. una recepción intervenida por la precariedad de la red, por la distancia tecnológica y sobre todo, por la distancia fÃsica y social. estos momentos rituales, aunque no del todo dramáticos, sà le otorgan un componente partido a la subjetividad, a la mÃa, quiero decir a la nuestra, o a la que ahora está siendo secuestrada por un espacio vacÃo. un fragmento del cuerpo, está en la esquina de santa rosa con alameda envuelto en un paño, encapuchado. ese cuerpo es un brazo que viste una camisa azul marino, la muñeca, que es el cuello, deja ver un pequeño botón blanco en el puño. la cabeza es un dedo pulgar ecapuchado con un trozo de sábana. un fragmento de mi yo en santiago sin saber lo que está pasando a su alrededor. otra parte del yo está situada en un lugar donde nada es 11 de septiembre, a ratos un comentario sobre la diada, sobre las torres gemelas, sobre pinochet. no hay distinción entre uno y otro, hay leves niveles de proximidad, mediática y blanda.
entonces pongo a violeta parra en youtube, escucho victor jara, actualizo la nostalgia (una playlist o un rasgo heredado a través de un cromosoma traumatizado), los prisioneros de los primeros años 80. no sé buscar en internet. me abrazo al hashtag etc etc etc supongo acción refleja. aparentemente televisión nacional retransmite las emisiones del 11 de septiembre de 1973 oliendo a lacrimógena, buscando a la hermana chica. ella me pone lÃquidos especiales junto a cada mucosa de mi cuerpo para evitar el efecto del gas. la playlist acaba con florcita motuda, no logro ver la televisión. opto por capÃtulos sueltos en youtube y no sentirme tan sola durante 40 años, aunque tenga 34.
habitar la herida
no pillaba el avión. el vuelo salÃa a las 9. no pillaba el avión porque eran ya las 9 y estaba a más de una hora de distancia del aeropuerto. como siempre en este tipo de sueños, mi madre intentaba ayudarme. pero cuando la situación ya era insalvable.
a veces me apetece hacer otro video. a veces me apetece no hacer nada, o sólo un helado.
siempre me decÃas, cuando no estaba convencida (en absoluto) de mi deseo de escandalizar, que seguramente yo estaba muy contenta con el orden de las cosas. con el orden imperante, con el fucking orden imperante de las cosas. me decÃas, justo antes de decirme, tú tan mona, seguramente estás a gusto.
la manos aplastando la archilla con palitos contra el muro. los palitos se me clavan en la herida abierta, y dentro mÃo se produce una guerra entre las bacterias y el poder de mi mente que intenta expulsarlas de la herida o al menos, dejarlas convivir en su interior de manera inofensiva. en realidad mi herida no es un lugar cómodo para las bacterias, a nadie le gusta habitar la herida ¿o sÃ?
me pregunto qué soñé esta noche, antes de lo del aeropuerto. perder un agosto no es una expresión que aparezca en el diccionario aunque semánticamente sea factible, y fonéticamente del todo probable.
tú me hablas por un chat. tú hablas solo por el chat. desde que me di cuenta de que me habÃas violado, asÃ, suave, con cariño, asÃ, suave, mientras dormÃa, asÃ, como si nada en un hotel de mala muerte que habÃas pagado Ãntegramente tú. desde que leà ese artÃculo en una revista feminista y me di cuenta que eras mi violador no te he vuelto a hablar, y no sé si deberÃa hacerlo. aunque tú sigas hablándome por chats vacÃos cada vez que estoy roja, verde o amarilla, me hablas porque seguramente ahora eres tú el que aún no sabe que es mi violador. y aquÃ, como en los sueños en los que no cojo el avión porque no llego, se me presenta un problema de gestión no inminente.
los relatos sobre sexo de tracey emin suenan tan bien, infiero que es porque son en inglés. hay tantas cosas que suenan mejor en inglés… rape, hunger, rage. sobre todo rage, que se parece tanto a rape. incluso sex. hay una distancia elegante, cuando la elegancia es la voz de todos y no la use nadie, digamos, porcentualmente hablando. y ella y su adolescencia, y nosotras y la nuestra. y varios litros de semen entremedio perdidos en una arqueologÃa fisiológica de la que no se ocupará nadie, jamás. y tracey emin sin tener que preocuparse del copyright, y nuestra juventud transcrita en cuadernos con papel de mala calidad. infiero que somos de la misma clase de putón, aquellos que ponen la estocada tras la boca torcida y jugosa.
y tengo hambre todo el tiempo.
creo que me mal interpretas cuando hablo. crees que quiero competir con una chica a la que en realidad me apetecerÃa follar. el problema es el mismo de siempre y emerge bajo el rótulo de esencialismo. en esos momentos nuestra pelÃcula se ve en blanco y negro y me hundo en una tristeza que sólo puedo calmar engullendo miles de torrents, tragando millones de kilobytes, tragar por mi ojo, y un par de gif’s animados. sé reconocer cuando las voces salen de un ordenador portátil, y me tranquiliza.
los desastres de la abundancia
he dejado esperar un poco a que decantara el sentimiento. pero se me pasó la mano. comencé a escribir este post hace más de dos semanas y su aparcamiento comenzó a bloquear los siguientes…
démoslo por zanjado a continuación. (falta vincular los vÃdeos que no están todavÃa)
volvà con más de 10 mecheros distribuidos en un equipaje pesado y denso equivalente a la mitad del peso de mi cuerpo. pero ¿cuánto pesan los cuerpos cuando se les compara con su mismo peso en basura?
roskilde se llama el festival que los nórdicos utilizan de carnaval. el carnaval es un momento en el que la gente se disfraza, baila, se emborracha y en algunos lugares de europa, espera a que le caigan caramelos de un carro alegórico. este festival parece aludir a esa sensación de que el mundo se detiene mientras todo es posible y absurdo. roskilde entonces parece un carnaval, aunque la mayor parte del año sea una pequeña ciudad con casi 50.000 habitantes y el código postal número 4.000. un carnaval donde el promedio etáreo son 24 años y las cosas son temporales y efÃmeras. una empresa de cerveza lo esponsoriza todo y el paisaje se repleta de gente bebiéndola y productos de camping que resultan, paradojalmente, más desechables que las mismas latas vacÃas de cerveza.
basurama son mis amigas desde el 2005. 8 años es bastante para la proporción de nuestras vidas. todavÃa. no sé si estaré autorizada para referirme a este colectivo de la forma que más fácil me resulta, porque el amor se resuelve como una plataforma discursiva extenuante y poco calificada por el entorno oficial como modelo analÃtico de algo. o sólo por decir que gracias por el cariño y los cuidados a alberto, manu, rubén, moni y jacobo. decir que son profesionales serÃa poca cosa tras lo anterior, pero también lo son.
total que tras un extenuante mes de profesÃas burócratas me voy de festival con los basurama (ex-basuromo), que no sólo son un amor sino también la elegancia, la catapulta, la creatividad, el buen gusto, la alegrÃa y una whirlpool. y nada mejor que irse al culo del mundo (que aunque esté en el norte está igual al borde del fin).
en el festival la violencia del desecho radical, que serÃa la práctica de convertir en residuo algo prácticamente nuevo y utilizable (incluso antes de que aparezca la obsolescencia programada, incluso antes!). me impactó. durante un par de dÃas me venÃan ganas de que vivieran un par de meses en la pobreza, especialmente al verles reventar latas llenas de cerveza con un palo para provocar un levÃsima explosión de gas, y sonreÃr, flojito. luego un recolector la recogÃa, terminaba de vaciarla y ya seca la cambiaba por una corona danesa (0,13414 euros; 0,17751 dólares; 91,313 pesos chilenos). me parecÃan carÃsimas las latas. me parecÃan gruesÃsimos los tenedores desechables que a pesar de ser compostables se iban al contenedor, me parecÃa todo demasiado bueno y en mucha cantidad. me parecÃa extremadamente evidente la descompensación de recursos que el mundo ostenta, me incomodaba más estar en el «centro».
pero las cosas son ambivalentes y al mismo tiempo lo pasé increÃble, bailé como una cerda, estuvimos juntas y vimos muchos conciertos fantásticos. pensaba que morirÃa sin ver a dead can dance en directo (con mi ignorancia musical mediante, no sabÃa que se habÃan rejuntado), y en el de kraftwerk tuve mi primera experiencia emergente de cruising que se extendió desde la canción «trans-europe express» hasta el mero final del concierto. sólo meterse mano, las gafas 3d no dejaban ver nada, o casi, o eso querÃa pensar yo…
por otra parte con la basura (que no era basura o era basura instantánea) la gente se iba apañando, como jugando a la pobreza o a la precariedad. probablemente esto era parte del carácter carnavalesco. de invertir lo de arriba con lo de abajo. desarrollar infraestructuras condenadas a la caÃda.
luego el festival se acaba. la tierra huele a fermento, la gente manifiesta una especie de resaca endémica, comienzan a abandonar el espacio. las cosas van más lento.
el paisaje se vuelve obsceno. si habÃan 120.000 personas y era mucho, quedan más de un millón de cosas y parece inabarcable.
creo que creà (es redundante porque es énfasis de un supuesto propulsado por el drama) empatizar por primera vez con la sensación de violencia experimentada por andrea dworkin y catherine mackinnon ante la pornografÃa mainstream en los años 70. no es que las haya entendido, no, pero empaticé con la sensación de violencia, asà o algo asà me sentÃa yo frente a esas toneladas de basura útil, me refiero a la viva y a la inerte. deseos de evitarla.
entonces el neovertedero nórdico permite la entrada de voluntarios religiosos que recolectan las latas que quedan. nada de tiendas, ni sacos de dormir, ni comida, ni ropa, ni colchones, ni medicamentos, ni cremas de protección solar, ni disfraces, ni materiales como madera, tela, metal, tubos recogen. sólo latas de cerveza vacÃas.
luego aparece algún recolector de Ãtems puntuales, lo que cabe en una bolsa o en un minicarro. y muchas gaviotas que hacen unas bellÃsimas coreografÃas sobre el campo buscando carroña. y luego los camiones, los tractores y las máquinas para trabajar una huerta de importantes proporciones. barren y muelen lo que queda hasta acumularlo en una montaña. y asà sucesivamente durante tres meses hasta que en el campo no haya nada más que césped, ni una sola colilla de cigarro. hasta el año que viene.
sex symbol
entre los 14 y los 20 años follé exclusivamente con hombres que como mÃnimo tuviesen 10 años más que yo. llegué a meterme con algunos casi 20 años mayores, técnicamente podrÃan haber sido mis padres. me pagaban el alcohol y la cena, me comÃan el coño bastante y yo misma era la que me protegÃa del embarazo. mi madre se volvÃa loca, quizás porque veÃa a su hija adolescente metida en unas rigurosas prácticas de prostitución incipiente, y porque en el fondo temÃa que fuese violada. su decencia feminista le impidió usar esas palabras, nunca dijo prostitución ni violación. no aceptaba que mi subjetividad fuese la de un zorrón y que cada uno de mis actos se rigiera por impulsos experimentales, curiosos y desbocados, pero en cualquier caso, rotundamente voluntarios. salÃa de bares con el equivalente a 20 céntimos en el bolsillo, sabÃa jugar al capital y al poder, sabÃa jugar a la heterosexualidad normativa. se podÃa ser una conejita playboy en el santiago de los 90.
a partir de los 18 años ya no me bastaba la jerarquÃa implÃcita en el contrato heterosexual ni en la diferencia etárea. busqué entonces hombres que fuesen además inteligentes (o lo que el mundo consideraba como tal). entraban en esa categorÃa profesores, el alumno de deleuze, escritores, o cualquier tipo que acreditara bajo parámetros mainstream cierta competencia intelectual. no era suficiente el género, los años, el dinero, ni siquiera la belleza. necesitaba algo que no pudiese superar con tanta facilidad. mi ambición se centró en el intelecto, cosa que tras poco andar también me pareció suntuaria y pobre, parte de la estructura precaria que sustentaba al poder más hegemónico. asà fue como nació mi arrogancia.
mi complejo de lolita me resultaba escabroso. habÃa leÃdo el libro de nabokov a los 15, y me era tan familiar como repelente.
pasados los 20 años, no es que hubiese abandonado totalmente las prácticas vetustas, sino que se hizo evidente mi retirada de la adolescencia. eso de algún modo cambiaba las cosas. me vi envuelta en cenas con personas que tenÃan niños, hijos de mi misma edad conversando entre ellos, mientras yo me hinchaba de whisky escuchando sobre guarderÃas, colegios, sicólogos e hipertensión. me aburrÃa.
dejar de ser adolescente implicaba el abandono del paradigma de lolita y un análisis del mismo que debÃa encarar quizás de manera más activa, observando cómo mi deseo habÃa explorado (e incluso se habÃa acostumbrado a) las sendas de la normatividad radical. me sentÃa generosa cuando se corrÃan con sólo posar su lengua sobre uno de mis tiernos pechos. asumÃa un adelantado rol maternal ante sus eyaculaciones precoces, las aceptaba ante la certeza de que me quedaban al menos 20 años más de sexualidad activa que a ellos, tenÃa pensamientos sarcásticos y crueles ante sus esfuerzos de contención. jugaba a descontenerles. nunca me importó ser gorda, a nadie le importó. pero algo me hacÃa cuestionar mi deseo en ese formato rÃgido que se habÃa desarrollado con tanto éxito y velocidad.
el juego del que hablo sigue sin parecerme inocuo, y si bien siempre usé condón, creo que estas prácticas lúdico-sexuales-afectivas podÃan llegar a ser mucho más riesgosas que no usarlo. modular el deseo según los cánones de lo correcto no es muy difÃcil, lo tienes todo a tu favor. sobretodo el acostumbramiento. durante 6 años de prácticas sexuales y afectivas con hombres mayores sólo una vez en la calle alguien dijo algo: “mucha carne para ese perroâ€. el comentario, que en principio me hizo reÃr, me costó tener que hacerle coaching a un señor durante varias horas. “no-es-al-go-gra-cio-so†quisieron enseñarme con el mal rato.
a los 21 años el ciclo pernicioso fue roto por un chico 3 años menor que yo con quien mantuve una correspondencia compulsiva y onÃrica durante unos meses a través de internet. el desarrollo de acrónimos inexplicables para declarar el deseo fue una de las estrategias que inventamos para no explotar del todo a través de unas interfaces digitales que no eran como las de hoy. cuando al fin follamos carnalmente el chico me sorprendió usando maravillosamente bien sus manos, su boca y su polla. su cuerpo me parecÃa más acogedor que el de un padre. mi descubrimiento fue sancionado por la desgracia a través de un gran robo, en mi propia casa: se llevaron el computador que contenÃa el proceso semiconcluÃdo de mi tesis de grado. todo duró apenas un par de horas y fue el hecho que rompió el cÃrculo vicioso de la lolita sex symbol de manera placentera y dramática a la vez. pero romper el ciclo de un cÃrculo vicioso no significa necesariamente acabar con él. permanecà años, y hasta el dÃa de hoy lo hago, liándome esporádicamente con personas mayores. algo de simpatÃa me queda, algo de hogar de beneficencia, de sister of mercy queda en mÃ. a veces busco a viejos decrépitos en internet para regalarles una imagen que les deje al borde del infarto.
todos esos años me resultaron provechosos, no perdà el tiempo. no sólo aprendà a correrme con personas que ya estaban poco capacitadas para aprender a follar bien, sino que pude estudiar con sumo detalle los simples laberintos de la heterosexualidad y de la norma. detectarlos, leerlos, hacerlos emerger.
con los años he empezado a hablar más y más fuerte, ya no me resulta tan sencillo fluir con los códigos de la prostitución implÃcita en las relaciones de poder mundanas. tampoco tengo tanta tolerancia con “los ancianos†(que era como llamaba de forma cariñosa a mis amantes), si no siento amor no tolero el gesto amargo de quién está infeliz y apagado. con los años también yo comà coños y entendà desde el primer momento que no es difÃcil hacerlo, al menos no como me lo parecÃa tras años de experiencias pobres como receptora de la práctica.
durante ese perÃodo aprendà que el rol de sex symbol ha de ser elegido e intercambiable para que tenga interés y sentido, no puede convertirse en costumbre ni en la única vÃa de relacionamiento. si no es elegido y temporal se vuelve una cárcel o al menos un cinturón de castidad. aprendà que cualquier rol es un juego, un maquillaje, un disfraz, incluso el de los años. aprendà que el rol de sex symbol es tecnologÃa fina del control social y seguramente fue por eso que paralelo a este aprendizaje me volvà feminista. entendà que cuando dicen que eres demasiado sexy y que sólo eres eso, es como decirte que le gustas cuando callas, porque estás como ausente.
cuando hoy alguien me dice que su atracción hacia mà se centra en este aspecto de forma exclusiva no puedo sino reÃrme. me recuerdo lolita cambiando cervezas por roces, besos por rayas de coca. para mà hoy ese es un traje que me pongo y me saco tal como la caridad que practico por internet. y si me lo repiten mucho ya me mosqueo, porque denota una total incomprensión de la maleabilidad del deseo. un no entender que la carreta, finalmente, nunca la moverá mi par de tetas, porque las grandes carretas no van accionadas por tetas sino por inmensidades, porque afirmar el poder del sex symbol como único poder disponible por una, es como decir el sexismo y la oligofrenia de lengua materna. parece absurdo que hoy en dÃa me pasen estas cosas, todavÃa. en realidad, no deberÃan sucederme ya, con lo que me lo he currado…
arqueologÃa del corazón, hoy: los lesbianos
el intento de aproximación a la identidad «lesbiano» tiene como motor la búsqueda de modelos de masculinidad no normativa, no asà la instauración de una nueva categorÃa identitaria que sirva, otra vez, de camisa de fuerza. la mecánica se funda en el deseo de disolución de la masculinidad hegemónica, lo cual a ratos parece tarea imposible. el ejercicio, lo más modesto posible, pretende funcionar como un reguero de pólvora, un gatillador de posibilidades no normativas en un universo heteroimaginario a través del desarrollo y enunciación de la figura. me resulta imposible no caer en estereotipos ni clichés incómodos. lo haré porque de otro modo no serÃa capaz de escribir.
los lesbianos, que me he encontrado por razón, calentura y afinidad, aparecen como categorÃa sin definición, no tiene marcos claros. no tiene tampoco marcos de representación en producciones culturales tipo, cinematográficas, pictóricas, mediáticas. es básicamente como si no existieran (más allá del comentario estúpido de algún machirulo que se autodenomina como tal para decir «me gustan las mujeres», otro chiste más provocado por su masculinidad normativa…). pero si no existen ¿cómo es posible que me haya cruzado ya con tantos?
la observación de los lesbianos es totalmente arbitraria, no hay Ãndices de población ni estudios geopolÃticos para complementarla más que los que he podido recopilar de manera personal, contando además con una muestra muy pequeña que en esta ocasión hará de «universo». dicho lo cual y para no quedar cortas de ciencia, la astrologÃa revela que el 100% del universo observado presenta la coincidencia de la luna en la casa 12 (aspectada en un 50% por acuario), información para cuyo análisis me falta lamentablemente conocimiento y estudio. dejo el dato. astrologÃa es ciencia.
los lesbianos son biohombres en general flacos, o pequeños, o gorditos (o la combinación de 2 de estos adjetivos). muchas veces llevan ropa extraña, aunque sea sólo una prenda o un accesorio. tienen un punto estrafalario o atorrante, o los dos. trabajan con la motricidad fina en «labores del género», o en electrónica, o se dedican al trabajo con códigos, computadores, diseño o sonido. tienen desarrollada una condición estética, pueden manipular sus materiales. podrÃa decirse que tienen buen gusto (aunque muchas veces sustentado en el feismo), lo cual combinado con motricidad fina puede llegar a provocar resultados asombrosos.
la mayorÃa de ellos parece maricón, o hablan lento, o bajito, o agudo, o mal. pero ser identificados como maricones no les importa; la masculinidad convencional de los lesbianos está rota y desencajada del cuerpo, es un residuo que está más bien en su entorno (bajo la forma del despojo) que en su propia carcasa cultural. por lo mismo su sexualidad se vuelve mucho más interesante. son proclives al uso de diversas partes del cuerpo y al sexo no genitalizado. un polvo con un lesbiano puede llegar a durar varias horas e incluso prescindir de la penetración pene-vagina.
uno de los aspectos más interesantes y definitorios de su carácter lesbiano emerge justamente de la interacción sexual, y corresponde a la apertura del ano que presentan en la totalidad de los casos estudiados. el ano, lugar cúlmine de protección de la masculinidad normativa, cueva sellada por el martirio cultural, se ve rentabilizado en pos del placer y el juego de rol por parte de ellos. felices y sodomizados se entregan a la búsqueda prostática sin ningún reparo ni inhibición. penetrarlos se vuelve un placer difÃcil de evitar.
muchos lesbianos hablan de sà mismos en femenino. esto puede ser, en la mayorÃa de los casos, herencia de una cultura vinculada al activismo y al «open source». sin embargo no hay que engañarse: la mayorÃa de los biohombres que se autoenuncian en femenino en las asambleas tienen un enorme macho interno dispuesto a salir al ataque después de la «a». por lo que hablar en femenino en el caso de los lesbianos es un hecho al que quizás habrÃa que restarle importancia. es un accesorio que les da gracia y distinción.
los lesbianos follan con lesbianas o con mujeres de una pluma bollera/torta desmesurada, y si no es asÃ, es muy probable que la mujer de su vida les abandone por otra mujer. esto último no deberÃa atentar contra su identidad de macho, es una bala dirigida directamente a su amor propio, escindido de su condición de biohombre, o no. son un tipo de hombre muy poco machirulo que presentan una relación circunstancial con la heterosexualidad, casual (con lo que puede significar casual en un contexto como este, es decir, tampoco tanto), pero no identitaria.
porque querámoslo o no, los lesbianos nunca recibirán condena social, segregación ni maltrato por su condición de lesbianos. después de todo siguen bajo el cobijo, aún enorme, que les da su masculinidad convencional y tullida a través de sus cuerpos de biohombres levemente rarificados. nunca podrán saber cómo se es lesbiana en el espacio social, en el fondo, cómo se es bollo o torta. tampoco hay ningún carácter programático en su devenir. probablemente eso sea lo que hace que no se constituyan como categorÃa polÃtica. su acción no es a partir de la agrupación sino de la diseminación en espacios sociales relativamente homogéneos.
si pudiéramos encontrar una especie de reivindicación del trago amargo que tiene el lesbianismo, la apropiación del insulto tendrÃa que ser «bollero» o «torto» (que casi se parece a «tonto»). pero esto, es algo rotundamente improbable: la parte menos abstracta de la categorÃa lesbiana, la parte sucia, es algo a lo que jamás podrán acceder. y creo que en el fondo no lo desean.
por ahora polvos, mis jugos y mi adoración. los lesbianos no son una identidad polÃtica, sólo me rompen el corazón.
porno pro-vida
estoy viendo pornografÃa pro-vida, un canto a la especie humana y su reproducción, un llamado a la ausencia de estrÃas, a la hegemonÃa blanca, a la juventud.
si la maternidad es ortopedia y una incontrolable ensalada de flujos, el porno es ortopedia y una constante selección de flujos (no se consignan todos, ya conocemos los que van).
una de las cosas más interesantes y subversivas que para mà tiene el porno (el convencional, el post, el clásico y el cualquiera) es que el sexo que se representa está totalmente escindido de la reproducción y del amor. bueno, «interesante y subversivo» es aquà un eufemismo (por no decir «de las pocas cosas rescatables») o una exageración (por no decir solo «interesante» que en realidad no significa casi nada). pero bueno, es lo que hay, el mete y saca, el jadeo, el meneo de las carnes. ese es el paisaje que se ha inventado la humanidad para representar lo que es la sexualidad (y esto, lo de «humanidad» es más que un eufemismo o una exageración, es una pura generalidad e incluso una falacia, pero bueno, tampoco nos pondremos tan quisquillosas: sólo es porno) y es un paisaje pobre, tal como la mayorÃa de la humanidad y es un sistema precario aunque no por ello inestable.
y yo que me he pasado un buen rato mirando este porno que he denominado pro-vida, porque claro, su objeto de representación es la mujer preñada, aquella que exhibe -suponemos orgullosa- su panza como si se tratara de un implante de silicona, y que se somete al calentón que ejerce su representación (no las veo a ellas muy cachonas en realidad) porque sabe que el «money shot» de su imagen (barthes dirÃa el punctum porque los franceses son siempre mucho más elegantes que los gringos) es su barriga de 7, 8 ó 9 meses de embarazo y algunas enseñan el coño, y algunas enseñan la teta, y muchas de ellas ni lo uno ni lo otro, como si la barriga fuera el único órgano sexual de esta escena. digo porno pro-vida porque es lo que pasó después de que no hubo aborto, a lo que se puede llegar, un embarazo digno.
para ser honesta tendrÃa que decir que esta no es una web propiamente porno, sino un compendio de imágenes de mujeres embarazadas que se llama «preggo power» (preggo en slang de internet es embarazada), y de alguna manera su ser sexy, su sensualidad y su atractivo en estado de gravidez es (como un mantra) su «poder».
(cuando en la muestra marrana hicimos el especial de «mamás cachondas» proyectamos una peli producida por madison young y, aunque tampoco se distanciaba mucho del estereotipo, al menos era lo que el tÃtulo de la sesión indicaba: una cachonda. a veces en estos ámbitos se valoran cosas muy pequeñas e insignificantes y que fuera de contexto no llamarÃan en lo más mÃnimo la atención. pero bueno, tras años de ser la representación de un objeto (porque ni sujeto pasivo se dice, no) a veces una mÃnima alteración ejerce fuerza… ya, ya, ya lo sé).
alguien podrÃa decirme que si no muestran ni tetas, ni culos, ni coños abiertos esto no tendrÃa por qué ser porno. y podrÃa tener razón, aunque creo que no la tiene. para mà es porno y del convencional. argumentarlo a este punto me está dando más pereza que llegar al final del tumblr (voy en la pagina 250 y no acaba…). sólo querÃa comentar lo que me transmitió sorprendida una que tuvo un parto recientemente, que estando dentro de la maternidad las enfermeras y los médicos destinaban una sábana especialmente a cubrirle sus piernas sin depilar. por lo visto no podÃan soportar ver por los pasillos o en medio de la sala de parto unas piernas más parecidas a las de un futbolista que a lo que deberÃa ser una mujer absoluta (una madre serÃa en este caso el grado cero de la mujeridad). imagino ahora a esos médicos y a esas enfermeras, casi igual que yo cepillándose el tumblr, rellenos de placer al ver a tanta embarazada inofensiva y cuidada, tan blancas y dismuladas en su monstruosidad y deformación.
pausa involuntaria
pues eso, pausa involuntaria de blog, pero no es nada personal, no es algo Ãntimo sino quizás todo lo contrario. «el documento» está casi listo. la colonia de inmundicias avanza, mis defensas se han ido de vacaciones a un sitio… lejos de aquÃ.
algunas digresiones en torno a la incomodidad (bicicleta nueva). cargué una «enciclopedia de la mujer» durante 25 cuadras bajo el sol (¿incomodidad escogida?).
el «viejazo» me vino después de cumplir 34 años (los celebraré en junio), dÃa en el que leà este texto que inaugura una potencial serie de reflexiones sobre el tema de género y tecnologÃa, porque ya puestas, nos tenemos que poner serias. entrada oficial al mundo del fango (al «amor más sacrificado y devoto que el romántico» según @misslabores). a todo esto se me olvidó la práctica que describe la imagen, esta captura es de un documental de la televisión que estaba viendo hoy. y tal como con «la enciclopedia de la mujer» hay que editar bastante…
con la blanca callén tuvimos -entremedio- una discusión llena de cosas interesantes que retomar más adelante, además de la catarsis tecnofóbica / tecnofÃlica y del reclamo anti-cientificista-patriarcal (viva silvia federici!):
>querida, la gocé con tu texto y me conectó, en el momento de la afasia y del rÃo y la luna, con un video-texto brutal que colgó Elena sobre autismo como «otra» -una más- tecnologÃa de conocimiento o epistemologÃa (parcial, escurridiza y quebrada, como todas) que nos revela que no existe sólo «una»…o «la una». o bueno, que sà la hay, pero es sólo un efecto del poder-saber. nevertheless, me revolvà un poco cuando hablas de la repetición y el acostumbramiento: OK a cargarnos el ‘preset’, el deber ser y el dado-por-descontado; pero la repetición y la constumbre es una fuente súper potente de conocimiento experiencial (volviendo al rÃo y la luna). sólo asà se apreciarán las diferencias…¿será que me hago vieja y me canso de la tiranÃa de lo new, de que todo cambie y nada cuaje, del fast food-fast love-fast know? te escribo por aquÃ, porque «quants més siguem, més riurem». lots of food, love and know (te debo un mail)
>>gracias blanca, amor de feedback. me gustarÃa pensar que una observación o experiencia sostenida no tendrÃa que ser repetida necesariamente (incluso el rÃo estancado cubierto de una capa de metales pesados que no dejan entrar la luz cambia de color), es asà como se aprecian las diferencias, dices tú. o aparece la diferencia. esta idea en todo caso tenÃa más que ver con ciertas herramientas (producidas por el capitalismo) que condicionan una «interacción» mecánica que omite totalmente la relacionalidad, el aspecto relacional entre unx y la máquina por ejemplo, la posibilidad de encontrar nuevos atajos (o conjuros como dirÃa el pedro) en cada momento. he estado pensando en cómo distinguir entre las tecnologÃas que nos interesan y las que no. en ese sentido la orientación repetitiva y acostumbrada de una tecnologÃa me parecÃa que podÃa estar apuntando a un objetivo poco interesante, la predecibilidad del smart phone… bueno, gracias por el feedback, de verdad
>sÃ, santa Butler ya nos recordaba con la performatividad que no hay una repetición igual a otra. aplicado a las herramientas capitalistas, totalmente de acuerdo. hay una tipa (Madeline Akrich) que habla de los ‘scripts’ de la tecnologÃa diciendo que todo objeto incorpora en su diseño, fabricación, etc. ciertos guiones -de género, uso, raza, etc- que tratan de delimitar lo posible/imposible de ese objeto. sin embargo, estos guiones no son inamovibles, aunque haya algunos más tozudos que otros, claro. en el momento en que ese objeto es puesto en relación con otra cosa, con su usuarix por ejemplo, cabe la posibilidad de que sea respondido. un ejemplo paradigmático de dureza y cierre del script serÃa windows…y mucho peor, mac. la cosa es que la tecnociencia, históricamente, ha sostenido que para que un hecho cientÃfico, o una tecnologÃa, se imponga y se desarrolle al máximo, debe constituirse como una «caja negra» inexpugnable, un «móvil inmutable» que sea capaz de trasladarse sin ser modificado. el software libre, en mi opinión, es el ejemplo paradigmático de que se puede desarrollar y adoptar una tecnologÃa sin necesidad de hacer de ella una caja negra: su fortaleza radica, precisamente, en que es algo abierto, modificable e intervenible por cualquiera. sin embargo, la sospecha, malauradament (o no?), es que las instituciones e industria tecno-cientÃficas se están dando cuenta del potencial de esa apertura, no-repetición, diferencia, impredicibilidad, etc que comentamos. y luego vendrán y harán…zas!! «gracias por tu colaboración: son 30€». total: ¿cómo mantener relaciones creativas y no predeterminadas con la tecnologÃa pero liberadas de su capitalización?…¿cómo montar espacios autónomos en los que sean posibles formas de creación y conocimiento ‘sostenido’ (aunque irrepetible)?
>>claro, esa es un poco la pregunta, y esta era un poco la lÃnea en la que se estaba planteando la aversión a la repetición. creo que es muy importante, y hoy más que ayer, estar preguntándose constantemente sobre si las dinámicas, los procesos y las herramientas están operando en la lÃnea del capitalismo. aquà hay una trampa, porque potencialmente todo podrÃa ser capitalizado. serÃa una cuestión de tiempo. por eso más bien (y para no deprimirme antes de la acción) pretendo tender a la pregunta y/o al análisis de las construcciones que se producen desde el más acá del capitalismo. por eso me ponen nerviosa a veces las propuestas que se vinculan a la hiperproducción (pasando por encima de un proceso que podrÃa llegar a ser tortuoso), a la vorágine de producir, de hacer, desde un punto de vista muy centrado en los resultados. tengo la sensación de que en la concepción misma de lo que se considera desde el sentido común como tecnologÃa hay mucho fascismo capitalista incorporado, y al menos tendrÃamos que cuidarnos de no estarlo reproduciendo sin más. por eso era bonito (o terrible, o aludiendo a ello con neutralidad: interesante) lo que se producÃa en la charla del hidrógeno en el hackthearth, porque si bien el tÃo tenÃa a veces unas salidas del todo hippies (que podÃamos compartir, creer o no), lo interesante era observar también el absoluto rechazo que le producÃan sus concepciones a alguna gente, tachándole de «no-cientÃfico» (vamos, que el tÃo encendió una llama con agua… y si no era cientÃfico era alquimista que en cierto punto no deja de ser prácticamante lo mismo). este veto de lo «no cientÃfico» o lo «no tecnológico» desde el discurso más cartesiano y patriarcal es algo que de por sà me produce mucha sospecha y siendo sincera, también rechazo. respecto a lo que dices de las instituciones que van a sacar cacho de esto (y más ahora, con tanto recorte va a ser que no, si hasta el ministerio de cultura acabará organizando los crowdfoundings!), prefiero confiar en que cada una sabrá a qué causa le regala, dona o aporta su fuerza de trabajo. con tanta precariedad en esto ya deberÃamos ser expertas, o al menos controlar un poco.
>qué bueno! tu reclamo de los ‘procesos’ (tecno-epistémicos) por encima de los ‘productos’ y resultados (tecno-cientÃficos), y sus efectos en el mundo que nos toca vivir, es súuuper relevante. de hecho, dirÃa que ése es el core de los estudios feministas de la ciencia y la tecnologÃa. justo hace un rato, acabo de leerme un artÃculo muy potente de la MarÃa Puig de la Bellacasa que se titula «Matters of care in technoscience: assembling neglected things». En él propone un giro afectivo, basado en el cuidado, en las formas de analizar y relacionarnos con los objetos tecno-cientÃficos. si los construccionistas les metieron una colleja a los positivistas (¿esos que acusan de alquimista al tipo del hidrógeno??), ella se la mete, suavemente, a los construccionistas tachándolos de «tibios» (bueno, asà lo resumo yo) y diciendo que su propuesta del cuidado (la de ella) no es que explique la construcción de las cosas (que yo creo que sà porque implica preguntarse por quién se queda fuera o dentro de una tecnologÃa, sobre quiénes recáen sus efectos, etc), sino que es una especie de «compromiso especulativo», un interrogarse constantemente sobre cómo nos relacionamos, afectamos y somos afectadas, con y por los objetos, «lo otro», o incluso lo no-humano de manera que contribuya a mundos más vivibles. De alguna manera, critica la «objetivación del mundo» (llámalo fetichización) y las narrativas des-apasionadas (Despret) del discurso cientÃfico que borran cualquier rastro de «nosotrxs» -como narradores- y, como efecto, del «otro». conectado con los «fascismos cientÃficos», una cosa que me flipó hace un tiempo fue encontrar en periódicos anarquistas de finales de S.XIX y ppios del XX secciones enteras súper detalladas dedicadas a la ciencia y la tecnologÃa. el racionalismo progresista era la respuesta al pensamiento religioso. el rollo es que ahora se convirtió casi en pensamiento único, incluso en espacios «autónomos» (o llámalos x) cuando se trata de hablar de tecnologÃas, cacharreo y conocimiento.
y lo dejo ya porque tengo un «compromiso no especulativo» con una vida productiva que tengo descuidada.
(lo mismo dirÃa yo)
new wine in old bottles
crecà en un paÃs donde el eje del mal (neoliberal) robó su condición de estado. pa lo que me importa, diremos todxs, pa lo que me importa el estado.
crecà en un paÃs donde el colegio se paga, la salud se paga, el paso por las avenidas mejor asfaltadas de la ciudad se paga, donde la harina es de mala calidad y el aceite como el de coches. crecà en un paÃs donde la lógica del trabajo y del esfuerzo es una religión. crecà en una ciudad donde, tal como madrid está llena de bares, está llena de farmacias y donde los medicamentos cuestan 2 ó 3 veces lo que valen en españa. crecà en un paÃs donde la enfermedad es el terror que imprime el estado sobre una población cada vez más inmovilizada (y más obesa, entre la harina, el aceite y el terror). crecà en un paÃs donde el presidente es una de las 150 personas más ricas del mundo y donde el sueldo mÃnimo (el más alto de sudamérica) es de menos de 420 dólares (lo que ni siquiera alcanza para pagar un mes de estudios en la universidad de chile, lo que allà siguen llamando irónicamente «universidad pública») y donde más de un 20% de la población vive con menos o mucho menos que eso.
crecà en un paÃs donde la pobreza está naturalizada de la manera más violenta posible. crecà en un paÃs donde la violencia está naturalizada, donde el aborto es ilegal bajo cualquier circunstancia, donde la iglesia controla los servicios de salud pública.
digo todo esto porque el neoliberalismo me es familiar. sé cómo funciona del mismo modo que alguien sabe cómo reaccionará su hermano frente a algo. de alguna manera, y es muy triste decirlo, algo en mà también naturaliza al capitalismo feroz porque crecà rodeada de todos sus dispositivos y me alimenté de su comida, le debo su universidad, miré sus pelÃculas en los noticiarios por la televisión. fui vÃctima de la usura a través de la salud y la educación privada.
es en este contexto que reconozco muchos de los dispositivos que hoy percibe mi cuerpo pobre y migrante en la barcelona del fin del mundo. reconozco como el mismo queso de siempre viene ahora relleno de agua, tras haber tenido un reajuste del 10% hace unos meses, sin cambiar en nada su envoltorio cutre al que no nos desacostumbramos. reconozco, más allá de la terciarización, cómo las funciones laborales se multiplican a través de un cargo que pareciera ser siempre el mismo. reconozco el empeoramiento de la alimentación y de la vida como si fuera un programa de salud pública. reconozco la brutalidad y la invisibilización de la pobreza incluso en ámbitos donde todos son comprobadamente pobres (por ejemplo en la cultura), y donde todos sin embargo siguen trasteando con prácticas burguesas, haciendo música al chocar las copas de champagne. sé reconocer la vergüenza de la pobreza que imprime el capitalismo, un sentimiento de culpa por no tener, una reacción nuestra con la que el capitalismo cuenta y que opera como la autocensura enunciada por pasolini (algo que la institución sabe que haremos sin que haga falta ni enseñarnos ni decirnos cómo ejercer). reconozco el pudor capitalista y me vuelvo a declarar insumisa.
y no estoy deprimida, no. porque con mi vivencia de paÃs neoliberal sé, con total certeza, que las ratas sobrevivimos aunque caiga la bomba atómica y que la resistencia a veces tiene que perder la compostura y dejar de pedir para poder desenfundar el ak47 que todxs llevamos dentro.
a
para que tenga sentido esto (cualquier cosa) y no lo otro (cualquier cosa). para que tenga sentido esto y mis ganas de no trabajar, y mis ganas de follarme al mundo y mis ganas de borrachera, y mis ganas de conocer a mujeres despampanantes (que a veces son chicos, a veces son trans. que no hablamos de la categorÃa clásica del sistema sexo/género, que no seamos tan básicas, tan proclives a la obviedad…) y mi deseo de mujeres brutales y monstruosas, mi deseo de intensidad. porque yo no quiero «contactos», quiero amigas, para que nuestro cuerpo sea un vástago social, un apéndice comunitario, o detritus. no hay altruismo en el amor. el amor es una condición del anticapitalismo, el amor es un deseo oblicuo (y no un fin), no es objetividad matemática, es potencial y empieza con la A por culpa de los diccionarios, y se destroza por culpa de los telediarios y se desdibuja por la intensidad difusa, mal enfocada. entonces, mi sensibilidad se dará exenta de cualquier tipo de docilidad.
el muerto
hace exactamente 5 meses y 2 dÃas mi único abuelo que permanecÃa con vida fue hospitalizado. imprimà una foto suya (a la derecha de la imagen) y la puse en mi altar junto a una vela. al dÃa siguiente la vela habÃa sido ahogada por la foto que, cayendo sobre el fuego, se habÃa carbonizado Ãntegramente sin originar mayor daño que la extinción de la llama. pensé, ha muerto.
pero no. en realidad habÃa salido del hospital de una forma en la que no me enteraba bien ya que ni siquiera me habÃa enterado bien de su entrada sino a través de un mail que sin dar mayores explicaciones invitaba a la celebración de una misa (sic) por su salud.
imaginé al anciano diciéndome: cabra de mierda que me andai encendiendo velitas si ni me he muerto.
imaginé que si la re-encendÃa lo iba a matar al instante.
decidà encenderla cuando muriese.
debo decir que en mayo del 2012 habÃa ido a su casa con una prima a despedirme. me resulta difÃcil la relación con los viejos. me resulta difÃcil levantar la voz para que me escuchen o lidiar con sus gestos de niños. pura falta de experiencia, nada personal. en esa oportunidad fue una enfermera la que me hizo de interfaz indicándome qué hacer. tócalo, me dijo, sin saber que en mi vida le habÃa tocado, que ese era un gesto inicial (y final) en nuestra relación cuerpo a cuerpo. jugamos con su estado desconstructivo del habla, me resultaba muy interesante que empezara a hablar olvidando en el medio de una oración las palabras, conviertiéndolas en fonemas sin sentido. habÃa algo muy primitivo allÃ. en un momento él, que olvidaba las palabras pero aún recordaba leer, comenzó a reconstruir el texto de mi camiseta. ble-sible-posible-otro-no-porno-es-otro-porno-es-posible. ante el nerviosismo de la enfermera y el desconcierto de mi prima le comenté con toda naturalidad que la frase era una cita a «otro mundo es posible», le hablé de porto alegre, de le monde diplomatique (revista a la que estaba suscrito o al menos eso recordaba yo), de los movimientos antiglobalización. creo que él comprendió todo y de alguna forma bendijo la causa. siempre tuve la sensación de que cuando le trataban como un niño de dos años preferÃa desconectar, pero que cuando se le hablaba como a un señor, algo de sà reaccionaba. seguà tocándolo (la mano, el cuello) hasta que le dije: venga, te haré un peinado moderno, ante lo que me respondió: no po, no te pasà po cabrita. muy propio de él, muy suyo. risa general.
debo decir también que las últimas 5 veces que le vi (a excepción de la última) me comunicó con mayor o menor énfasis su deseo de morir, su hastÃo vital, su aburrimiento, el sinsentido de estar vivo sin poder vivir, su incomodidad al control. de alguna forma deseé que le dejaran salir a dar un paseo (solo), que se cayese, que se fuera a encontrar en el más allá con mi abuela, que le dejaran (o dejáramos) morir. debe ser triste ver morir a todo el mundo y seguir mirando por la ventana al resto de mundo que pasa por fuera.
y ayer se murió.
tenÃa 97 años.
hoy volvà a encender la vela. y casi me incendia la habitación. las marcas del fuego quedarán para siempre impresas en la estanterÃa. sólo puedo interpretar la exageración de esa llama como el gesto pletórico de su muerte, y asà no puedo sino alegrarme por la intensidad que de alguna manera me hereda.
cómo hacer, qué es.
how to love. how to rock. how to vote. how to install. how to hate. how to archer. how to wobble. how to calculate. how to root. how to tebow .
cómo hacer genograma. cómo hacer sushi. cómo preparar arroz. cómo hacer bonsai. cómo hacer rastas. cómo hacer blusas. cómo adelgazar. cómo usar analitic. cómo funciona twitter. cómo usar tumblr. cómo instalar whatsapp. cómo se chapa. cómo dividir decimales. cómo decorar. cómo dormir rápido. cómo arreglar fotos. cómo decorar sandalias. cómo quitar berrugas. cómo adelgazar abdomen. cómo salió river. cómo eliminar babylon. cómo arreglar auriculares. cómo bailar wachiturro. cómo descargar minecraft. cómo votar. cómo meditar. cómo aprender italiano. cómo preparar óleos. cómo actualizar android. cómo usar siri. cómo sacar porcentajes. cómo escanear. cómo hacer puertas. cómo actualizar facebook. cómo conseguir novia. cómo comprar dólares. cómo desactivar facebook. cómo maquillarse. cómo hacer cupcakes. cómo ganar dinero. cómo hacer tortitas. cómo ser innovador. cómo hacer bechamel. cómo ahorrar dinero. cómo preparar chilaquiles. cómo encontrar trabajo. cómo ser feliz.
(qué es hipster. qué es whatsapp. qué es instagram. qué es aquafresh. qué es pinterest. qué es twitter. qué es linkedin. qué es android. qué es tumblr. qué es megaupload. qué es google+. qué es facebook. qué es coaching. qué es monotemático. qué es tripofobia. qué es lipotimia. qué es sopa. qué es bullying. qué es stalkear. qué es meningitis. qué es lupus. qué es outsourcing. qué es cuaresma. qué es empalamiento. qué es wikileaks. qué es tomorrowland. qué es cultura. qué es materia. qué es estadÃstica. qué es filosofÃa. qué es marketing. qué es sublime.)
gracias a laurette que me enseñó esta base de datos de las búsquedas en google del año 2012 (tomado de las búsquedas de argentina, méxico, colombia, usa, españa y chile).
ver la viga
entonces miro algo fijamente porque he aprendido de manera implÃcita, y como gesto corporal producido por el autoaprendizaje, que eso es algo que hace la gente con alto poder de concentración. ha sido una performance adquirida y con el tiempo asimilada. ahora cuando pienso algo fijo el ojo. no veo nada, o miro fijamente una mancha de café como si del cambio mundial se tratase. mi hermano decÃa que para parecer intelectual habÃa que ordenarse la barba, con lo cual la intelectualidad como performance quedaba reducida a exclusiva propiedad del barbudo. yo fijo la vista, asà al menos quien te interrumpe se disculpa al hacerlo. fijo la mirada, ergo pienso.
resulta que la medicina moderna cada dÃa se evidencia más en su condición de estafa. (en mi mente la canción desalambrar parafraseada: desaprender).
entonces la contracultura, la reivindicación de la diferencia, mover los ojos para ver sin fijarse en nada, para verlo todo fragmentado juntando partes. respirar para hidratar la cuenca, ese globo de agua, ese coágulo de transparencia. ver para ser agua licuando la mirada. licuar la mirada en la imagen que te abandona. avanzar es dejar atrás tanta imagen que no vemos porque si las viéramos no habrÃa apego ni abandono ni pánico a la pérdida, puro excedente. dejando atrás imagen, un tubo que come y caga a la vez, un tubo que percibe su mirada como inmanencia, espacio despatologizado sólo tenso por no reproducir idénticamente lo convencional, la percepción correcta de la imagen. una esfera transparente que no adhiere al 100% (¿habrá en esto un gesto de resistencia?), un globo de agua carnosa que no sirve para la exactitud que (suponemos) estuvo hecha. otra vez dios se equivocó o fue su propia miopÃa al designar utilitario al ojo, excomulgado hoy por su desfuncionalidad a la praxis. en un paÃs de ciegos el mÃope es rey, en un paÃs de máxima visibilidad el mÃope carece de interés.
rancia
«la escritura comienza cuando la acción termina» dijo hilda yáñez alguna vez. lo he pensado durante años, dándole razón con los actos, sin estar nunca del todo convencida. cada vez que dejo de escribir en el blog unos dÃas (como ahora), me persigue un (leve) sentimiento del deber, no tanto de escribir, sino como de que lo escrito supere cierto nivel, algo que justifique el tiempo sin haberlo hecho. lo cierto es que esto casi nunca sucede. básicamente el tiempo se dilata hasta que ya los niveles de superación resultan francamente inabarcables, significando su alza en sà misma un retraso constante, la humildad acecha. de pronto el cÃrculo vicioso se rompe.
algo pasa, aunque por lo general no pasa nada. se rompe el cÃrculo, cual himen, y ya está. contrato con la humildad, con la autoindulgencia, con la droga, un perÃodo agitado o nada, nada al menos vinculante con lo anterior.
en el intermedio muchas cosas, como por ejemplo esto:
ACKER: when you write, are you controlling a text? when you’re really writing you’re not, you’re fucking with it.. what you do, when your body-build, is work to failure…actually i want to work to past failure… and i think you’re doing exactly the same thing with the text
LOTRINGER: what’s past-failure for a text?
ACKER: to go into the space of wonder.
(kathy acker, «devoured by myths: an interview with sylvère lotringer» in hannibal lecter, my father (new york: semiotext(e), 1991)
y la inmanencia de ese gesto académico de la citación. y una ve como los formatos se adoptan en el intermedio, se adoptan como se fuma, metiendo el humo roñoso bien al fondo, se adoptan como se folla, en un combate de asociaciones ilÃcitas.
***
ritual de expulsión:
se escribe el nombre de la persona o aspecto a expulsar en un papel. se quema en el lugar principal de actuación. se entierran las cenizas en una tierra afÃn (puede ser una maceta). se riega con sangre menstrual cuantos ciclos haga falta hasta que crezca algo.
2013, me dejo para más adelante lo de dejar de fumar, hacer más deporte…
como que se acaba el año, y ahora sà que estoy con la regla perturbándome el bajo vientre, pero no tanto, sólo lo suficiente como para sentirse viva y mayor. más canas, las rodillas a veces me suenan cuando me agacho, el brazo atrofiado por el ratón, corta de vista. quizás es que no debo bajar la guardia, no es que cambie algo con el envejecimiento, son lxs otrxs lxs que cambian su percepción de ti. es más facil no responder a ningún patrón a los 20 que a los 30, a los 30 que a los 40, y so on, so on.
hay que acostumbrarse a poner 13 en lugar de 12, hay que acostumbrarse a hacerse vieja, hay que acostumbrarse a todo hasta que la muerte llegue a una, acostumbrarse incluso a que hagan contigo abono o cenizas. la muerte será el grado 0 del acostumbramiento. y yo que estaba ilusionada con el fin del mundo, asÃ, de golpe, sin acostumbramiento ni nada. estaba dispuesta a vivir sin luz, a ver los ordenadores y los teléfonos como cacharros inoperantes, a no gastar tiempo encendiendo (o apagando) algo. querÃa la incertidumbre de no saber quién estaba vivx o muertx, querÃa buscar debajo de los escombros un charco de agua sucia y radioactiva para no morir de sed, querÃa olvidar lo que es el frÃo, querÃa olvidar lo que es la sed. querÃa no haber aprendido nunca lo que es un cuerpo o un papel. sin abstracciones, el fin del mundo hubiese sido lo mejor que nos podrÃa haber pasado. y no sucedió. nos dejó con la fiesta montada y un montón de resaca al dÃa siguiente (lo mismo que sucederá mañana), nos dejó con unos espacios llenos de olor a tabaco y cerveza podrida. nos dejó aprendidos, expertas en lucha de clases, en patriarcado, para seguir dando la brasa, para seguir contra las agujas del reloj, reventando una que otra corrección. tan educadas estamos que ya tenemos hábito. el clasismo nos parece normal, anestesiadas incorrompibles, la vieja escuela.
entonces como el dÃa nos pilla anarquistas menstruales y ácratas totales con aberración, prosigo el fin con las mismas palabras que pronunció la seispisos el año pasado: «les deseo lo peor (porque lo peor soy yo)».
alfabetización digital / alfabetización sexual
la dificultad que presenta el hecho de coger un mouse/ratón/ratolÃ, presionar el botón derecho y darle una vez/un click a copiar/copy. hacer doble click/apretar dos veces sobre el Ãcono del mundo/el sÃmbolo del navegador/el dibujito del mundo rodeado por un zorro. doble click/dos veces click/apretar muy rápido. no, creo que no lo has hecho bien, otra vez. doble click, prueba haciéndolo más rápido, prueba dándole más suavecito. ¿se abre? esto es para navegar en internet. (uso su brazo como si fuese un ratón de carne y ensayo el click izquierdo, el derecho y el doble. mis manos endurecidas por el teclado sobre su carne negra y blanda). insistir en la diferencia entre un correo electrónico y una página web/entre la dirección de mi casa y el planeta tierra/entre el buzón de mi finca y la publicidad de la calle. click derecho, copiar, en la barra de navegador/la franja blanca de ahà encima, botón derecho, pegar. ¿se pegó? otra vez. enter/el botón con forma de «L» invertida y una flecha en ángulo recto, en el teclado (a la derecha).
educar el cuerpo.
y este fin de semana, muestra marrana.
prostitución, porno, o la invasión de la superficie
que te follen con una cámara es prácticamente lo mismo a que te follen con una polla. que te follen con una polla de carne o una de plástico serÃa igual o equivalente, asà como en un plano expandido lo mismo que una cámara. que fuera una webcam o una cámara de la más alta definición sólo cambiarÃa el resultado de la foto. al final un polvo en un colchón de viscolátex puede ser más cómodo que sobre un cartón, pero eso no tendrÃa que ver con la intensidad o la calidad del polvo: la foto serÃa de mala calidad pero no por eso peor.
que te follen a cambio de dinero convierte la práctica sexual en un trabajo cualquiera, sujeto a las regulaciones propias del mercado, de la oferta y la demanda, y sujeto también a factores más subjetivos, incesantemente abstractos o enrevesados. el dinero fluye, como el sexo, como el polvo, como las imágenes en la red. el dinero, esa cáscara gris e inerte que a veces guardo fraccionado en mi bolsillo, virtualizado en mis cuentas del banco, como promesa en algunos actos. y se dice «hacer gimnasia bancaria» y sólo se trata de clic’s y firmas, no hay sudor en lo especulado, no hay interés, no hay carne ni horizonte, sólo tierra yerma (o algo mucho peor), no hay nada cuando se habla de dinero sólo mi tristeza emergente, mis ansias de renunciar. por eso vuelvo al porno, y a su análisis indirecto, unas derivas oblicuas, unos paseos nocturnos, un desespero carnal y un énfasis polÃtico y radical.
el 50% de los cuerpos del porno son particularmente bellos, fuera de la pantalla, sin la ayuda de la alta definición, de la luz que borra los granos, del photoshop, el ángulo resultón. digo bellos en el sentido más convencional y poca cosa que puede existir, son normalmente bellos.
el otro 50% son los cuerpos que se dejan exponer, aquellos cuerpos que contienen la variabilidad de todas las cosas, los que no se caracterizan más que por un arsenal de particularidades innatas o adquiridas: pelos, marcas, cicatrices, asimetrÃas. este cuerpo, particularmente bello o no, se vuelve objeto de atención en razón de su disposición expositiva: un cuerpo que se deja ver. en realidad ambos 50% lo son, sólo que en el caso del segundo es precisamente aquello lo que los hace estar frente a la cámara. a veces las particularidades innatas o adquiridas se convierten en foco de atención, pero es porno (o fotografÃa artÃstica, según) y siempre quedarán residuos del marco cultural dominante, extendido como una enorme manta sobre la imagen final.
coño abierto, expuesto, y venga a ser follado por ella, la cámara.
cuando mi cuerpo está frente a una, desnudo y aparentemente estéril, lo dejo abandonado a su suerte (a la suerte de su imagen), lo dejo estar en un gesto entre ritual y meditativo, vacÃo, solo, como la carcaza que es. mis intenciones en estos momentos son ninguna, apenas ceder sus pliegues y su posible interés visual a quien paga o ruega acceder a la imagen que son mis casi 70 kilos de carne inmensamente blanda. este marshmallow que soy aposentado frente al lente, propio del segundo 50%, se extraña aún ante la perversión maquÃnica de la cámara, su capacidad para alterar la imagen, para coger el plano exacto, ese donde la imperfección se esconde en lo obsceno, ese donde el cuerpo parece homogéneo y más blanco que nunca, y no se ven los años, ni las marcas, ni los accidentes. una imagen boba, raquÃtica, sin poder de impacto. una imagen desaliñada, acicalada apenas por el triste condimento de lo normal.
pero la cámara no es perfecta, a veces la creo hermana de mi cuerpo, presentan, como miembros de la misma familia, las fisuras de lo inexacto. dejan ver el drama de lo irrepresentado, dejan ver sus particularidades y allÃ, su obscenidad. primer nivel de filtramiento corporal: la máquina (y su fracaso). segundo nivel de filtramiento corporal: el esclavo del aparato.
entonces la edición, la selección de lo inmaculado, de lo liso y lo llano, el recorte del plano. el esclavo obedece, acciona el retoque digital. se alÃnea con la cámara y la ideologÃa, siempre en la retaguardia, esperando liquidar los últimos rasgos de fealdad, lo último que queda, «déjenmelo a mû dice orgulloso.
voluntad de homogénesis, su pulsión. el esclavo de la representación cree que ha hecho un buen trabajo al convertir mi cuerpo en uno más de los miles, millones, trillones de cuerpos que asisten, con velocidad de 10 megas por segundo, a la pantalla que los convoca. mi cuerpo (su imagen) ya no es contrabando de lo desviado, ha entrado a la escena travestido y operante, repetitivo e insistente todos sostienen que esa imagen tiene orgullo, o algo que se le parece. la foto queda archivada. los gygabytes hinchados, en mi bolsillo un poco de dinero y mi carne más frÃa que nunca.
la zona, entre otras cosas
hay algo ilegal que hacemos o que hicimos con todo el desparpajo de la repetición subversiva. hay algo que hicimos y vienen otros a recordarlo, nosotras no tenemos tiempo para darle atención, estamos pendientes de nuestros excrementos, de nuestras sedimentaciones, del calor que producen nuestros cuerpos, su energÃa. preocupadas de tener la papelera vacÃa (“che, qué linda tenés tu papelera†me dijo), de tener el archivo disidente, de olvidar con gracia y la desgracia dejarla fuera. de ahora en adelante, la zona. de ahora en adelante, la zona. de ahora en adelante, la zona y todo lo que hubo atrás es la zona también. me fui resfriada y aún empeoró. el calor que producen nuestros cuerpos es energÃa rompiendo muros, batiendo escombros, esnifando polvo de cal y cemento, gripe al tercer dÃa. esnifando polvo de cal y cemento, el calor que producen nuestros cuerpos. al tercer dÃa la máquina está como un feliz desperfecto. antes, la regla. medicación con aspirina, cerveza, anfetaminas e ibuprofeno. la biologÃa y sus placebos. la zona, un lugar increÃble y humedecido por lo colectivizado. la cocina, y unas gallinas más cercanas al cyberpunk que a la ecologÃa. y qué coño es la ecologÃa, si aquà hay muchos cuerpos calientes muchas horas al dÃa haciendo muchas cosas materiales y prácticas, reconduciendo energÃa como “una estufa en medio de un campo de fútbolâ€, pensando cómo gestionar la mierda (sic), y también muchos árboles, mucha humedad y murciélagos como ramas chocándome el culo cuando lo exhibo con impudicia a las fauces de la tierra. y si esto no es ecologÃa que me hagan una master class. a primera vista cualquier cosa podrÃa ser virgen, “qué lindo†dicen. y mi coño abierto haciéndole una espectacular lluvia dorada (ecosexual) al cuerpo abierto de la tierra (y sus metales pesados). luego ya se va notando, como una mÃmesis desviada, empieza a salir del armario la mierda, el rÃo es verde y a veces rojo y a veces sale cargado de peces muertos y por pura moral reaccionaria mis papeles higiénicos usados me los guardo en el bolsillo. personalmente no me molesta. mi pipà con ibuprofeno colonizando cientos de alcantarillados públicos financiados con los impuestos de las compresas del mundo. la zona emerge entonces de un hermoso y abismante realismo. un realismo que es el daño, una belleza que es el daño, luchando los árboles por superar al daño y su mutación sigue imperceptible como la hormonación de los peces que se comieron las hormonas de las mujeres que fueron recetadas por un médico que vivÃa tomando anabolizantes. lo demás es descubrir cosas nuevas a cada rato. lo demás es estar en un presente continuo.
*
ellxs eran tan de estados unidos, pero tan de estados unidos que no se podÃa hacer nada para que fuese distinto. a veces las identidades se erigen como unas estatuas de hierro clavadas con cemento a kilómetros de profundidad bajo tierra. nos pareció que hacÃa falta sutileza, aunque como toda cosa bruta se te queda siempre clavada un poquito. mi cabeza, que por el momento es como una máquina de fabricación de embutidos (mil menudencias y despojos mezclados sin lógica alguna), se hace preguntas que a ratos son del todo reprochables.
*
comienzo a hojear los diarios tempranos de susan sontag. en la primera página y con 14 años la muy hija de puta dice “la única diferencia entre seres humanos es la inteligenciaâ€.
videochat
te follarÃa ipso facto. mi coño te manda a decir que quiere que te metas entero adentro suyo, no deja de darme golpecitos, está muy insistente. supongo que se sentirÃa contento (mi coño) si al menos se te parara un poco por debajo de la mesa donde apoyas los brazos mientras lees esto, sin que nadie se de cuenta, ni idea de con cuántas personas estás, pero serÃa discreto, mi coño también lo es, en su fantasÃa. y yo, yo enormemente dispersa, intentando hacer algo (por la vida), pero interesándome más que nada en tus labios y en los relatos patéticos, confesionales, amorosos, borrachos, tiernos y extremos de mi amiga por mail. «tengo» o «deberÃa» hacer otras cosas, no pensar tanto en tu polla o en tu puño, o en que los deberes no tienen mucho sentido. pero me gustas mucho, tanto que a veces creo que hasta podrÃa ser una fantasÃa, esto de jugar a interrumpirte, de compartir los dÃas a través de una pantalla, o imaginarme que te metes mano en la cocina mientras vas a buscar más cerveza, un pan de molde con mortadela. colgada yo en una ventana más del ordenador. mi pantalla también está fragmentada, tuyo es su lado derecho. los documentos se aglomeran a la izquierda, amontonados, como en una manifestación. acallada por una ventana del ordenador. estoy caliente, o quiero estarlo. cualquier cosa es mejor que trabajar, aunque sea trabajo de artista, de estudiante, de proletaria 2.0. tu sombra se mueve al otro lado. das vuelta la pantalla. me enseñas a tus amigos, me haces saludarles. estoy tan caliente que me siento como conejita playboy al mover la mano en señal de «hola», creo que sin querer guiño un ojo, te odio. haces todo esto para callar a mi coño. bebo whisky on the rocks en una copa inmensa que en realidad es de vino. la lleno con whisky para calmar mi sed. maldito, te digo por escrito. lo lees (o imagino que lo lees), con tus pestañas lentas, narcotizadas, con tu sonrisa que son 10 pÃxeles deformados, tu sonrisa que imagino evocando todo el poder mundial de la pornografÃa, de los azotes, de las cámaras de videovigilancia del deseo. y un mensaje de texto me dice que lo único que puedo hacer para calmar mi sed, y el hambre de mi coño, es escribir esto al tiempo que sucede. y esperar a mañana. y ver si puedo dormir antes de que sea mañana, y ver si puedo follar (mañana), y ver si puedo resolver algún deber (mañana), sacar algún informe, algún provecho de todo esto, porque el tiempo de hoy ha sido dilapidado frente a una pantalla hasta que, otra noche más, me quede mirando hasta oÃrte roncar.
septiembre
«septiembre es el mes más bonito de chile» le digo a cualquiera que no conozca el lugar. como que todos los momentos se acumularan en un mes: el trauma, la fiesta, la primavera. desde hace más de 8 años que no he estado allà ningún septiembre para comprobar las bondades que ostento, a la distancia, como una farsante, estimulante y convincente.
a este lado septiembre igualmente bello. un amor que llegó no sé cómo (no me pregunten). yo sé que soy bien dispuesta, pero esto superó el canon. bello, todo bello, y plácido, sin angustia, bastante operativo (el tarot dijo que NO era algo pragmático), algo que se da como le crecen las flores a mi albahaca y no se entume sino convive.
paso corto de mi josefina: maratón de edición. algunos detalles que se habÃan perdido en la distancia fueron recuperados. ejercicios grupales (aunque sean grupos de a dos), ejercicios de intensidad y excesos, una visita corta (que hice yo) a la vida burguesa, y para mi impacto, gratamente. entrar y salir me gusta. el «mete y saca» tendrÃamos que decir en este contexto de la guarrada que nos une. yo la amo. amo casi todo y creo que amaré ahora mismo mi cama.
sigo recuperando la sed.
ups, me acabo de dar cuenta que este blog está de cumpleaños. 3 años. sin más. va sin imagen para celebrar. un diario de vida no es un ejercicio literariamente complejo, sólo podrÃa serlo la perseverancia. pero como dice arriba, si mal no recuerdo, «instinto de exhibicionismo», eso. 3 años no son nada…
CENSURA
pretender colgar en vimeo un video de un close up de un culo masculino siendo penetrado por un cerdito tejido con ganchillo y pensar que no serÃa borrado, resulta un gran gesto de ingenuidad. y sÃ, fui yo la que lo tuve. la verdad es que sà pensé en algún momento que podÃan borrarlo, pero nunca pensé que se cargarÃan mi cuenta entera. una cuenta que, entre otras cosas, tenÃa la «silver wedding» de annie sprinkle y beth stephens (realizada en el cccb y que contaba con unas 6.000 visitas en 5 meses), el trailer de mi documental (que en un año tenÃa ya casi 30.000 visitas y que contenÃa una escena de un trÃo de tÃas comiéndose el coño además de varias perroflautas (con cariño) diciendo lo que creÃan que podÃa ser la postpornografÃa), más otros materiales de rotundo poco valor sexual. a veces una cree que estos espacios son tuyos. una los enuncia diciendo «entra a «mi» canal de vimeo», aunque de algún modo sepa que esto es una ficción, la ficción del 2.0.
el video que hice como promoción para la edición 5 de la muestra marrana duraba un minuto y planteaba una escena en primerÃsimo primer plano de un culo masculino siendo sodomizado por dos (de mis) dedos que al final revelaban ser un cerdito de ganchillo envuelto en un condón.
transgresión a las buenas costumbres: la sodomÃa. el culo de un hombre: espacio sagrado de la masculinidad. un poco de humor en el culo: un despropósito.
ya llevamos un mes de ataques y censuras (imposible no tener en mente #todxsconaliciamurillo) a cualquier acto que roce, golpee o magulle, aunque sea en lo más mÃnimo, la mastodóntica edificación de la masculinidad normativa. las redes sociales comerciales, los espacios de difusión ofrecidos por el mercado (donde es gratuito subir material porque son justamente esos materiales los que se convierten en valor dólar al jugarse en la bolsa) son parte de esos batallones de defensa que tienen los espacios de representación de los hombres machos, de los hombres sin fisuras, de los hombres que podemos ver en el cine y prácticamente en ningún otro lugar.
cualquier representación o registro de lo contrario será inmediatamente retirado de los canales de exhibición. esta es la ley del heteropatriarcado, del capitalismo, de la imagen. es por esto y muchos otros motivos que nuestro imaginario porno-sexual está como está. hay que tener mucha voluntad, polÃtica y sexual, para acceder a otro tipo de materiales. hay que tener mucha paciencia y voluntad, polÃtica y sexual, para sostener otras visiones, intuiciones que pueden llegar a ser incluso igualmente esterotipadas, igualmente mierdosas, pero que se tienen de manera sincera y que serÃan un paso, quizás, en la deconstrucción del panorama triste y absurdo en el que tenemos que pasear con buena cara (ojalá con un niño de la mano y un perrito atado con una correa en la otra y con las piernas bien depiladas) cada dÃa de nuestra vida socializada.
me siento afortunada de tener herramientas para subvertir esta lógica dictatorial de la imagen. aunque sea cansado, vamos a tener cada vez más espacios para decir y enseñar lo que queramos. el mismo empoderamiento que tenemos al producir o difundir materiales de este tipo será el que nos haga construir y mantener servidores cada vez más seguros, más blindados, más feministas, más transgresores de la hegemonÃa de la cultura dominante. nuestra reacción será mucho mayor que la violencia que leen en unos videos de producción doméstica, eso, nos estamos construyendo unas casas donde definitivamente no podrán entrar.
(cÃnica y mamona, le dije en un inglés analfabeto a vimeo lo siguiente:
hello,
i’m doing my PhD on feminist sexual representations (alternative aesthetics), so my channel was a part of my research. moreover i had the trailer of my documentary «mi sexualidad es una creación artÃstica», it have been showed in more than 20 countries in important film festivals and it had more than 25.000 views on vimeo. it seems that someone did not understand this material or work. in my channel i had also, for example, the «silver wedding» of annie sprinkle celebrated in the contemporary cultural center of barcelona last year; and some experimental exercises about free culture.
so i want to manifest that i had very relevant material in my channel and i think its very important for academic and social interest to have access to this kind of videos on the internet.
if you want to erase «muestra marrana V» video, do it, but please reconsider keeping the rest of my materials on-line
lucÃa)
8 años
8 años es mucho tiempo, es uno más que el de la crisis matrimonial, es una cuarta parte de mi vida, es el número de hermanxs que tengo, son casi todos los enanos de blanca nieves.
8 años que se pasan volando: torca. esa palabra inventada a partir de la mezcla de tordo, torcida y terca.
8 años de doble vida, cambiando el habla según el interfaz. 8 años de interfaz. 8 años de portátil, de usb. 8 años electrificados por el internet. sintiendo los influjos de su adherencia, 8 años follando con internet (y no por internet).
8 años, 4 amores, 1 matrimonio, ningún aborto, mucha baguette.
cuando tenÃa 8 años en santiao de chile un desconocido me tocó el culo en la calle. 8 años, poco, según el punto de vista desde el que se mire…
la celebración es discreta, un pacto con la repetición.
y no me doy cuenta de llevar 8 años en este paÃs porque todavÃa no sé cómo hablar.
* en la foto una lucÃa de 8 años comiendo completo en el mismo año en que decidió perforarse las orejas y bautizarse por la religión católica (sic).
** cuidado con la próxima vez que me vaya por un año a alguna parte…
amor de verano
de pronto llega el amor sin que una lo haya llamado. no golpea, no avisa, te pilla sin depilar, sin haber cambiado las sábanas, con la nevera vacÃa. no hay café…
llega un amor que es de ensueño y es a distancia y se vuelven a poner en práctica todas esas viejas estrategias de amor a lo lejos, sólo que ahora, ahora sÃ, tenemos cada vez más tecnologÃa, y eso que no la hemos usado toda, y eso que aún nos queda mucho por experimentar, empezando, claro, por encontrarse cuerpo a cuerpo, chocar los huesos, sudar la carne, chupar los poros insaciablemente unos cuantos dÃas sin tregua, sin conciencia, sin casco ni uniforme, sin fusil.
llega el amor justo cuando ya éramos cyborgs (proletarios de la misma clase), y toda nuestra cibernética dormÃa en la propia cama, y soñábamos con twitter, con skype, con mensajes de texto, y nuestro amor se representaba asÃ, asà de banal y simple como una aplicación encastrada en un aparato más pequeño que la mano. y ¿por qué no lo habÃamos hecho antes? ¿por qué no habÃamos profanado los castillos de la tristeza? ¿por qué no habÃamos hecho meditaciones simultáneas de cara al sol? simplemente, porque el año pasado fue una mierda. sin relativismos, sin lugar a dudas.
entonces, en este estado menor, de incontrolable sentimiento y emoción contra-colérica se desprende el daño, lentamente, cae como piel muerta, surgen nuevas excavaciones, asentamientos arqueológicos perdidos por la fuerza de la desdicha, recuperación del cuerpo, y sobre todo, de las manchas que contiene. cicatrices que ahora parecen bellas, cuando mi lengua las rasca como si se alimentara de costras, cuando me enseñas a amar mi transpiración, y el amor es un tema de referencia. todo se ve bello desde aquÃ, y esta fragilidad es lo más bello. porque no tenemos miedo.
armas de representación masiva: gorda
(esta es mi segunda colaboración con lamansaguman que salió el otro dÃa)
Por @LuciaEgana
La gordura es para el imaginario como la maleza para el jardÃn, o quizás peor, como los caracoles que se comen a las plantas bellas de un jardÃn, afeándolo, echándolo a perder. Es difÃcil en una cultura como esta no haberse sentido gordx alguna vez. Y antes de eso oÃrlo, tanto sea dicho con cariño o desidia. La maleza.
Como lo constata en su propia complejidad Charlotte Cooper, la mujer gorda puede considerarse una discapacitada. A lo menos segregada por improductiva, obsoleta, inmóvil. Su cuerpo colonizado por unos discursos capitalistas que vinculan la productividad como máximo y punto culminante a la maternidad. Ya lo decÃa Hipócrates, una mujer gorda muere antes y no menstrúa, tendrá dificultades en el parto y nos llevará, por glotonerÃa, a la extinción de la especie. (Curiosamente planteaba también, en el siglo V a.C., que andar desnudo es lo que ayudarÃa a un obeso a perder volúmen).
De Hipócrates a la iglesia, y un saltito, la gula acaba siendo un pecado capital, el karma de la mujer obesa: un castigo de vidas anteriores, la delgadez una industria, la medicina una ciencia al servicio de la salud, la salud como ejercicio estético del cuerpo, la delgadez el mejor bienestar, la gordura tristeza humanista del exceso, y al mismo tiempo, representación de la pobreza: corporalidad de la marginación.
La industria de lo flaco representa, hoy por hoy, un exceso muchÃsimo mayor que el de comer lo que unx quiera. La talla única no respeta las propias leyes respecto a lo que es la supervivencia. Las necesidades materiales, o más bien su correlato corporal, no se corresponden a nuestro deseo, tratado como una mosca muerta. El mandato del imperio egipcio (XXI-XVII a.C.) de “toma una sola cosa en lugar de manjares. Un pedazo pequeño en lugar de uno grande†no se corresponde a lo que en realidad muchas veces mi megalomanÃa pretende. Vincular estos mandatos de lo pequeño exclusivamente a la comida me parecerÃa bastante reduccionista.
La palabra obesidad viene del latÃn “obedere†(OB, sobre y EDERE, comer) algo como “comérselo todo.†Y yo me pregunto bien sinceramente y no sin cierto complejo ¿cuándo no me lo he querido comer todo? MegalomanÃaca esperanzada, viendo el mundo como un pañuelo y yo su esfinge. Siempre deseando haber leÃdo tanto (por no decir todo), habiendo probado drogas, amantes y comidas en variedad incuantificable. Conocer el mundo, todo, completo. Tragar de tantas cosas y de todas un poco, insaciable. Y cagar, cagar que también es producir, como un monstruo, como la peor de las desfasadas. ¿Y ustedes no son también engullidoras todas? ¿no son estos deseos de comer apenas el antónimo reivindicativo de una figura magra, insÃpida y poca cosa?
(video único:)
compulsar el documento de identidad…
(el contexto de esto es un concurso en el que se me ocurrió participar que se llamaba premio walter benjamin y que era organizado por el museo del exilio. como es sólo un premio para artes visuales lo más probable es que no me lo den (si lo gano prometo fiesta, he aquà la constancia), pero como estaba en chile envié todo sin incluir uno de los requisitos: documento de identidad compulsado en el ajuntamiento o en la policÃa. llevo dos dÃas intentando conseguir el puto requisito y no lo he logrado. abajo sigue la carta que redacté para el director del museo con quien me he estado escribiendo por lo mismo, y que a este punto creo que no se la enviaré porque, dentro de todo, me parece bastante llorona…)
hola jxxxx,
el que li escric en aquest mail és totalment prescindible per a la comunicació que estem portant i que és eminentment prà ctica. per tant si té poc temps, pot deixar-ho fins a aquÃ. el que segueix en aquest e-mail és el que m’ha passat en relació al requisit del concurs corresponent al «document d’identitat compulsat», i em prenc la llibertat de descriure-ho perquè crec que per a edicions futures del vostre concurs caldria repensar la manera en el qual es plantegi.
com li comentava en un mail anterior, l’ajuntament no compulsa documentació que no romangui en el seu poder. ahir, per desconeixement, a més d’anar a l’ajuntament vaig anar a una oficina dels mossos d’esquadra i a una de la guà rdia urbana i en cap de les dues van poder compulsar-me la fotocòpia ni dir-me on havia de dirigir-me per a això.
aquest matà he anat a l’oficina de carrer trafalgar que és la que m’ha indicat aquest matà un agent de la guà rdia urbana al que he consultat per la policia nacional (que era, finalment, el lloc idoni per realitzar la compulsa). en aquesta oficina amablement m’han fet pujar a la segona planta per acudir a la taula 20 per compulsar la fotocòpia. sense haver hagut d’esperar més de dos minuts, m’he trobat davant la funcionà ria que m’ha dit que, per comptar amb un NIE (nombre d’identificació d’estrangers), no podia dur a terme la meva missió allà . havia de dirigir-me, segons m’ha indicat, a l’oficina on m’haguessin fet lliurament del meu document. he anat, llavors a la seu de la policia del carrer enric granados. però, en aquesta oficina m’han dit que no feien compulses, que anés a la seu de carrer balmes. en arribar a balmes, i per evitar-me l’haver d’esperar li he preguntat, afortunadament, al policia de la porta si era est el lloc adient per compulsar un NIE. el policia m’ha indicat que a causa de la meva nacionalitat (chile) havia de dirigir-me al carrer guadalajara.
la oficina de policia del carrer guadalajara sempre m’ha semblat un lloc digne d’estudi en raó del maltractament implÃcit que ostenta: en arribar et lliuren un nombre per a la primera fase d’espera que es realitza en un pà rquing cobert (que a l’estiu pot arribar als 40º). superada aquesta etapa et donen un altre nombre per esperar en una oficina. el lloc, a pesar que té un ritme molt lent, no compta amb lavabos per a la gent que hi va a realitzar els seus trà mits. cada vegada que vaig pregunto pels lavabos i des de fa 5 anys em diuen que «estan en obres». he esperat durant 3 hores el meu torn d’atenció i quan ha arribat, la funcionà ria m’ha dit que no podia compulsar-me la fotocòpia perquè no portava el meu passaport. he demanat de parlar amb algú de cà rrec superior. la senyora m’ha dit que jo en espanya prà cticament no era ningú sense el meu passaport, ja que el meu document d’identificació era tot just và lid per poder ser identificada en termes gairebé superficials. m’ha dit que no havia d’anar a cap oficina pública sense el meu passaport. davant el meu reclam i, en aquest punt, desesper, la dona m’ha suggerit que tornés a anar-hi (no demà , que és festa) dijous, a repetir l’intent.
et descric amb tant detall l’anterior perquè em sorprèn haver hagut d’abandonar les meves activitats programades (treball) durant dos dies per obtenir, sense èxit, una fotocòpia compulsada del meu document d’identificació. ho descric perquè em queda clar que tot el que vaig fer el dia d’ahir va ser producte del meu desconeixement, però tota la deriva d’avui ha estat producte de la meva nacionalitat. sóc filla d’exiliats i vaig viure fins als 6 anys en aquesta condició, sent literalment apà trida, i els moviments migratoris són per tant un aspecte que forma part de la meva experiència vital. entenc que les administracions han d’organitzar-se i, per experiència, també sé que tot és més dur de resoldre a nivell administratiu des de la condició migrant. no obstant això, crec que seria interessant poder avaluar per a efectes de l’excel·lent concurs que heu proposat aquest any per primera vegada, l’operativitat del requisit de la «còpia compulsada de la identificació», que esdevé un requisit diferencial entre comunitaris i extracomunitaris, que no resulta adequat considerant que el personatge que regeix la convocatòria, walter benjamin qui, com la seva biografia indica, va ser rebutjat per fer classes a la universitat per la seva condició de jueu, va estar fos del seu lloc d’origen moltÃssim anys i va morir prà cticament en un pas fronterer.
si vostè ha arribat fins a aquest punt de l’e-mail m’agradaria comentar-li que el concurs realment m’ha semblat interessantÃssim, tant en la seva oferta com en els seus postulats, i que si plantejo aquest tema és només perquè en edicions futures pugui millorar-se, i perquè davant el que considero maltractaments administratius cap als immigrants l’única cosa que tinc és la meva rà bia i la meva veu.
lucÃa
*** el texto lo traduje con softcatalá, google traductor y la pachi le dio sus toques finales. cualquier error es totalmente intencionado…
post-inor2
3 veces recuerdo que la iglesia a través del estado y este a su vez a través de la empresa privada, quitaron la pÃldora del dÃa después de circulación en chile. como todo allÃ, parecÃa normal, o al menos pensable, incluso quizás predecible.
recuerdo que mi adorada adelinia traÃa cada año de francia una serie de cajas con la dosis por si a alguien le hacÃan falta. en estos casos lo tÃpico es que terminen siendo las redes socio-afectivas las que resuelven problemas de salud pública, responsabilidades privadas y también morales de cualquier sociedad que deberÃa asegurar unas mÃnimas y precarias libertades corporales.
pero aún asÃ, teniéndola a mano, nunca hube de usarla.
con los años, tras un aborto y la lectura de testo yonqui, mi resistencia a consumir hormonas en forma de pÃldoras anticonceptivas fue aumentando exponencialmente, tanto asà que a veces me veo a mà misma dando peroratas en torno a por qué no hay que consumirlas, y en esos caso, siento un poco de pudor porque nunca acaban de convencerme los canutos.
total, que como ya lo he dicho alguna vez antes, el cuerpo cambia con los años y no sé por qué estúpida razón, mientras más experiencia tengo follando, más posibilidades de embarazo me aquejan. nada invivible, pero sà algo incómodo. una putada.
hay algo como una certeza de estar preñada (imposible distinguir si es fÃsico, intuitivo u hormonal) que se siente como una solución cartilaginosa batiéndose en el útero, o por allà abajo, unas ganas de follar tremendas y una especie de tubo húmedo en lugar de vagina. pachi dice que «siento las pataditas». yo no sé si es tan antropomórfico, pero algo se siente y no lo voy a relativizar en estos tiempos de insensibilización corporal.
entonces una lo debate, lo evalúa, espera fijar las sensaciones y determina ir en busca de la solución, para darse de bruces con la capitalización del cuerpo. el estado español ya no financia la pÃldora del dÃa después, he aprovechado de enterarme. en el cap te dice que nada pueden hacer por tÃ, que directamente en la farmacia te ayudarán (a cambio de 18 euros) y, como si fuera un chiste de mal gusto, de regalo te dan un condón.
el hecho de que sean necesarios 18 euros para prevenir un eventual embarazo no deseado me da vértigo. sin duda para el estado resultará más caro un aborto y, si fuese peor, lo más caro serÃa mantener a un niño abandonado. o sea, pensamiento lógico aquà no se aplica. después de todo esto entiendo que se quiera eliminar el aborto como parte del plan macabro, y las pastillas y la voluntad de cualquier mujer, y si es asà ¿por qué no empezáis por extirparnos el útero mejor? porque a este paso una empieza hasta a sentirse media culpable de follar, y no es la idea, que pa eso no nos hemos pasado tanto tiempo estudiando los misterios del sexo y militando en la religión feminista, y aunque varias veces haya pensado en renunciar totalmente a los penes de carne, otra parte de mà me exige no privarme de nada. en la diatriba conmigo misma decido no cambiar nada.
la pastilla son 1.500 microgramos comprimidos de levonorgestel, una bomba hormonal sin duda, que amenaza en el prospecto con provocarte por lo bajo vómitos y mareos. tampoco tanto la verdad, exacerba la mujeridad un poco, y como efecto contrario me dejó cachonda, como un animalillo húmedo. asà que me autogestioné una jornada de self erotismo pasando la resaca del bombazo hormonal.
y ahora me pregunto, con tanto hacker que tenemos cerca ¿no será posible inventar una versión DIY de la pastilla?
la @mansaguman
siempre quise tener una columna de crÃtica de golosinas. poner en jaque su dulzor, la grasa, la calidad de los ingredientes, pero a pesar de que llevo más de 15 años insistiendo en la temática, a nadie le parece interesar. esta semana publicó la mansaguman (que somos todas) mi primera colaboración. (sé que estoy publicando poco en el blog, y no es que lo olvide sino que hay varios proyectos escritos (pero paralelos) que están usando parte de mis debilitadas neuronas en la práctica). hablé de los archivos del cardenal, una serie que hicieron el año pasado en chile y que me cepillé adicta por youtube con 24 hrs. de retraso semana a semana. bueno, la dejo aquà (pinchando la imagen de arriba podéis ver la lÃnea editorial del proyecto que es militante, necesario y no-mixto):
Mirada tecno-sexual de «Los archivos del cardenal»
Por @luciaegana
Vi “Los Archivos del cardenal†por Youtube. Vi 12 episodios divididos cada uno en 4 partes, con lo cual terminé viendo 48 trozos de la serie en calidad deficiente, con interrupciones tan abundantes que quizás pudieron ser unas dos por minuto y sola. Recuerdo como la gente se ponÃa de acuerdo en las redes sociales para ver la serie, en su casa tomando vino, mientras yo me morÃa de envidia. Yo cada semana veÃa un episodio, sola, en la pantalla de mi computador portátil, a veces a pantalla completa, y otras en una fracción de ella, entre un chat, un documento, una imagen. Tengo que decirlo como advertencia: nacà el año 79 y no soy de las detractoras de esta producción (creo que es bueno que exista, al menos para discutir). Eso no quiere decir que me lo haya tragado todo sin filtro.
Hay muchos análisis que se pueden hacer de esta serie. Para mà es importante ver cómo a partir de una narrativa mitológica y heroizante (de la izquierda pero sobre todo de la iglesia católica tan venida a menos hoy por hoy, y que se queda tan limpita a través de la figura de la VicarÃa de la Solidaridad), existen unas representaciones de las mujeres secundarias y accidentales que dejan bastante que desear.
Es cierto que apenas comencé a ver la serie sufrà un proceso de adicción que fue imposible de controlar. Creo que después me cepillé las cuatro temporadas de “Los 80†por pura nostalgia de “Los archivos del cardenalâ€. Sin lograr saciar esa carencia, esa necesidad pornográfica que de alguna forma me generaba “Los archivos…â€. Pornográfica en su estetización erótica de la tortura, tan rÃtmica, tan aséptica, con un sentimiento desplazado por la pura brillantez de la imagen televisiva, de esos rostros entre publicitarios y telenovelescos, de esos torturadores que parecieran sufrir por no obedecer a diosito y de unas texturas que no dejaban permear lo representado porque habÃa una capa tan gruesa de maquillaje y unos planos que pasaban tan veloces que era difÃcil eludir la materialidad de la imagen (sin contar las lágrimas que como si fueran otra capa también cooperaban al enturbiamiento de lo que veÃa). Es un problema el de representar el horror, siendo honesta creo que no se puede, y digo esto porque no sé cómo podrÃa hacerse, no tengo la solución.
Pero lo que no cuesta nada representar es el carácter superfluo de las mujeres. Como es un clásico en la televisión, asà como en la moral de izquierda, las mujeres parecieran ser siempre esa sombra suave y tierna que acompaña al héroe, al protagonista, al que es realmente revolucionario porque ella pareciera no llegar a conseguir el puntaje necesario para entrar a las grandes ligas de la revolución. Por lo tanto esto quizás más que una crÃtica a la televisión (que por más obvia, sigue siendo necesaria) es una crÃtica a la moral de izquierda, el lugar donde nacà y crecà (un lugar que también amo), pero que asà como el feminismo no puede dejar de hacer, es necesario criticar y cuestionar desde dentro. Al menos si somos feministas y de izquierda (vaya espacio de complejidad polÃtica).
Como es habitual, el espacio privado está totalmente escindido de la acción polÃtica real. En la casa y en la cama se restituyen las heridas, pero no se escribe la historia. SerÃa interesante una recuperación de todo lo que pasaba en esos lugares, me gustarÃa realmente saber. Por lo pronto y tal como sale en “Los archivos del cardenal†(capÃtulo 11) las mujeres eran trofeos de guerra o droga legal para emborracharse y olvidar los desagradables actos polÃticos que algunos revolucionarios tenÃan que perpetrar. La mujer (propiedad) del revolucionario, sin calentura más que para vaciarle la cabeza de sus penas y preocupaciones a un mirista en una casa de seguridad, “lavando los trapos suciosâ€, “prestada†por su esposo para estas labores polÃticas a su escala se reducÃa tristemente a participar de la revolución sin ser nunca su protagonista.
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(una pregunta ¿ustedes creen que deberÃa, a lo bell hooks y como acostumbro a hacer en el blog, por razones totalmente ideológicas, escribir todo con minúsculas?)
hacerse mayor
creo que me hago mayor. no duele ni incomoda, más bien es un deseo de orden, de rutina. intento tomar las cosas con calma, soy feliz a ratos, sufro en algún momento, he perdido prisa e intento erradicar la ansiedad. sigo deseando que el dÃa tenga más horas, no sé si duermo lo suficiente.
no creo que salga durante el verano, en el fondo no me apetece. algo en relación a estar fuera siento que ha cambiado, al menos temporalmente.
entonces voy casi cada mañana a la biblioteca y me divierto con uno de los placeres más burgueses que existen (junto con las prácticas extremas del sexo y los manjares culinarios): leer. mientras más leo es inevitable sentir que no seré capaz nunca de contener todo el conocimiento o la belleza de algunas ideas que me gustarÃa. las ideas son como el arte, por sà solas no sirven para nada. entonces juego al scrabble por teléfono con gente que no conozco en idiomas que no sé hablar, cosa que tampoco sirve de nada pero al menos siento que aprendo algo, porque lo juego en otras lenguas y gano bastante, lo cual significa que los idiomas pueden llegar a ser algo intuitivo, o que mi instinto de triunfo es mayor a mi conocimiento, o quizás no significa nada, sólo que me hago mayor a pasos agigantados, cosa que por el momento, tampoco me importa mucho.
postchile
no mucho que decir cuando la intensidad se ha apoderado de la vida, no siempre, no regularmente, a borbotones y con tropiezos. muchas veces la primera vez de algo, varias repeticiones, algunas inconstancias, revelaciones y más de una incoherencia. bastante feminismo, un poco de activismo, familia sanguÃnea, escogida, histórica y familia mellada. difusión, expansión discreta, actualizaciones del sistema (un formateo), muchos besos, varios polvos, asuntos del directo. algunas deudas, cosas pendientes, velocidad del escrutinio, harta más escritura que otras veces, una crisis a distancia, una crisis que se diluye en la distancia, un distanciamiento que permite el desafecto y se entrega a esa distancia como un macrocontexto en crisis, como una microfisura. una vida que es una red, que se cae y a veces tiembla. el cuerpo que no resiste esa intensidad. el cuerpo que es el campo de batalla, y mientras más envejece más feroces serán las batallas ahà libradas, y eso es como una conciencia cÃvica a estas alturas, aunque sepamos que la humanidad es un concepto nacido ayer, que los derechos humanos son un twitter en la historia, que los discos duros se borran a fin de año, y asÃ. algo se desatasca.
amor, amor, amor como si fuera un manifiesto polÃtico, una disidencia.
y esto evidentemente, resulta un resumen muy poco realista.
volviendo al inbox
arf, pucha, fue un ir y venir de vino blanco los últimos dÃas en santiago,
pero la guardo en mi corazón, perra…
cualquier contacto virtual, estoy aquÃ, donde me encuentra de lunes a domingo 21 horas al dÃa.
para intercambios interpersonales, vuelvo lo antes posible, si me sale oportunidad no la pierdo, de lo por sentado.
le dejo mis besos más candentes y alegres de haber repasado las largas lÃneas que nos unÃan antes de conocernos en persona…
*
acabo de poner la pezuña en barna y ya estoy frita de borracha, pero hay luz (aunque son más de las 8 de la noche) y hay amor, y todo sigue vibrando con intensidad (que es lo importante), contenta estoy de tener unas amigas en perú, en arequipa pa más remate, ruidosas como latas oxidadas digitalizadas, qué decir. la oscura sombra luminosa sudaka sigue cubriéndome hasta los pies. busque los videos, yo prometo reconducirme por la senda de la producción.
mil besos sobre su boca peruana
*
hola catalina,
en estos momentos no tengo dinero como para darme el lujo altruista de escribir en una revista femenina de manera gratuita. si usted y su equipo tienen alguna propuesta de remuneración económica a cambio de las columnas, estaré esperando su respuesta.
un abrazo atento
lucÃa
*
estuvo bueno!
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amiga, fue un gusto verla con el bombo
yo creo que por acá se puede descargar el material:
http://torrentz.eu/3e9f57741b397f5b773cb0efe067a01a853f512a
(o algo asÃ)
mucha suerte con sus investigaciones y con la experiencia
l.
*
vente cuando quieras, siempre es un placer verte y hoy lo he logrado un ratito
muak!
*
yo creo que la supervivencia material no tiene absolutamente nada que ver con la inteligencia. la inteligencia (tal como dice HY) no deberÃa ser más que un «tubo» por el que pasan las ideas rozándose con la humedad del cerebro, que también puede ser el cuerpo.
fue un gusto verte, tu pasión! lo del paÃs es cierto, aunque deleznable es demasiado nuestro como para odiarlo de remate, vendrÃa siendo un amor/odio comparado, en fin. que ahora estoy en el otro hemisferio y lo mayor es la nostalgia y el buen sabor de boca que quedó.
un abrazo muy muy grande
*
me escapé del guanaco, de las lágrimas y de todo lo indeseado de una manifestación. o, viéndolo desde el lado nostálgico, bonita despedida en medio de lacrimógenas, pancartas y estudiantes mojados. me perdà eso sà el saqueo a la farmacia. lo vi retransmitido en directo por cnn desde un restaurant chino mientras me zampaba una docena de wantan para resguardarme de la lluvia. no estuvo mal.
avÃsame cuando vengas! (yo haré lo mismo)
un besote
*
bella mÃa,
llegué y aunque el clima, la luz y la humedad han cambiado, la cantidad de alcohol con la que celebro el dÃa no varÃa. es absolutamente cursi (ya me lo ha dicho una colega hoy) pero este año el amor adquiere toda la preponderancia y de su forma se desprende parte del sentido. será la embriaguez entonces uno de sus sentidos, o la herramienta que lo potencia. o un alarde de inutilidad suprema, enclaustrado en el marco de la alegrÃa.
qué bonita experiencia me relatas, me ha matado lo del «susurro histórico», le das una dimensión ancestral a las cosas que me da morbo y curiosidad. a ver si algún dÃa nos tomamos algo en un abrazo sin escepticismo. en skype soy lucy_sombra.
te beso
l.
*
a ver si recupero mi bici (mi alma) mañana y puedo volar a hacer varios gestos burocráticos a alta velocidad y asà poder ir a almorzar con usted a donde sea, pero no sé si logre dar con ella temprano. écheme suerte no más!
besos!
PornoObreros del código («La categorÃa del porno»)
PornoObreros del código
LucÃa Egaña Rojas
Nuestros teclados están siempre sucios y nadie se pregunta por qué. En realidad navegamos dándole al refresh de manera compulsiva. Trabajamos con tecnologÃa, por eso tenemos siempre una mano en el teclado y otra en el sexo, como si fueran pistolas. Nuestros computadores están llenos de manchas blancas, a veces las teclas se quedan pegadas. La red está recargada de subgéneros, podrÃamos estar tejiendo y serÃa lo mismo. (Conozco a Felipe Rivas San MartÃn el año 2010 en el patio de la Fech fumando cigarros). Entonces jugar con las categorÃas, entrar y salir, convertirlas en almacenes vacÃos, en productos de supermercado, en lugares de cruising1. Hacerles bullying2, asaltarlas desprevenidas, tratarlas como un hogar. Irse de la casa.
El trabajo de Felipe Rivas propone (desde la megalomanÃa) una serie de operaciones bastardas situadas en el propio cuerpo, un cuerpo tecnificado, cruzado por la lucha de clases que –desprevenida- se asoma por cualquier ventana. La lucha de clases entre Internet y cultura, entre porno y arte, entre pajas y polvos, entre categorÃas e identidad. La misma insistencia de que aquà no hay una tensión causada por la distinción entre pobres y ricos, la confirma. El porno y sus dispositivos, ese pariente pobre oprimido en sus baratas lógicas de producción y distribución, aparece ahora tematizado, elevado a la categorÃa de tema, rescatado de su marginalidad popular por el artista. ¿Hasta qué punto en nuestros cuerpos constatamos los amotinamientos de estas clases que no llegan a puntuar para ser incluidas en los catálogos de lo cultural?
Las tecnologÃas parecieran ser algo nuevo. Una ficción descentrada que llega a meterse dentro de la cama, en el humo de los cigarros, vÃa wi-fi everywhere. Luego la obsolescencia, la pintura, los protocolos, la técnica. Algo contingente y pasado de moda, entre la pantalla y el lienzo (¿no eran las dos «una ventana»?). Felipe, experto en protocolos, juega con la traducción entre distintos medios tecnológicos evidenciando lo que construyen más allá de las herramientas. Máquinas que producen placer y performances, aparatos visuales que controlan morfologÃas, gimnasia de la construcción de identidades que en un concurso de manipulación mediada quedan vacÃas, o semivacÃas, como trapos viejos. El cuerpo, ese papel confort3 usado.
Internet como una enciclopedia (sobrecargada) de la mirada bastarda, donde abunda el código fuente, o donde toda categorÃa está controlada, no hay fallo. Felipe abre el código de esta cultura baja/alta, exhibe bugs4, traduce protocolos. Abre el código genético de las máquinas para incitar su descontrol, en el fondo también es algo programático. (No puedo hablar de porno sin hablar de máquinas, sin dejar de citar todos estos códigos que se tatúan en cada lugar del cuerpo y más acá). La ingenierÃa precaria de una imagen descansa, nos da por el culo. El porno amaestrando, su verborrea increpándonos al nivel de lo inconsciente, y Felipe enjaulando el deseo, fijándolo en un frame5 de óleo, poniendo un paspartú como si fuera una consigna o una molotov. Un pornoObrero no se saca nunca la ropa de trabajo porque es su piel. Un pornoObrero acepta la condición de tener +18 con un click. Y mientras escribo estas palabras, sobre las teclas se proyecta un dilatado cum shot6 que deja inscrito el jugo de mi tecnodeseo en los dispositivos de nuestra interacción.
1 El cruising es una práctica sexual consistente en tener relaciones sexuales en lugares públicos como parques, playas, bosques, sitios eriazos, baños públicos o autopistas.
2 El bullying es una forma de conducta agresiva que se manifiesta a través del uso de la fuerza o coerción para afectar a otros.
3 En Chile, se denomina al papel higiénico “papel confort†debido a la primera marca que lo comercializó. La palabra viene del inglés comfort (confortable, cómodo) y del latÃn confortare (hacer más fuerte) formado del prefijo con– (junto) y fortare (hacer fuerte). Es la misma raÃz de la palabra confortar (animar, dar fuerza).
4 Un bug es un error de programación en un software informático que en general se presenta en su fase de desarrollo.
 **Este texto ha sido escrito para el catálogo de la exposición de Felipe Rivas San MartÃn «La categorÃa del porno», en la Biblioteca de Santiago (Sala +18) entre el 12 de Junio y el 30 de Junio de 2012.
puta mala (II)
puta mala ya sabe que es mala. por eso está feliz de haber podido ejercer, a pesar de todo, gracias a la solidaridad de un hombre, más rico que ella. hombre rico ha dicho a puta mala que no se hace asÃ, tal como ella lo ha intentado. se lo dice y sin embargo la sigue consintiendo. hombre rico, además de rico, es bueno.
puta mala le estará agradecida por toda la vida, le mantendrá en un lugar especial de su memoria, insiste, “esto es parte del servicio que te ofrezcoâ€. puta mala tiene la ilusión de poder vender un producto que habitualmente no se vende y que hombre bueno no está interesado en comprar. hombre rico le intenta enseñar (quizás con la ilusión de que ella en algún momento cambie) cuáles son las prácticas indebidas, las actitudes incorrectas, los desplazamientos imposibles. ellos deberÃan ser amigos, pero algo del entramado que les ha permitido encontrarse determina un devenir que elude la amistad, al menos es lo que puta mala insiste en sostener. entonces hombre rico se aburre, se cansa y se siente abusado. puta mala también lo percibe, se siente un poco abusadora, pero es su discurso el que finalmente la obliga a ello, es un trabajo. un discurso dicta que hemos venido a este intercambio cifrado, el discurso del obrero, del pornoObrero.
hombre bueno se duerme rozando su pezón. puta mala se duerme y despierta a la madrugada muy sudada y con un inconfundible sÃndrome premenstrual. escapa. hombre rico ya no le hará más caso, ella no sabe si hacer lo mismo u ofrecerle su amistad.
la amistad se construye a partir de afinidades e historias comunes. la amistad, el diccionario lo consigna, es un afecto personal, puro y desinteresado. // merced, favor. // pacto amistoso. // deseo o gana de algo.
“alimenta mi fantasÃa prostitutoria†le ruega ella haciendo el bien y el mal, o más allá de éstos, donde yace el capitalismo y se juega la mentira más real de todas, viendo de lejos los mayores rascacielos del universo, la ciudad como una hermosa constelación, brillantes urbanos en un espacio que es ninguna parte. y él accede, por una pequeña suma, el dinero no es nada.
“graciasâ€, pequeña clausura de un capÃtulo en la serie del aprendizaje. lo seguiré haciendo mal fuera de toda norma de higiene y buenas costumbres. as razones aleatorias del encuentro no determinan necesariamente los efectos de su causalidad.
porque no me baja la regla
porque el porno es cultura popular. porque soy una desclasada y nunca estoy satisfecha. porque me gusta la gente y los hombres y las mujeres y sobre todo las cosas raras, porque todo es táctica y estrategia, aunque se nos olvide a cada rato. porque me enclaustro en un bit y luego me emancipo, porque el cuarto propio de virginia woolf es un salón burgués donde comen perdices al horno y yo vegetariana, porque no cagaba cuando comÃa carne, aunque los animales me importen poco, o nada, y sea este un desamor que paradojalmente manifieste mi total deshumanidad. porque la fiesta me hace feliz y plena y no hay ninguna forma de evaluar ese placer por vÃa racional. porque me gusta hablar, y hay otra cosa rara ahà con la construcción de mà misma a través de la voz o la palabra, algo que suena bien pero que a veces me hace pensar seriamente en el deber de tatuarme el proverbio «por la boca muere el pez». porque soy inconciente e incoherente, porque la coherencia me incomoda, porque la considero otra de las ficciones tóxicas de la existencia, porque nunca he hecho nada coherente, ni aun lógico, porque no quiero hacerlo, porque me resisto y soy insumisa y cuando no vaya en contra de algo, por más mÃnimo que sea, estaré muerta. porque nunca pienso en mi muerte sino como algo que llegará sin dolor, porque soy bastante insensible al dolor, o al menos creo serlo. porque de ficciones se construye nuestra vida y nuestro amor, y digo amor porque afectación me parece un eufemismo, y jorge creo que lo sabe tan bien como yo, y supongo que muchos otrxs también con quienes voy cosiendo mi carne amatoria. porque soy un pedazo de carne que tiene muchos retazos, soy muchos retazos de carne. porque no me baja la regla cuando quiero y cuando quiero no me baja. porque todo es tan simple que da asco, y me gusta viajar más que casi cualquier otra cosa, porque los viajes son evasión de lo perpetuo, porque, quiero convencerme, no hay nada perpetuo, y las cintas de video se borrarán algún dÃa que aún no ha llegado como para comprobarlo. porque ningún soporte resiste al tiempo, nuestros cuerpos son el ejemplo. porque todos los registros están muertos y manipulados y vamos a escribir sobre historia porque nos da la gana y el entusiasmo, y lo haremos complejamente porque algo de eso nos calienta, y mucho. porque sentimos que algo de nuestro cuerpo está vivo al calentarnos y no hay medida ni nada que se interponga a los designios de la excitación. porque lo demás serÃa muy triste, aunque fuera bueno. porque como puta soy mala, tengo el deber de reconocerlo, en la humildad está el gesto y mi redención. porque profesional nunca he sido ni lo seré, porque prefiero la inclinación experimental al disciplinamiento metódico, por que la cerveza no se acabe, por que la alegrÃa nos siga dando punzadas en medio del pecho, de vez en cuando, sólo a veces, de lo contrario serÃa el nirvana y el nirvana, como es sabido, no existe, porque no hemos querido creer en él. por que todas las letras sean infinitas y nos cubran a besos, por que los textos caigan de manera diluvial, por que no nos muramos haciendo twitts, porque no queremos que ninguna red social mate a ninguna compañera (ya hay varias perdidas), por que me baje la regla luego, esa es la consigna, porque no hay forma de describir la sensación de cartÃlagos revolviéndose en tu útero sin emerger, sin manchar nada.
18horas
18 horas de cortesÃa en chile. pisco, vino, vino, vino, coca-cola, whisky, vodka, vino, coca-cola, cerveza, agua. obviamente se tratarÃa de un coma etÃlico si no hubiésemos hecho caso a la quÃmica. 18 horas en chile con un diferido de mil años. estar en chile es como hablar durante horas sobre otrxs. es como beber con un agujero en el estómago por donde se filtra todo el alcohol y se vuelve a absorver en una tierra yerma y sedienta. decir brutalidades, ofender de puro cariño pervertido. fumar, fumar para que todos los vestidos se deshagan de tanto humo y a ver si en algún minuto comienza, finalmente, la orgÃa.
mala puta, puta mala
soy la peor puta del mundo, mala del verbo mala. cuando me da el celo me pongo romántica, hormonas desviadas. busco a mis ex-amantes, les doy golpes o les acoso, mientras espÃo de reojo a la juventud que se menea a mi lado. me encantarÃa aprovechar mi celo para poder rentabilizarlo, pero tengo la sicologÃa de la puta totalmente atontada.
es curioso que en chile se me de más la curiosidad. no estoy segura por qué, aunque supongo que el producto nacional siempre se valoriza más que el de exportación (especialmente si cuando soy de exportación mi condición se acerca más a la del tráfico ilegal, por lo tanto algo totalmente devaluado, propio del top manta o de feria de las pulgas).
en principio se supone que tengo probabilidades, aunque tenga que alterar unas cuantas cosas para cuajar. cerrar el pico, vestirme bien, depilarme, cerrar el pico, agradar, maquillarme, cerrar el pico, ser coqueta, sonreir.
todo se aprende, pero yo más que aprender lo que deberÃa hacer es crear un nuevo nicho en el mercado, inventarme como producto, hiperrealista, feminista, un producto bruto que de paso reforme el heteropatriarcado, que lo haga deshacerse en la práctica racional del sexo con seres deseables y mal llevados, indomables. ese producto mÃo serÃa estupendo y por lo mismo quizás imposible, factible de ser transado en un mercado de trueque, con suerte, al margen, muy al margen del capitalismo.
hoy un tipo me ofreció un pasaje de chile a holanda con tal de que lo dominara. si tuviera más confianza en mà misma como dómina (y no como dictadora), hubiese aceptado. pero en algún punto soy demasiado honesta y no logro cederme a la especulación. debo aprender de la banca española, de las burbujas inmobiliarias, del arribismo intelectual ¿debo?
«no se nace puta, se llega a serlo»* y en algún punto mi fracaso prostitutorio da risa, cuando sin darme cuenta le digo a mi primer cliente que no quiero dinero (porque no me interesa) sino un smartphone con android de última generación (incluso le envÃo el link del que quiero para que lo busque, o lo encargue, porque quizás no ha llegado a chile…). y asà pierdo clientes o les amargo el dÃa, porque no puede haber una puta tan mala en este feudo, o no se dan cuenta que quizás sólo es que soy tan vanguardista que aún no se han inventado.
* simone de beauvoir parafraseada por felipe rivas san martÃn
polisemia en santiago
resulta que tengo las páginas más abandonadas de la historia del mundo. es la excusa perfecta estar en otro sitio. más aún si cuando se está en otra parte también es de paso. pasos largos, meneo constante. puede ser que no se tenga internet, que no haya tiempo, un amor, mucho trabajo. ante la ausencia todo se desgrana en el mismo pozo ciego. no hace falta dar explicaciones, porque cualquier cosa serÃa plausible. una profesora decÃa que cuando pides dinero para algún proyecto lo mejor es explicar lo menos posible de manera que el jurado imagine lo que quiera del modo que más le guste. asà las cosas. podrÃa llenar un pliego de batallitas, hablar de inteligencias, de recuerdos, de travestis, de cómo el amor se diluye cuando se aman espantapájaros, de cómo el amor se fortalece en la embriaguez y la fechorÃa, de la injusticia social, de arte malo, de arte bueno, de grasa, de polvo, de sangre, de marchas, de polÃtica, de televisión (como hace cualquier twittero en chile).
podrÃa hablar de mis pasiones y de la oscuridad de su extravÃo. cada vez me cuesta más escribir. a veces el sistema operativo se confunde mientras escribo y partes de una frase se incrustan en medio de una anterior. queda un texto incomprensible. en general intento rescatarlo, como a un cuerpo medio muerto perdiéndose en el mar (chile tiene 4270 kilómetros de costa) y en esos momentos me siento como una cirujana.
chile en llamas
chile es largo y angosto y en cada punta o lateral hay un elemento aislante de inmensa proporción (cortando el rollito de la dispersión): una cordillera inmensa, el desierto más seco del mundo, un océano gélido, unos glaciares de antologÃa.
cuando nacà me dijeron: te llamas lucÃa y eres de chile. y aprendà a ser de un lugar lejano y desconocido, a querer con nostalgia, a usar la nostalgia de fibra óptica para poderme comunicar con un más allá que ya estaba muerto, muerto y sepultado desde hace más de una década, o casi. cuando nacà me dijeron que era negra, y resulté ser blanca en este más allá que es chile.
chile fantasma, chile de alucinación, chile de derecha fascista, de mercado neoliberal. donde la palta chilena es más cara que en cualquier otra parte, donde el del kiosko, el del pan, la de la peluquerÃa y el loquito del barrio me hacen ovación y yo me pregunto si esto es lo que significa no estar nunca en un lugar y venir en calidad de fantasma, yo, desdoblando el mapa que ya estaba muy arrugado detrás de una puerta que se cae de vieja.
mejor no hablar en exceso de los espectros, mejor serÃa follarlos a todos, aunque se resistan y me dejen clavada en la puerta de la que era mi casa con la entrepierna chorreante y el corazón ardiendo. yo digo: podrÃa encender una fogata con esto que tengo entre las piernas, podrÃa quemar bancos, destruir ciudades enteras, podrÃa incendiar tu recuerdo. lo digo y chorreo, pero no se quema nada y el oscuro deseo queda suspendido entre la rueda delantera y la trasera, atascado en la palanca de cambios, enclavado entre mis ojos que no logran enfocar los tuyos porque nos hemos hinchado de vino y todo nuestro interior está negro.
quisiera decir «amor aparte» y seguir con una lectura más interesante sobre esto que no existe. quisiera decir que hay cosas aparte del amor y no hay nada, como mucho palabras de 4 letras, como dijo grumito en un poema romántico de hace un año atrás. amor, caca, peor, nada. pero. se extiende un mar de peros. hay reparos por todas partes, hay un diluvio de peros y yo soy náufraga de todo, tan radical es esto.
quisiera hacer un listado de afectos, hacer homenaje de cada uno, contabilizar los triunfos del cariño, renegar de lo demás. escupo un chicle sobre una palmera milenaria y creo que podrÃa matarla. mis escupos no son biodegradables, mi cuerpo retoma su juventud en pausa, asà se quedó, y ahora todos me meten la lengua, por cinco minutos, para volver a sus casas a saludar a sus perros, a regar las plantas y a culear con sus esposas pensando en mis tetas (o no. creo que me he vulgarizado con los años, en eso no hay restitución).
mi pequeño fascismo low-fi: apologÃa a la segregación
creo que la exclusión es una experiencia que pasa por el cuerpo y la subjetividad. pequeña e insignificante a veces, pesada y kármica otras, siempre apenas una experiencia. si las categorÃas no existieran no habrÃa manera de excluir. o más bien, si la jerarquÃa de las categorÃas no existiera, no se le llamarÃa exclusión porque probablemente serÃa otra cosa.
pero existen, están aquà cada dÃa tocándonos la piel, o algunas pieles sembradas de granos y pus.
últimamente me ha sorprendido constatar la enorme cantidad de gente que conozco que no ha experienciado la exclusión. es algo «que nunca les ha pasado», por el cuerpo, por la cabeza o por su boquita redonda.
sea por razones de raza, clase, género (un clásico de todos los tiempos), edad, estilo, prácticas sexuales, hábitos alimenticios, pasaporte, estética facial, salud, masa corporal, pelos, por hablar fuerte o simplemente por ideologÃa, la exclusión se vuelve una práctica cotidiana de maltrato social e individual.
y no quiero ser tan simple, menos aquÃ, como para plantear que serÃa «guay» (ya hay en mi opinión demasiadas cosas guays esta semana…) un mundo sin exclusiones. lo que reclamo es que todxs tengamos esa experiencia (y muchas otras, mi generosidad no tiene lÃmites…). sin exclusión no hay afinidad. si nunca se te ha sido prohibido un espacio, un encuentro o una práctica colectiva, el mundo será para tà un espacio homogéneo e indiferenciado, donde todo está, trágicamente, bien. una arquitectura perfecta y sin fisuras, una construcción sólida y estable, una casa de ikea, un mac. (justamente los productos de ikea y mac tienen una obsolescencia programada muy temprana, es por decirlo de algún modo la paradoja de lo liso).
me puedo arrepentir mañana de todo esto, decir que mi mente está tan vaga como una lombriz en un desierto y que por eso su comportamiento es errático y a ratos perverso. pero hoy me declaro una abolicionista de la buena vida, de esas vidas buenas y cómodas donde no pasa nada disruptivo, y todo es normal. en el fondo regalarle a otros la experiencia de la exclusión es un gesto bien generoso, aunque parezca mala baba, lo más mala baba serÃa proteger a alguien de encontrarse con la exclusión que de otra forma nunca hubiese alcanzado a vivir (y también lo hacemos cada dÃa).
(los bots han hecho su trabajo. este blog estuvo infectado y ahora resulta que el tema (la interfaz de siempre) está obsoleta. mientras encuentro una que me guste usaré esta, que parece desconfigurado, pero es asÃ)
tener un orgasmo en el hÃgado
traducción libre (con mi nivel de inglés igual me he inventado algo) de un fragmento de la performance postpornmodernist de annie sprinkle (the kitchen, ny, sin fecha) que descargué de internet.
hace mucho tiempo los chinos eran capaces de tener orgasmos con distintas partes de su cuerpo. si su hÃgado estaba mal, podÃan tener un orgasmo en el hÃgado.
yo estoy tratando de hacer eso.
sucede lentamente.
he aprendido algunas cosas sobre sexo durante estos años.
el sexo no es sobre cómo los cuerpos se chocan; tiene mucho más que ver con energÃa.
entendà que soy capaz de crear energÃa, moverme en el espacio y usarla con distintos propósitos, compartirla con algún compañerx, lanzarla al universo.
me di cuenta que la energÃa sigue al pensamiento: usando la mente o la intención hacia lo que quieras hacer, puedes mover la energÃa. si no te has enfocado en la energÃa cuando estás haciendo el amor, trata de hacerlo la próxima vez, es la bomba…
¿cuáles son las batallas que se dan en mi cuerpo?
cuáles son las batallas que se dan en mi cuerpo. (además de las obvias).
mi cuerpo me habla con lengua llana, desde distintos lugares. mensajes que son discursos, signos, señas, reacciones quÃmicas, deseo. placer y peligro, como dirÃa la carole vance. la comodidad, el dolor, el asco.
a veces quiero ser animal, manifestarme en mi instinto como si fuese la encarnación de la pureza primigenia. y verlo como se erige cual autoridad absoluta del sentir, un fluido único y bien pronunciado, pre-vocal, disidente de la dictadura del lenguaje, insumiso.
sólo me lo impide una pequeña dosis de escepticismo…
madrugando en el sentir
veo las redes sociales para no escribir todo lo que dirÃa, que serÃan brutalidades, descampados, cosas enormes contenidas en dos segundos o en un gesto. fantasÃas. veo las redes sociales como un antÃdoto a la intensidad, todo se diluye en ellas, no hay intimidad. sale de noche un letargo que me pincha, unas frases cuya potencia he olvidado. quiero drogarme contigo, quiero vivir en tu axila, quiero que me vuelvas a apretar tu cinturón al cuello. hemos follado 3 horas y no me has quitado la ropa ¿debo interpretarlo como una señal?. mi amor se diluye en su fantasÃa, me increpa a robar algo, quisiera ser una cirujana y poder extraer tu corazón. lo guardarÃa en almÃbar, lo protegerÃa del clima nefasto que es el mundo real. y luego, nada. los almacenes del pensamiento son las fábricas que nos explotan cada dÃa, algo asà me dices, o lo imagino. tallaré sobre un trozo de mi cuerpo, volveré a coserme otra vez, tengo pensamientos catastróficos, como por ejemplo, dejarme llevar por un impulso que me alejará de todo por llevarme muy adentro de algo que conozco y que no puedo nombrar. el proletariado que hay en mi cuerpo está siendo sometido por el desempleo. acabaré este perÃodo oscuro de la razón comiendo conejos tuertos y crudos, con sus pieles haré sombreros que cubran la inmensidad del descampado, disfrazando el vacÃo de mi lengua torcida, su jubilación. y después, me fumaré un cigarro en señal de paz.
bots rusos, malwares y códigos ofuscados
este blog fue atacado (tal como todas las webs que tengo) por unos bots presuntamente rusos. dicho ataque, para mi sorpresa, permanecÃa inofensivo e invisible a mis ojos debido al sistema operativo libre y libertario que ostento sin mucha capacidad últimamente. el ataque significó una operación de limpieza muy veloz en la que mi adorado jhonqwerty tuvo que hacer la mayor cantidad de trabajo, aunque tuvo la generosidad de compartir un poco de código conmigo. los bots tenÃan buenos modales y dejaron su daño en la primera lÃnea. según jhonqwerty era «código ofuscado».
El código ofuscado es inteligible y a veces puede trabajar en contra de la tecnologÃa inversa.
Este lenguaje me parece tan crÃptico como poético, por eso, y por la citación onÃrica en una serie de mensajes ocultos, he decidido revisar un draft-post que se origina en uno de los ámbitos ofuscados de mi cerebro, el de la ensoñación, y contextualmente en medio de la ofuscación espacial que es un aeropuerto.
* sueño que dentro de mi caja de las gafas están las tuyas, y el único problema es que son feas. no me importa que tengan otra graduación, no llego a usarlas. una mujer me pide ayuda. fuma y lleva una muleta, camina con dificultad. quiere que le envÃe un mensaje a su novio desde mi teléfono. me pregunta si hablo su lengua y le digo que no pero que puedo transcribirla. me dice: escribe que estoy junto a un taxi. me enseña el número para que lo copie, pienso que nunca llegará ese mensaje al destinatario «amore». o que de llegar, nunca encontrará «un taxi».
* michel foucault me habla sobre una escultura muy antigua. pienso que deberÃa hablarme de sus prácticas sadomasoquistas, quiero saber qué drogas consume. mientras me habla veo imágenes de documentales históricos, imágenes de construcciones antiguas grabadas a color. foucault me habla en francés, y yo no le respondo porque no hace falta. desperdicio de encuentro, decido tocarle su cabeza como a un buda o una lámpara mágica hasta que su voz se ralentiza y aparecen drops sobre su cuerpo. michel foucault se está pixelando y el jardÃn victoriano queda vacÃo, con apenas 3 pajarillos.
me llega un mensaje al teléfono. dice: ku je jam tek.
en un monitor colgado del techo pasan un video en el que aparezco saltando sobre una cuerda. hay mucha policÃa aquÃ. me dan miedo. cada persona que me habla me sobresalta. han triunfado. me habla un chico que me pregunta si vivo aquà y si trabajo actualmente. lo niego sólo con gestos de la cabeza, no abro la boca, comienzo a sudar. siento que me observan pero que si miro de reojo me cogerán. no sé qué he hecho, supongo que nada.
* desde dentro del colchón sale un animal que finalmente es más grande que yo. no es ni un perro, ni un cerdo, ni una ardilla gigante. su cuerpo tiene zonas muy peludas y otras de carne viva, las pezuñas le salen del centro de su estómago que está situado en lo que serÃa la cabeza. habla por 3 hendiduras que hay en las puntas de sus extremidades y en muchos idiomas. comienza a follarme con fruición por todos los agujeros que tiene mi cuerpo. me pregunta si siento placer. yo no puedo hablar, tengo la boca llena de espuma. me dice que su misión es darme todo el placer del mundo, que está aquà para eso. en realidad no me habla, me transmite pensamiento infuso.
cuando grito me despierto, rompo el vidrio del monitor. se me pixelan las piernas, el coño y todo lo que sigue. hablo en otro idioma por teléfono, no sé lo que digo.
el ego ya pasó de moda (aborto I)
hace un tiempo me llegó un mail de la negra invitándome a colaborar con la introducción para un manual de aborto. lo que más me gustó de la convocatoria fue este párrafo:
La idea es hacer con todas vuestras ideas una editorial donde devinamos manada y destruyamos el ego, es decir no es como poner una cita y el nombre del autor/a … vamos pal 2012 y el ego ya paso de moda…
durante la última semana me encontré con estos dos videos:
y envié este esbozo hippie y comunitarista sobre el aborto, que creo será un tema en el cual, tal como en los últimos dÃas, estaré pensando este año.
aborto I
hay aborto voluntario e involuntario. el voluntario es como hacerse un tatuaje, el involuntario es cuando te pasa algo sin que te des cuenta, a mà una vez se me rompió un diente. tatuaje o dientes rotos. los abortos no deseados pueden venir bien, mal o sin constancia del hecho. supongo que estamos hablando aquà de aborto deseado.
pensar en aborto no sé por qué se vincula a la maternidad si se refiere a exactamente lo contrario.
la maternidad no es considerada una patologÃa, aunque muchas veces se comporte como tal.
cuando estuve embarazada nunca pensé en tener un hijo. sólo pensaba en lo que querÃa hacer en mi vida, en los maravillosos planes para los que me estaba reservando. dejar de estar embarazada fue eminentemente un alivio.
cuando aborté me dolió tener que entregar mi cuerpo a personas que no conocÃa. sé que un cuerpo es sólo un cuerpo, es una interfaz, y también parte de un dispositivo completo, que no acaba en mi propio cuerpo que está expandido en todas las moléculas que respiro, toco o interactúo energéticamente.
cuando aborté entregué mi cuerpo y 300.000 pesos en efectivo a 6 manos que no conocÃa, que desconocà en su cutex rojo, en sus toqueteos extraños. fuà a un lugar también desconocido, junto a una persona que me llevó en un auto conducido por alguien que no vi.
estos abortos son cicatrices en todos nuestros cuerpos.
mientras me realizaban la intervención, estando yo totalmente sedada, le pedà a las personas que estaban allà que me guardaran todo lo que estaban sacando. querÃa hacerme un collar. en práctica querÃa ser la dueña de mi experiencia, en mi imaginario cosificada, fetichizable, susceptible de ser manipulada artesanalmente, como una semilla o un hueso. lxs interventores me dieron por loca.
luego estuve rodeada de personas que me apoyaban en mi autoderminación y que confiaban en mis deseos, de alguna manera personas que sentÃan y hacÃan suyo mi cuerpo deseante en su intención. hicimos una fiesta.
hubiese sido muy feliz si toda esa gente me hubiese podido acompañar en mi aborto, un aborto do it yourself. me hubiera gustado saber hacerlo, tener las herramientas y poder descapitalizar mi cuerpo sacándolo de esa nube de mercado negro y clandestinidad.
el disruptor de ondas cerebrales de minipimer.tv
*este texto tiene mayúsculas porque fue publicado en la web de minipimer.tv
El placer intenso que se siente al manejar las máquinas deja de ser un pecado para convertirse en un aspecto de la encarnación. La máquina no es una cosa que deba ser animada, trabajada y dominada, pues la máquina somos nosotros y, nuestros procesos, un aspecto de nuestra encarnación. Podemos ser responsables de máquinas, ellas no nos dominan, no nos amenazan. Somos responsables de los lÃmites, somos ellas.
Quizás los parapléjicos y otros disminuidos fÃsicos puedan (y a veces lo hacen) tener las experiencias más intensas de compleja hibridación con otros artefactos para la comunicación.
Donna Haraway, Manifiesto cyborg
La disrupción, que es inherente al arte, nos exige que hagamos derivar, derribar o colapsar las definiciones y las subjetividades existentes, con el fin de poder seguir aprendiendo qué somos y qué es la naturaleza; aprendiendo que uno puede abrir su trabajo artÃstico a un tipo de proyecto diferente, el cual puede determinarse —tanto en secreto como públicamente— entre nosotros mismos y otros. Se trata tanto de rehacer lúdicamente nuestro trabajo, como de rehacernos a nosotros mismos y a nuestro contexto social.
Doug Ashford

Este artefacto es parte de los resultados de un bloque de investigación que hemos denominado “Telepresencia, comunicación interespecies e internet de las cosas†y al que daremos continuidad a lo largo del 2012. Es por el momento un bloque inconcluso ya que la premura por obtener ciertos resultados en función del taller de telepresencia organizado por Hangar, ha obligado a acelerar el proceso en ciertos ámbitos y tener que aplazar otros. La comunicación interespecies se queda como un facto pendiente, y finalmente por ignorancia, velocidades o coincidencia la única especie con la que nos hemos comunicado es la maquÃnica, si es que puede considerarse una especie (*disgresiones en torno a la ciencia ficción).
En principio este disruptor nace como reflexión en torno a la comunicación, a la interacción humano-máquina (y a su posible interacción con otras especies a través de sensores), un cuestionamiento a las estrategias de reproducción de la realidad, una crÃtica al realismo mimético y a la aproximación racional que se utiliza al emular un espacio diferente, una búsqueda por alcanzar las profundidades del cerebro a través de una retórica de lo maquÃnico o de lo electrónico.
Me gustarÃa centrarme en algunos aspectos que detona el disruptor y que pueden tener sentido en la discusión sobre telepresencia (si es que esta discusión tiene sentido). El primero tiene que ver con su posicionamiento paródico en torno a la ciencia y a la tecnologÃa, un aspecto recurrente en el trabajo de minipimer.tv. Se trata de la apropiación de mecánicas de la tecnologÃa transpuestas a un contexto low-fi, se trata también de utilizar una legitimación cientÃfica a modo de juego, quitándole peso a su veracidad. Es una imitación burlona de la arrogancia cientÃfica a partir de un posicionamiento aturdido y có(s)mico. El disruptor en este sentido puede ser considerado un artefacto de operatividad cientÃfica (de una lÃnea que igualmente se desplaza de los centros de poder hegemónicos ya que recurre a una versión hippie de la ciencia) pero que en su propia constitución pone entre comillas la palabra ciencia.
El disruptor de ondas cerebrales es un aparato de parodia cientÃfica, un dispositivo casero de tecnologÃa absurda e inconducente.
Un segundo punto importante es el que tiene que ver con los estÃmulos audiovisuales que, en este caso, transportan a otra realidad o que reniegan de la mÃmesis realista clásica. Cuando nos introducimos en un ámbito de comunicación o (lo que es mucho más preocupante) cuando estamos hablando de pura creación, las estrategias de representación reproducen de manera recurrente la realidad que compartimos como espacio común de convención. Reproducen el sentido común, donde una silla es una silla, un hombre es un hombre y el frÃo se siente como tal. Es el mismo espacio donde lo negro remite a una oscuridad poco aconsejable. El disruptor propone un arsenal de estÃmulos audiovisuales que exceden y eluden este espacio de convencionalización ideológica y formal, erigiéndose apenas como una mera fuente de imagen y sonido abstracto que, en coordinación con el sonido binaural, genera una especie de estado bruto del audiovisual.
El tercer aspecto a destacar ante la presencia del disruptor es la versatilidad en las modalidades que propone. El artefacto cuenta con posibilidades de uso diversas, como la experiencia colectiva total, la utilización por pares, trÃos o cuartetos, o su versión onanista/masturbatoria. Incluye lo anterior el uso compartido a distancia a través de sensores que emiten datos mediante la red, uso que permitirÃa una comunicación humana, maquÃnica, animal, interespecie. A su vez cada experiencia se puede controlar de manera generativa, prefijada (impuesta por la máquina o por otra entidad) o simultánea (por la misma usuaria u otra en tiempo real).
Para cada una de estas versiones los dispositivos de hardware y software deben ejecutar una coreografÃa distinta, por ejemplo: en la experiencia colectiva total es el patch de pure data el que genera una secuencia prefijada (o paralela, si el control a través de los sensores y parámetros en juego es en tiempo real) que se aplica a un grupo de personas a través de altavoces y proyección video. Si bien no resulta lo suficientemente inmersiva la situación (*mejorable a futuro), este uso tiene la ventaja de suponer grados de empatÃa en esta suerte de rito tecno-narcótico en el que todas las participantes buscan una alteración de los estados cerebrales. En el ejercicio que realizamos acompañamos la sesión de una narración que se encargaba de indicar las directrices de los estados propuestos. Podemos decir que fue un experimento exitoso a la vez que escalofriante.
En la utilización por pares, trÃos, cuartetos u orgÃas, se utiliza el disruptor con su hardware especialmente diseñado, esto es, un casco dotado de 3 leds interiores y 9 exteriores y unos auriculares ensamblados, y una caja controladora con 4 potenciómetros injertados a un arduino que a su vez se dirige a través de pduino a un ordenador que contiene el mismo patch de pure data anteriormente citado. (How to en: http://www.minipimer.tv/?p=1457). En esta función la persona sometida a las frecuencias disruptivas no controla los impulsos que le son impuestos. Hay confianza y un atisbo de S/M mediado por tecnologÃa cacharrienta.
En la versión onanista/masturbatoria es la propia usuaria la que define el devenir de su secuencia, asà como la duración y el espacio contextual. Se trata del mismo hardware descrito unas lÃneas más arriba, sin embargo en esta opción es el usuario quien define, a partir de su propio deseo, cómo los potenciómetros moderan los outputs. Funciona en tiempo real.
Cada una de estas opciones, tal como se enunciaba antes, permite ciertas combinaciones, como por ejemplo, que el onanismo se rompa a partir de que el control de los outputs los ejecute una bacteria que transmite datos a través de un sensor microscópico, o de que se programe una secuencia intencionada con anterioridad.
El artefacto “disruptor de ondas cerebrales†ha significado un proceso semitortuoso para unos resultados lúdicos que aún son indeterminables debido a que se trata recién de una primera versión. Como primera aproximación hemos podido reconocer su potencial empático, lúdico y experimental. El cerebro se vuelve material maleable, y la fe en el aparato la saliva que lo alimenta. ValdrÃa la pena quizás parafrasear a Pierre Agustin de Beaumarchais que ya en el siglo 18 sostenÃa que cuando un disruptor no hace daño deberÃamos alegrarnos y no exigir además que sirva para algo.
deporte, cuerpo, gimnasio y mi desamor por las endorfinas
lo más insólito que me ha pasado en el último tiempo es el gimnasio.
un ataque de rabia almacenada durante más tiempo de lo que es recomendable me llevó a un estado de suma fragilidad, donde hube de interrumpir incluso trayectos producto de la ira que frente a mis ojos ponÃa lágrimas, y en mis manos, tensión.
nunca pensé que mi autopreservación me llevarÃa a una resolución tan saludable, aunque su salubridad ya es algo que en sà mismo me parece desconfiable.
el deporte, eso tan incómodo…
siempre fui una niña vinculada a las humanidades. entre los 8 y los 10 años tuve una estable carrera polÃtica siendo reelegida presidenta de curso por más de 5 perÃodos consecutivos. a los 14 años publicaron un texto mÃo en el periódico de mayor circulación nacional. digamos que el deporte no nos venÃa bien en la familia, mis padres estudiaron durante casi 15 años en la universidad (que no acabaran la carrera es un detalle que otro dÃa explicaré), y se nos daban mejor las discusiones de sobremesa que salir a jugar con el cuerpo. mi padre hasta el dÃa de hoy no sabe nadar. durante los últimos 3 años de educación escolar estuve exhimida del ramo de educación fÃsica a través de un certificado médico expedido por una siquiatra amiga. certificaba que hacer deporte en ese contexto me producÃa una angustia incontrolable y que lo mejor era dejarme tranquila y sentada, leyendo. como no tenÃa problema de calificaciones, y la asignatura de deportes era, por decir lo menos algo suntuario, nadie dijo nada. seguà manteniendo buenas notas a fuerza de intuición (no recuerdo haberme sentado jamás en casa a estudiar), fumaba porros todo el dÃa y me dejaba llevar por mis impulsos que en el colegio alternativo en el que estaba se valoraban como «capacidad de opinión». hacÃa fanzines, escribÃa poesÃa, fumaba los cigarrillos más baratos del mercado (que como un chiste de mal gusto se llamaban «life») y como mucho iba a yoga o a clases de danzas tropicales (sic). nunca me gustó el deporte. ni ante las súplicas del entrenador de volleyball que veÃa en mà un cimiente para el equipo. lo intelectual además se me quitó al rato, a los 16 me gustaban las raves. mi cuerpo reventaba, la adolescencia me impuso un par de tetas que no cabÃan en las camisetas, mi cuerpo tenÃa sus proporciones, la carne, como la de toda adolescente, estaba dura, compacta. comÃa helado cada dÃa, desayunaba avena, una mezcla entre lolita y yegua. el entrenador de volley me declaró que se habÃa pasado la fruta y en esa época, o un poco antes, comencé a andar en bicicleta. creo que ese ha sido el único aparato con el que he congeniado mover el cuerpo, en vistas de su utilidad. y el sexo, cuya frecuencia se incrementaba con el paso de los años, haciendo pausas con las relaciones estables (de más de un año).
mi relación con el deporte en realidad nunca sucedió. minada por la ideologÃa, siempre me pareció que su práctica se basaba en la competencia y que por ello era algo deleznable. mis áreas de combate no serÃan nunca una cancha de fútbol o un campo de golf. me negaba al pantalón de buzo, preferÃa las ligas del lenguaje, las medias de encaje, el autostop.
parecÃame algo superficial, carente de sentido, una pérdida total de tiempo. lo mismo con el deporte como modo de mantener el cuerpo sesgado a una proporción. siempre me supe desproporcionada, desaforada, excesiva.
hice un par de intentos con la piscina. en general tras perÃodos de crisis, al acabar la carrera por ejemplo. ingresaba a la pileta de cloro con menos entusiasmo que el de un funcionario, era más una súplica, un mandato, una especie de práctica que corroboraba el sinsentido general que tiene toda la existencia tras haber acabado 4 años de dedicación a un tema, en mi caso, la irracionalidad artÃstica, un absurdo.
es que hay que superar los 30 años, como si fuese una carrera de obstáculos vital, para encontrarse con eso de lo que hablan. o no. o aprender a repetirlo, a repetir las cosas que dicen aquellos que hablan. dopamina, adrenalina, endorfinas. ciencia y alarde.
desde hace 15 dÃas que voy al gimnasio a diario. es una terapia, de shock. no practico una rutina especÃfica, pero me he divertido más con las máquinas de ejercicio aeróbico. que con el agua (he acabado usando sólo el hidromasaje a modo de gratificación).
he de decir que el gimnasio es un lugar absolutamente individualista e incómodo. ya es incómodo estar sudadx, rojo y al borde de la asfixia si no es en el contexto de un buen polvo, pero estar rodeadx de gente en la misma situación y sin vinculación alguna, resulta casi inaceptable. es absurdo también tener que pagar por ir, siendo que cada persona que asiste produce una enorme cantidad de revoluciones por minuto evidentemente aprovechables para la producción energética. no es justo que los rÃos y las minas tengan que producir esa cantidad desmesurada de energÃa que necesitamos para encender todos nuestros aparatos. no es justo que haya que cargarse la naturaleza salvaje a cambio de alimentar un teléfono o encender una lavadora. no es justo que las miles de revoluciones por minuto que he producido en 15 dÃas se vayan a tomar por culo y sólo sea yo quien pueda aprovecharlas a modo de endorfina. que me gustarÃa poder además cargar el router y el ordenata, no es mucho pedir. pero no sucede lo lógico en ese espacio de amaestramiento corporal, y pagamos cuotas (no muy altas) para el dispendio energético general. tampoco es de extrañarse, ya tenemos hábito, en esta cultura pagamos por gastar, gastamos para ser pobres y trabajamos para pagar nuestra pobreza.
otro aspecto que me resulta bastante inaceptable es el hecho de la nula sociabilización. lo digo porque sé cuánto cuesta aglomerar personas con un fin común. no entiendo por qué no se practica el movimiento a través del juego, de la interacción. en el gimnasio cada unx está con su máquina y quizás una prótesis auditiva extra, para amenizar. es cierto que a ratos me falta el aire y hablar no es precisamente lo que más me gustarÃa hacer, pero sin duda preferirÃa levantar a una persona que a un montón de metal con un número impreso, actividades lúdicas me hacen falta. preferirÃa fabricar chapas que dejar mi fuerza desperdigada por ese suelo limpiado por un ecuatoriano que mira con rabia cada una de las máquinas, preferirÃa hacer mil cosas con mi fuerza y mi energÃa y mis revoluciones por minuto. preferirÃa. por cierto, la palabra gimnasio viene del griego «desnudez».
(debo reconocer que ahora sà percibo los efectos de la agitación sostenida, una hiperkinesia un poco extraña, quizás manifiesta como impaciencia y sosegamiento a la vez, un poco de descontrol con la musculatura, con la actividad, mucha sed, alegrÃa general, restitución energética, abolición del cansancio y la apatÃa, pero nada muy concreto. sensación de normalidad a ratos, de reencuentro, yo creo que es testosterona y nada más).
de amor propio
que ha pasado mucho tiempo, este blog parece un despojo, un abandono informático, algo obsoleto quizás. es que como el blog no es terapia, ni trabajo, ni demasiada diversión según qué esté pasando, ni un estrato amable de descontrol («siempre justifica el texto»), ni una red, ni difusión cultural, ni prácticas poliamorosas, ni un pase libre a las drogas y al rockandroll ¿para qué coño sirve un blog?
pero no es de sinsentido que se alimenta el abandono, no. alteridades, visitas, devoluciones, revelaciones amargas, memoria. varias cosas han sido las que han dejado este espacio un poco asÃ.
vino mi madre, en alguna parte lo dije y lo he comentado. vino mi (quisiera decir santa, pero prefiero decir estupenda) madre que a pesar de renegar de este blog ha comenzado a leerlo como modo de comprender algunos de mis estados emocionales más profundos, aquellos que le son insondables, prohibidos por mi intimidad que se abre como una almeja en vapor en este blog, a veces, no olvidéis que la mayorÃa es ficción, o para que suene más elegante, performance, performatividad escritural…
con mi madre hemos madurado (ya era hora), ella de 60 y pico años, yo de 30 y tantos, ya estamos hechas, derechas, encorvadas, con pelo blanco, perdiendo pelo o adquiriendo más de lo que era imaginable. hemos madurado, ahora en lugar de permanecer dÃas en el odio que produce la diferencia, apuramos el trance del desagrado, sintonizamos el afecto, respiramos y cambiamos de tema. algo nos susurra al oÃdo que si nos vemos en promedio algo como medio dÃa al mes (15 dÃas al año, que si descontamos lo que se duerme, vamos, quedan como 6 horas al mes, 1 hora y media por semana, unos 4 minutos al dÃa, y todo comprimido en una sesión con frecuencia bianual…) pues es mejor echarle ganas que descontento.
con mi madre tenemos una relación de intimidad inusitada. hemos estado durmiendo juntas prácticamente cada dÃa, haciendo cucharita (yahoo answers explica lo que es eso de forma muy heteronormada aquÃ), preparándonos el desayuno, haciéndonos tratamientos de cuidado cuerpo a cuerpo, intercambiando bragas. que me he enterado que no es tan habitual esto de la intimidad con la madre, a pesar de que es la dueña del primer coño que vi, toqué y chupé, no es habitual.
hemos acabado bastante enamoradas, contentas de conocernos, de estar cosidas con hilos de fuego y carne, de tener las manos del mismo tamaño, de compartir memoria y pasado, contentas de aceptación. obviamente todo tiene sus rugosidades y su amargura, hay a veces tristezas que percibo muy a lo lejos, en una capa que está mucho más abajo de las plenamente visibles. son como pequeños tumores benignos (no cancerÃgenos) que te dan ganas de disolver pero que están enquistados porque toda relación tiene sus paradigmas de lo horroroso o de lo sencillamente penoso, y es asÃ, un asunto muy carnal o de cirugÃa inconducente. luego si se liman las asperezas se produce una fomedad.
no sé si esta relación podrÃa suceder fuera del marco madre-hija, a mà me gusta pensar que sà (y digo esto a pesar de un trauma infantil que tengo con ella porque sobre los 8 años le planteé que nuestra relación era como de amigas, ante lo cual me respondió que no, de ninguna manera, que ella era mi mamá y punto. entonces le pregunté si podÃamos ser conocidas y nunca más olvidé el desagravio), aunque más que relación estuve pensando en un tipo de afecto, a partir de la observación del nuestro propio, que se parece un poco al que describe žižek en este fragmento de video del documental examined life, donde también aparece el gallina de toni negri y santa butler.
žižek habla de la misma manera desagradable en que lo hace siempre: escupiendo cuando marca la letra «t», con arrogancia e impudicia, con todo su nihilismo cartesiano, ultramaterialista. el hombre pronuncia tan mal el inglés que le entiendo absolutamente todo. y a pesar de ser tan mediático, de producirme vergüenza ajena, me cae muy bien. igual es porque sólo veo sus videos…
el fragmento de examined life está más centrado en una crÃtica al ecologismo que a otra cosa, pero esto en cierto punto se vincula al amor, al falso amor o a algo asÃ. un amor por el mundo basado en todo lo que es la negación de su «estado del arte», de su condición, de nuestro efecto en él. fucking ecologistas, biomänschen y negacionistas de la podredumbre, aquà les va žižek, con amor:
#10penkult (prácticas culturales de código abierto)
#10pencult
#open-close
#funcionamiento
abrir el código significa aumentar las libertades a través de la comprensión del funcionamiento de las cosas. cuando los códigos están cerrados son invisibles, impenetrables y fácilmente naturalizables. pero un código parece ser algo más cultural que natural (?). el aumento de las libertades se manifiesta en la capacidad de alterar el funcionamiento de algo, una máquina, un cuerpo, una performance, un modelo relacional, etc. si no sabemos cómo funciona aún menos podremos saber cómo alterar su funcionamiento. lo cerrado se podrÃa ejemplificar con la lógica del capital o un tabú.
si fuese un dibujo serÃa una relación dialéctica entre lo abierto y lo cerrado, por oposición. tenemos una innumerable cantidad de códigos para abrir en todo el cuerpo, en nuestras máquinas, relaciones, roles. nunca estarán todos abiertos porque hay otras máquinas produciendo constantemente tecnologÃas cerradas. es una lucha de fuerzas.
vómito
vómito a borbotones
es la expulsión violenta y espasmódica del contenido del estómago a través de la boca,
posiblemente se desarrolló evolutivamente como un mecanismo para expulsar del cuerpo venenos ingeridos.
devolver por la boca las materias contenidas en el estómago
la sensación que se tiene justo antes se llama náusea.
el vómito puede provocar la asfixia si alcanza las vÃas respiratorias en cantidad suficiente.
como un volcán vomitaba lava,
(la postura lateral de seguridad puede evitar la asfixia en caso de que una persona inconsciente vomite).
un consumo inoportuno o inapropiado obliga a devolver.
vomitorium is a passage situated below or behind a tier of seats in an amphitheatre,
through which big crowds can exit rapidly at the end of a performance.
edición libre de:
http://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%B3mito
http://www.etimo.it/?term=vomito
http://www.wordreference.com/es/translation.asp?tranword=spew
http://en.wikipedia.org/wiki/Vomitorium
last minute PMS
este año me dediqué a pasear y a residir en mis arcadas, o a pensar en la indomabilidad de un velocÃmetro descompasado, a ver cómo me salÃan pelos, comprobar que la edad cambia el cuerpo, que las hormonas se manifiestan, que el cansancio corrompe y lleva al éxtasis, del decaimiento. ver supurar el aburrimiento.
este año hubo muerte y sanciones, mala leche y unas pocas lesiones, unos ciclos estratoféricos que parecÃan no acabar nunca, enfermedades aquejando a lo ajeno más que a lo propio, un resfrÃo.
poca lectura, mucha verborrea. escritura regular y es un eufemismo. un tatuaje (y media cresta).
un año que parecÃa vacÃo, aunque quizás estaba lleno, de banalidades sustanciales.
un par de encuentros memorables. aunque la memoria no alcanza a resolver el encuadre correcto. las redes no se pueden preveer, ni medir, ni ver, como si fueran una pelÃcula.
un documental, un sistema operativo nuevo, el robo de dos bicicletas. nada de amantes, y aunque quedemos fatal, poco sexo.
ningún aborto, ni hueso roto, ni operaciones menores. tarjeta que dice residencia permanente. dos facturas. mucha pobreza (precariedad-1).
internet, ahogos, caos, marihuana y mucho amor.
este año que viene me dedicaré al vudú.
navidades disidentes
llevo una semana durmiendo con mi madre.
aquà unos consejos para las fiestas, de corazón. de lo más profundo del seno familiar.
manifestación en santiago de chile por la educación. 22 de diciembre 2011
quema pública del árbol navideño (de la administración) en la plaza de mayo, buenos aires, argentina. 20 de diciembre 2011
mi padre se casa
mi padre se casa, me lo ha dicho por mail. mi padre se casa y no es por papeles ni por conveniencia (con una mujer rica). no es tampoco una adolescente 40 años menor que él a la que hay que sacar de casa con matrimonio. no se casa con un hombre ni con una trans, ni con alguien que tengas que sacar de la cárcel justificando familia. creo que cualquiera de las razones anteriores las hubiese llegado a aceptar con simpatÃa, algunas más que otras, claro.
mi padre se casa, bruta burguesÃa proletaria, con una mujer católica y arrugada, con la madre de algunos de sus hijxs que ya tienen pelos por todos lados, incluso las más menores (que desde hace al menos 5 años que dejan pelos en el water cuando mean). me ha dicho por mail que le encantarÃa compartir conmigo este momento, que viene a suceder en una semana, como si no viviéramos a más de 11.000 kilómetros de distancia. su formalismo («aunque sabemos que es difÃcil nos encantarÃa que nos acompañaran ese dÃa») es el que creo que más me jode. es una lástima que la gente se siga casando sin un por qué justificado, como si la semilla de la corrección heteropatriarcal fuera suficiente argumento. es una lástima que tu padre quiera ser un normal, que su vida sea tan plana y rancia como para querer olvidarlo todo y reivindicar lo más soso.
es una lástima también que para lo único que me escriba en más de un año sea para decirme que se casa. en esas cosas mi padre parece mi hijo…
paraplejia mental
huelo a axila y a arrogancia, nada de vergüenza. tengo rabia, o depende de los influjos astrales lo que salga. paraplejia mental es meterse a la cama con el ordenador con la única finalidad de que cuando acabe la baterÃa inevitablemente tendré que desconectarme. sentir el calor de la máquina de alguna forma me tranquiliza.
desconfinamiento
nadie puede creerse invensible y mi cuerpo es el primero en decÃrmelo. después de meses de embotamiento, de abulia y cansancio, de pronto (y por motivos absolutamente esotéricos) en una semana comienzan a cuajar (o a gestarse o simplemente a aparecer), procesos y cuestiones que requieren de una atención cabal. la energÃa como paquetes que se han instalado en algún lugar sin haber sido nunca llamados. pienso en la palabra ostracismo como si fuese una metáfora de algún tipo. se acaba el año, los calendarios son rituales impuestos a los que adherimos a punta de burocracia. ¿y si estamos fuera de este despeñadero de fiestas y puentes? ¿y si vivimos de festivo siempre o todo lo contrario?
garganta es el único lugar que hoy me parece un impedimento.
*la foto es de una performance en lecturas sur-versivas de srta. jess con quien estaré trabajando en el proyecto vestizaje hasta fin de año en el CCCB de poble sec.
transicionando
hace unas semanas pasó por aquà alejandra, la parias hilton, otra herencia afectiva de mis queridas cuts y otra joya nacional de mi triste reino: chile. en una de nuestra conversaciones usó varias veces el verbo transicionar. punto.
junto con su visita (y quizás simultáneo a esa conversación) llegó a mis manos, después de dos largas semanas de espera, una caja que contenÃa un ordenador portátil macbookpro de 13 pulgadas por el cual habÃa pagado casi 1000 euros (gracias a una rebaja solidaria de la buena de marÃa). con ese gesto, el de darle todas mis sucias y pocas monedas restantes a la empresa del recientemente fallecido steve jobs (púdrete), se estaba fraguando un sentimiento de incomodidad escogida que no tardarÃa mucho en estallar en su condición de insoportable. mi relación con esa máquina fue breve (pacto roto) porque se basó insondablemente en la frustración. sus vanguardias me parecieron añejas, su exclusividad más patética que nunca. me veÃa entregada a una espiral plagada de privaciones, incapacitada para aplicar las herramientas que habÃa conseguido con esfuerzo y dedicación sobre su débil esqueleto. y no era su cuerpo lo que más me molestaba, sino su ideologÃa. iba ahà carcomida por el envoltorio una estructura interna incapaz de asumir mi pasado, una suerte de movimiento ahistórico la poblaba. decidà después de un dÃa y dos horas de conversación con el servicio técnico que no era lo indicado para mÃ.
(mi conocimiento tecnológico, aún muy pobre, está basado en una serie de aspectos circunstanciales, biográficos, dramáticamente personales y colectivos a la vez. incluso fÃsicos me atreverÃa a decir. mi humanidad se resiste al borrón y cuenta nueva. tampoco fanática del pasado, pero sà objetora de la constante actualización. tatuajes, marcas, deformaciones hay en mi aprendizaje. si eso significa empezar de nuevo, tantas veces me sucede que no quiero actualizar…)
devolvà el mac. esto significa algo ferozmente dramático, porque mac hay de 5 modelos y nada más. se elije según el presupuesto, yo nunca habÃa preguntado por el procesador, ni la trajeta gráfica, ni por la ram. en el mac todo va bien, en una bella caja y funciona, sin más. decidà devolverlo y me quedé en ascuas. y ahora qué.
me digo: no hay que llorar, ya está tÃa. son tantos años dando la chapa con el open source y qué, avergonzada del mac, su brillo plateado de pacotilla, sus teclas suaves (que ya todos tienen en realidad), sintiéndome desclasada incluso. cámbiate. el linux funciona, se lo dices hasta a tu madre, incluso lo has instalado en otras máquinas, venga, combate esa pereza, apáñate.
luego hay algo que se ralentiza. ya no te dicen en la tienda lo que es mejor para tÃ. tienes que empezar en plan investigador privado a rastrear lo que la máquina tiene en su interior, sus cables y circuitos, sus componentes, su fragilidad. se aprende lo que la curiosidad aguanta. se piensa a través de foros. se multiplican las ventanas, las fotos no dicen mucho, una serie de números e incomprensión.
he dado el gran paso, he tardado 7 años. cuando digo que para mà esto es transicionar poca gente me entiende. probablemente son las que tienen los dedos con forma de pelos que entran por las rendijas del teclado, quiero decir. probablemente son las que tienen el cuerpo un poco maquÃnico, las que no pueden distinguirse con total claridad de su terminal. las que inventan códigos o les cambian la forma, las que escriben raro, a veces las llaman poetas, chifladas, artistas o yonkis. me han entendido unas pocas que además, como han entendido, más que felicitarme se han alegrado de forma genuina.
dejo macintosh, adiós. desde ahora me convierto en disidente, contrarrepresentante. odiaré a la macintosh como quien odia al capitalismo o al heteropatriarcado, con el cuerpo y la cabeza y hasta los hongos o lo indeseable. seré una desprestigiadora ejemplar, pero me niego a volverme evangelista (si me sorprende alguien le agradezco me llame la atención). en mi pueblo a esta clase de gente se la llama «canuto», que no es lo mismo que en españa. un canuto en chile es uno que da la lata de manera insistente. linux no es la verdad de nada, es sólo un sistema operativo. y a pesar de eso, no estaré tranquila hasta completar al menos 10 instalaciones. es mi venganza, tal como cuando descubrà la estafa de las compresas (mooncup for ever) o la tragedia del amor.
des-montaje4f
if(expression) { de pronto todas las paradas se llaman surrealismo. llevo el abrigo de patri y me pregunto si sentiré frÃo de la misma forma que ella statements carteles, pancarta: policÃas de mierda, actualizar el vÃnculo, stats. } else if(#desmontaje4f) { statements hashtag #desmontaje4f. voy por sant pere mes baix, siento frÃo y pánico de poder caerme de la bicicleta } else { statements actualizar http://desmontaje4f.org }
relaciones de memoria
las derivas que hacen los dedos sobre un teclado, sobre un cuerpo, los shortcuts, los comandos. el lenguaje vacÃo. no queremos hablar porque es más triste decirlo todo, o porque estamos cansados, sólo queremos atajos, aunque sean viejos y rancios, atajos desplegados por toda la cama, inundando la casa, junto al polvo y a los restos de pan.
no queremos hablar porque somos tristes e insondables, aunque en la calle nos miren o nos pidan una moneda. somos el dÃa de los muertos sin disfraz ni anfetaminas, somos cansancio, dolor de espalda. no tenemos menstruación.
lo normal parece tan desaforado dentro nuestro. los huevos son rosas, los han parido rellenos de arándanos. aún queda tiempo para algo bello, o para alguna invención truculenta. aún queda tiempo es la ficción predilecta de esta fábrica.
rituales
trompacarga se acumulan los dÃas en un calendario que envejece.
los rituales de patri. deshacerla en el mar, bañarse en ella.
más tarde el ritual nocturno, fagocitarla a ella, chupito canÃbal.
luego la noticia de los policÃas. sentirse con algo caliente en las manos. no saber dónde tirarlo.
antes de eso la muerte de la máquina. resignación e insomnio. la gravedad de las cosas es una circunstancia. y los cyborgs también son vÃctimas de un plan macabro.
máquina muerta, paisaje nórdico. alemania es tan perfecta que provoca desconfianza. el funcionamiento de las cosas es impecable, puntualidad.
los rituales de liberación, dÃa, noche. rastrear a dos policÃas de mierda. buscar información. sacar mierda.
hacer un programa de radio, o pensar en muchas cosas a la vez. pensar por ejemplo en el «racismo positivo», una versión moderna y local de la discriminación positiva. el cable, la performance. tengo un cuaderno donde voy acumulando órdenes, pero no las separo bien. luego no las encuentro aunque casi todas mis contraseñas sean la misma.
ella me dice que envejece, mi ordenador ha muerto y nuestra amiga muerta sale en los periódicos. intento imaginar ostentosos rituales, macabras concentraciones de poder. incorporo planos, supongo que de eso se trata un aquelarre.
a veces podrÃa parecer que nada de esto es verdad.
* la imagen es del proyecto que está haciendo aviv con vahida.
como me pone la raza
(esto es una respuesta a un post de ce en el blog de la quimera rosa)
me pone tener diálogos especulativos sobre la escritura mundial. me ponen muchÃsmo las genalogÃas porque una que es vaga ha leÃdo muy poco y asà es genial que alguna más letrada le vaya poniendo cronologÃas a las configuraciones y sospechas, en este caso de la raza. asà las cosas me pone la quimera rosa, me pone su raza subnormal porque en ella reconozco la mÃa que un dÃa es una y al otro es otra, raza mutante globalizada, tan altamente empaquetada por documentos, permisos, notificaciones y pasaportes, tan casada, tan perdida, sin adn, sin configuración. absurda y disgregada, si me preguntan mi raza no sé qué decir.
y si me preguntan mi clase soy proletaria, paria, precaria, una acumulación de rimas que la contingencia hace acabar con un rotundo inmigrante (disonante).
pero en estas cosas, tal como dices, la propia realidad poco importa, está demasiado lejos del sentido común.
poco importa pero está muy cerca de mÃ. por lo que me es imposible no percibir el tema racial, hoy por hoy y en nuestro contexto pleno de sentido común eurocentrista descentrado, sino como algo que se deriva a un tema geopolÃtico. y aquà soy ultra autorreferente.
(podrÃa decir, para mà la ciencia es un enemigo. la medicina por ir focalizando, o muchas otras disciplinas que tienen tanto, demasiado, de ideológico. es cierto, si mañana me rompo el pie, acabaré sin duda chupando de la seguridad social española (gracias!;) sometiéndome a las manos y voluntad de un doctor cualquiera cada vez más cerca de lo que se dice «mal pagado». pero no me refiero a esto exactamente. sino que no creo en la ciencia, la deslegitimo y desprestigio siempre que puedo y, debo reconocerlo, a veces desconfÃo antes de entender incluso completamente bien a qué se refiere. le he cogido manÃa. esto también me lleva a esta extraña relación de tecnofilia/tecnofobia que se me manifiesta a veces y que intento gestionar con el más puro amor y odio. blablabla).
pero para no disgregar más, lo que quiero decir es que mi experiencia en españa indica que mi «raza» cambia cuando abro la boca. lo afortunada que soy por «pasar del metro setenta, tener la piel blanca y parecer europea» no me lo saca nadie, me lo han repetido hasta el cansancio, y vamos, que hasta acabo performándolo. en mi caso es cuando abro la boca (y emana mi acento del sur) que de alguna forma se re-escribe mi raza geopolÃtica. con «fortuna» me configuro como andaluza (que en la pirámide social ibérica es…) y si el interlocutor ha viajado ya me localiza con pelos y señas en el culo del mundo.
entonces también me pone (o pondrÃa) hablar de estas especies de post-razas geopolÃticas que la ciencia fronteriza se esfuerza por establecer y remarcar.
el otro dÃa un amigo no se animaba a decirme, porque no sabÃa si me sentarÃa bien o mal (sic), que yo era muy masculina y femenina a la vez. el otro dÃa leÃa en un muro de facebook a jóvenes biohombres (y es una lástima que lo sean, entre otras cosas, pero lo siguen siendo a pesar del queer) hablando de sus embarazos y abortos como quien pica sobre el botón de «me gusta».
en chile me dicen «ay! la europea», en españa «sudaka», y cuando nacà (münster, germany, 1979) las monjas del hospital me llamaron «la negra» (de puro cariño supongo).
otra cosa. con los géneros una táctica para dinamitar el binarismo es multiplicarlo hasta que no sea posible contabilizarlo, hasta que ningún patrón se repita, fragmentar las posibilidades y combinaciones hasta impedir su enunciación (dentro de los parámetros binarios).
muy interesante serÃa pensar formas para deconstruir la raza tal como se hace con el género (¿cómo empezamos? yo me apunto). y otra vez, serÃa tan importante que de alguna forma funcionara…
la poesÃa es un malentendido (un breve chat con helio)
mi vida privada
es más bien la externa
ejemplos de practicidad humana (las vacaciones)
una semana sin vacaciones y el cuerpo me ha dicho basta. comenzó un dolor en la espalda el dÃa miércoles que hoy, como si fuese normal, me impedÃa respirar (sin sentir dolor). mi doctora de cabecera (de la verdadadera) me diagnosticó angustia, me dio una infusión relajante, me frotó la espalda y me hizo dormir. desperté mejor, pero bastante anestesiada.
básicamente no tomo medicamentos analgésicos por miedo. miedo a no sentir nada, a no darme cuenta de lo que me pasa. hasta ahora he sido lo suficientemente bruta (incluso creo que lo sigo siendo) como para no sufrir fÃsicamente demasiado.
pero asà es como llegan los 32 años (y sé que aún es temprano como para alarmarse) y te vienen estas literales puñaladas por la espalda que en realidad son yo misma diciéndome que corte el rollo. no eres funcional, habitúate a la disfuncionalidad capital, no podrás con ella, padeces la enfermedad de la desadaptación. en fin, no pasa nada. una enfermera, una infusión, dos horas de sueño, mucha comida. y un post. escuchar la calle ruidosa que tengo abajo, meter las manos en una maceta de vez en cuando. fumar. volver al mes que ha pasado, un ciclo hormonal que dejé pendiente porque no cabÃa en el calendario, las 42 pestañas que ralentizan mi rendimiento informático, los buenos modales.
porque, es signo de muy mala educación padecer dolores. algo de mal gusto.
estuve 3 semanas sin estar en internet y no pasó nada.
estuve en un local de salvajes recién empotrados al mundo a través de un trozo de agua con tierra alrededor.
para hacer vacaciones los seres humanos pueden ir al decathlon y comprar por 100 euros un pasaporte al vacacionismo consistente en una mochila, una tienda de campaña y un saco de dormir. todo obsolescencia programada, si algo se rompe será parte de la aventura.
mi diana es una estupenda guÃa/diosa/compañera. lo hace con amor.
leo las crónicas añejas de lo que henry miller vivió hace más de 60 años en un lugar parecido, o similar, o de geografÃa coincidente. él confunde los planos de realidad. por ejemplo, su vida en nueva york, su estancia en parÃs, los autores que lee. omite siempre describir a hombres y mujeres con las que ha follado. américa se le solapa, le asusta por oposición. henry miller ha viajado en los años 40 y ha permanecido un año sin escribir. mi letargo ha sido de 15 dÃas y la asepsia, además de escritural, ha sido eminentemente electrónica. me pregunto si habrá cambiado mi caligrafÃa, al menos parece más desordenada.
la actividad onÃrica sufrió un despliegue inusitado. culpa del aire acondicionado el destape, aparecen trazos discontinuos de conversaciones interrumpidas, mails de respuesta que aún no envÃo, y que respondà personalmente en sueños. casi todos los seres humanos que conozco (o que considero) aparecieron en encuentros nocturnos. también algunos que no conozco. también algunos nunca aparecieron. todo llegó a tener tintes mortales al resumir muchas etapas con una anarquÃa totalmente ajena a las consecuciones lógicas de una vida humana. el aire acondicionado primero, la playa virgen prosiguió el onirismo como si hubiese sido un exiliado de la red, y por supuesto, me abandonó mucho antes de empezar a escribir esto.
quizás lo más interesante y extremo haya sido estar en la playa salvaje, donde el cuerpo aprende mucho más rápido sobre cuándo hacer las cosas. dormir, comer, respirar se vuelven asuntos fundamentales. los minutos están llenos de cosas básicas y lisas, los movimientos pierden compostura. el horario se supedita y deduce de la luz. el código se reduce al binario agua/tierra. también es cyborg lo que se vuelve bestia. todo se dilata.
no sé si he vuelto más fuerte y poderosa, pero sà más tranquila. algo que intento mantener como una arquitectura precaria, arruinada en medio de un paisaje de fuegos artificiales.
sesión naif de reencuentro eróticonanista con mi ordenador y su webcam
por ahora he vuelto, y sólo he tenido horas para comer y retomar el contacto con mi máquina. los frustinis son productos del taller que hizo ivana en el ladyfest, y los he probado hoy con titanium. durante los próximos dÃas espero subir mis parciales impresiones del viaje, todo un baño tibio…
PAUSA
…pero volveré, espero que más grande y poderosa.
el discreto encanto de la burguesÃa
huelo a menstruación, que no es lo mismo que oler a sangre. por eso quizás sea mejor quedarme en casa. ayer pensé que esta podÃa ser la menstruación más fuerte de mi vida. no tanto por el dolor, sólo por la intensidad. durante dos dÃas estaba conmigo sin salir de mi cuerpo. sólo emergÃan coágulos, con cuentagotas. habÃa soñado dos veces durante la semana que estaba embarazada. la primera vez desperté de mal humor y consternada, convencida de ser el segundo caso mundial de engendramiento divino. la segunda vez ya pensé que se trataba de una maldición. pero estoica seguà esperando mi sangre, como siempre, sin miedo más que a mà misma.
finalmente llegó lo que consideré un aborto espontáneo de un embarazo sicológico o al menos simbólico. aviv me miró desconfiado cuando se lo dije, como si me estuviese tomando algo a la ligera. lo entiendo, incluso yo misma lo pensé, me agobié tras cada sueño porque los embarazos siempre han sido algo serio (o no) y yo no deberÃa permitÃrmelo ni en sueños.
asà es que en la mañana comencé a fraguar lo que serÃa la expulsión definitiva del engendro. algo parecido a estar drogada o con la presión muy baja. una capacidad exaltada de conexión emocional, o de turbación sensible. un estado lúcido pero encriptado, aburrido de la comunicación tradicional, aburrido de todo. lágrimas y sangre, mucha sangre.
algo asà serÃa muy pobre llamarlo dolor, y el intento desesperado de atontarlo a través de una pastilla serÃa al menos banal. se duerme bien, no recuerdo siquiera haber soñado, espero estarle diciendo adiós a algo.
la foto es de helio que se fue de viaje esta semana.
y un documento interesante que tiene que ver con el tema, pero ya más aplicado, es lo que estuvieron desarrollando leona y marÃa durante el summerlab en el taller de maternidades subversivas: Manual de buenas prácticas, para cuando tu vecina tenga un aborto espontáneo.
.cl
soy como un alma en pena, no. como un cuerpo vacÃo. incluso mis orgasmos parecieran estar en otro lugar, lejos de mÃ.
mi contacto con el mundo se reduce a videos del tamaño de una caja de cerillas, de baja resolución. mi contacto con el mundo se reduce a redes sociales estúpidas, a conversaciones por skype de madrugada, a streamings hechos desde un teléfono móvil. rastreo información, busco hashtags, copio enlaces. qué existencia empobrecida la de esta caja vacÃa, que sólo se alimenta de compartir la rabia y la impotencia, para juntar más, para hacerla un monstruo inmenso que destruya todo, bancos, supermercados, jefaturas de policÃa, fronteras sociales, personas de mierda, e incluso, mi conexión de internet.
19/08/2011
violencia de estado: hacerte inmigrante
hoy el dÃa empezó con la voluntad de afrontar tareas incómodas y desagradables. en realidad no era voluntad sino amenaza: si no renuevas el n.i.e. (documento nacional de identidad de extranjeros) dos meses antes de que caduque tendrás que pedir mil papeles otra vez a tu pueblo de origen. me dijeron.
ya está. lo haré. me dije tÃmidamente, intentando moralizarme a mà misma, darme golpecitos en la espalda como lo harÃa un entrenador personal. anÃmate. vÃstete normal, como la persona más normal que podrÃa existir en barcelona, en la mitad de agosto (donde todas las normales evidentemente estamos renovando permisos de residencia, ya me dirás…), nada de chapitas de inmoral, ilegal o sudaka, nada de tetamen veraniego.
cojo LA carpeta de documentos. ahà guardo todo lo que me define como humana: contratos de alquiler, tÃtulos universitarios, informes médicos, facturas, antecedentes penales, análisis de sangre, incluso hojas de reclamación. podrÃa pensarse que me siento segura con este arsenal de humanidad sobre los hombros, pero la verdad es que se convierte en motivo de temor (podrÃa llegar a perderlos).
mente limpia para trabajo sucio, no me desmoralizaré. intento mantenerme positiva y para ampliar mis dotes de corrección salgo a las 8 y media de casa. bajo en bici imaginando que todo será más simple de lo simple que deberÃa ser. intento ejercitar el buen rollo, concentrarme en que aún no hace calor.
cuando llego a marqués d’argentera nº4 me encuentro con un edificio en obras. amable, mantente amable: hola, querÃa preguntaros dónde quedó la oficina de extranjerÃa que estaba aquÃ. eh? un paleta me mira desde el fondo, esto es un hotel, dice.
yo ya sé que si pudieran te cobrarÃan cada noche que pernoctas en españa, pero de eso he zafado, y sinceramente, cualquier persona inmigrante sabe que la oficina está(ba) allÃ. quizás me he equivocado y no estoy en el número 4. me alejo para mirar con mis ojos miopes. y dice 4. lo que pasa es que la oficina estaba aquÃ, digo. mmm, no, esto es un hotel. un segurata sale del interior y rectifica mi razón, me dice que está a dos cuadras pero que no sabe si es exactamente lo que busco. ya sabÃa yo que en el primero lugar no encontrarÃa nada ¿alguien conoce lo del «comprahuevos»?.
desato mi bici. me dirijo al lugar. hay una cola que da la vuelta a la manzana. negras, pakistanÃes, sudakas, chinas, lo de siempre. con suerte seré la número 70, porque la oficina aún está cerrada y sólo porque sà me acerco a la puerta y pregunto si estoy en el lugar correcto. el segurata me pide mi tarjeta (él, experto en tarjetas) y me mira con cara de querer decirme que soy de otra clase, para decirme finalmente que aquà no es mi sitio. me da un papel con unas webs donde podré pedir mi cita previa. me dice que aquà nadie me hablará ni dará información alguna, que él ya me lo dice todo, que estoy en lo correcto: debo venir dos meses antes, pero que vaya a internet, que allà está todo.
desato la bici, demasiado temprano para un locutorio. llego al raval, pido 15 minutos. copio la dirección de la web del ministerio de trabajo e inmigración en la pestaña del navegador. not found. igual lo he hecho mal. repito el procedimiento. nada. la página no funciona. la ira no viene suave sino que se instala como un tumor repentino.
estos hijos de puta le están dando a todo el mundo unos links de mierda que no funcionan, y además ahora te obligan a pedir la cita previa sólo por internet con una mierda de link que está mal puesto. como me quedan minutos, busco vÃas alternativas pensando en que mi alfabetización náutica en los páramos del internet deberÃa llevarme por senderos menos inertes que los que te ofrece el fucking ministerio público. logro dar misteriosamente con el modelo EX17, que es el que le corresponde a la gente con el status que yo tengo: residencia de familiar de ciudadano comunitario. extrañamente este formulario se encuentra en otra web, la del ministerio de polÃtica territorial y administración pública. a mà qué más me da que sea uno u otro, lo importante es que el link funcione. y este funciona, pero sólo relativamente. es decir lo de la cita previa brilla por su ausencia. desato la bici y me dirijo a passeig de sant joan 189-193 que figura como registro oficial de la delegación del gobierno en cataluña. ya me empieza a entrar grima porque las oficinas que antes estaban en el centro las han ido moviendo al metro navas y a otros lugares donde los hoteles evidentemente no serÃan tan rentables, donde los inmigrantes son sólo eso y no turistas. mientras subo pienso en la conversación de ayer en casa de chair, donde su amiga decÃa que ya basta, que ya se iba, que llevaba 6 años en el maltrato, pagando mucho (porque ella se «legalizó» por arraigo)que en diciembre pillaba su cosas y adiós. cada gota de sudor (de este que definitivamente preferirÃa producir follando) me parece triste.
en la puerta no hay uno sino 5 seguratas. tienen puesta una barrera para que nadie entre. uno me pide el papel que llevo en la mano, que tiene la dirección donde estamos y un montón de liks que no funcionan. se lo explico tratando de mantener la calma. me pide mi n.i.e., me deriva a otro segurata que está a su lado y que responde a 3 personas a la vez. éste me dice que efectivamente, los links no funcionan (siempre), que tengo que intentar y buscar más por internet. le digo que vale, pero que me parece insólito que estos sean los documentos que te entregar para hacer un trámite si no funcionan. me dice que a veces funcionan los dÃas viernes (sic), y que yo en mi condición puedo esperar hasta 10 meses desde el momento en que caduca mi residencia para renovarla. le pido un papel oficial que contenga esa información (porque claro, quedarte 10 meses ilegal sólo te lo podrÃa decir el segurata de la delegación de gobierno no?). me dice que no hay modo de conseguir una cita previa que no sea el internet pero que tenga «cuidado» con pedirla en agosto, cosa que se niega a explicarme porque hay mucha gente a la que le está respondiendo consultas. y yo casi suelto el grito más grande de dolor cósmico, me harto, son casi las 11am. y además de todo, tengo la suerte de ser afortunada. me siento a llorar en la cuneta del paseo sant joan. te llamo y me dices que no debo hacer estas cosas sola. lo siento, pero soy intolerante a la burocracia, si fuera intolerante a la lactosa serÃa algo legÃtimo, hasta un doctor lo confirmarÃa, pero esto no. soy intolerante, no puedo con esto, llevo casi 7 años y siento que son muchos, demasiados. los ministerios y delegaciones han cambiado su personal, ahora cogen seguratas para resolver dudas de inmigrantes, gente uniformada que no te deja entrar. quiero la paciencia de la familia ecuatoriana que está a mi lado, quiero el candor del negro de más allá, los arreglines de los pakis que no hablan ni papa de castellano, quiero un puto papel que diga algo pragmático. no quiero perder mi tiempo, ni mis dÃas yendo de un lugar a otro. no quiero que me calmes al otro lado del teléfono mientras lloro sentada junto a un montón de basura. y no quiero sentirme una pija banal porque en el resto del mundo se quiebra todo, y nada de esto es realmente grave, nada de esto se merece una lágrima, ni un sufrir porque al ser inmigrante ya sabes lo que te toca, y ya sabes que su trabajo es que te vayas lo antes posible, para que no uses el servicio sanitario que no fue hecho para tÃ, para que no intentes cobrar un paro que nunca tendrás, para que te vayas de una puta vez porque además estando acá sólo te has ido convirtiendo en una jodida perroflauta. y yo con esta rabia ¿qué hago?
*mientras no tenga cámara otra vez publicaré imágenes de otra gente. la foto es de la serie frontera de ona bros, una de mis fotógrafas vivas favoritas. me escribió esta mañana.
cadáveres de verano y una dulce despedida (temporal)
porque al final somos muy normales, tanto que nos divertimos yendo al parque a leer, y después pasando la tarde en un bar, riendo de cualquier cosa (carajillo), hablando de feminismos y polvos (cerveza), haciendo juegos de palabras (mojito), burlándonos de los (absolutamente estúpidos) católicos que pasan (cerveza), haciendo cadáveres (mojito), poniendo a prueba nuestra empatÃa dadaÃsta (caña final):
En las lejanas tierras de Lepanto una muchacha se toca con mucho énfasis su cosita, cualquier pequeño delirio habitable que crece con palabras gruesas y estancadas. Baile sexy y estrafalario, los pésimos movimientos que hace la máquina se quedan, permanecen en huecos húmedos que sudan un ver-ano de sopor calmado, las muletas son epitafios, cuchillos filosos, traumas para domar el Ãmpetu del cachondo solar. Y asà el astrolabio indica un destino plagado de estrellas que aún no tienen nombre, y la sopa cósmica, y el ano estupefacto. Si supiérais que en tres dÃas se acaba el sol, la chicharrera licuante, la sombra de tu puño penetrando oscuridad desvergonzada, alta.
Pamplinas. La luz se apaga y cinco hordas de débiles mentales salen a follar al centro del escenario. Una audiencia de mancos aplauden restregando su polla contra la oreja de la fila del frente.
Joder, dice la muchacha, si lo hubiese sabido antes: el teatro europeo sigue caracterizándose por su mala calidad.
stats: oficina de honestidad
se acabó el summerlab. dÃas intensos y largos. gente bonita, campamento de verano en asturias. yo el glosario apenas lo empecé, pero fue fantástico tener libertad para hacer otras cosas poco serias como hablar, hacer electrónica, conocer gente, derivar entre el transfeminismo y el hacking, entre las viejas y nuevas prácticas, la comida vegeta, los cables, el docu, el café, los niños.
el dÃa sábado mi emoción llegó a lÃmites avanzados sobre las 23horas. lloraba ante las cosas que se me presentaban, como un plato de plástico roto, videos, una conversación sobre intereses y agobios. nada grave, un llanto emocional a secas que se esparció sobre las cosas durante apenas 1 hora. y tal como la astrologÃa se basa en el movimiento de los astros, los satélites artificiales también fluctuamos. en fin, maravillosas las fluctuaciones durante toda la semana.
el dÃa jueves, evento espontáneo, con fabi organizamos un conversatorio sobre capital simbólico. era una noción de la que oà hablar por primera vez haciendo la memoria de grado, el 2001, de voz de pierre bourdieau (de alguna forma una lectura sutil y perversa del capitalismo literal). habÃamos hablado por primera vez del tema mientras comÃamos el lunes cerca de la laboral. finalmente decidimos hacer un sistema random de distribución de preguntas basado en la elección de un número. escribimos 16 en un papel que tras la dinámica perdimos. luego alguien me pidió la serie de cuestiones y me di cuenta que ya no estaba con ninguna de nosotras. fue bastante efÃmero todo, sin embargo hubo gente que me apodó durante el resto de la semana «capital simbólico» (nunca tuve antes un seudónimo, nick o sobrenombre tan friki…).
fabi es una tecnochamana que me hizo graduar la importancia que podÃa tener el tÃtulo «oficina de honestidad» para la actividad. aún estoy tratando de reconstruir la secuencia de preguntas, y tan sólo recuerdo algunas. en general eran preguntas raras, a veces incluso crueles, en el sentido de forzar la tensión entre ideologÃa y corazón. este tema se me hizo rotundo y contundente y eclipsó varias de mis reflexiones cotidianas durante las «jornadas».
una que daba mucha risa era «Â¿te sientes triste cuando nadie visita tu web?»
personalmente, triste lo que se dice triste no, pero da un gran subidón cuando están altos los stats.
desde que empecé a escribir este post he mirado las 60 primeras páginas de flickr de max capacity (unas 1080 imágenes), un artista del atari, del bending, del noise y de otras bellezas análogo-digitales para formato escritorio. su flickr me llevó a su twitter. a partir de allà he visto unos 15 twitters más. también dos documentales sobre los movimientos estudiantiles en chile, tres reportajes de la televisión, 2 soundclouds, 6 noticias de radio, un streaming, 5 blogs, 8 webs. después de tan arduo trabajo, me siento hasta cansada. me da la sensación de llevar horas generando capital simbólico a partir del engordamiento de stats ajenos. los stats nunca pueden ser autoproducidos, porque si lo son, no valen).
cansada y dispersa, me niego a dormir sin terminar un experimento: usar exclusivamente los términos de búsqueda de este blog en los últimos 7 dÃas para escribir algo (supongo que no será más que una poesÃa guarra, ya se ve quiénes llegan al blog, ni siquiera usan acentos…).
durante los últimos 7 dÃas, además de no actualizar esta página, estuve con la regla.
¿si quiero darle los papeles a mi novio?
glosario de violencia
relatos feminizado con cuernos / putas metiéndose artefactos en el coño / toalla higienica manchada.
cindy sherman sin maquillaje / toalla higienica manchada / papa (o patata) incrustada en la vagina.
la condesa / buscando mi chochito / soy chuquisaqueña por la locura soy / experiencias en el cuarto oscuro / videos robados insertando objetos a mujer.
mito: llamar lucy a sexoservidoras / hemisferios cruzados / repression chilean dictatorship / que es congestion cerebral / masturbacion grupal / masturbandose en la intimidad / tatuajes en el ojete de mujer / niñas / xcode.
annie & beth
es difÃcil ordenar el conocimiento, es difÃcil en internet y en la cama. es difÃcil creer que está toda la experiencia horizontal, porque está ramificada, mezclada con otros eventos. está la lengua partida y no se sabe si por hablar, fumar o por lo de entremedio. está la verruga languidecida, pero está contenta, algo se vuelve a activar aunque esté muerto. el entusiasmo (tras la sospecha de su caducidad) emerge y vuelve a la pereza ontológica, es un baile en realidad, una vigilia, un mal sueño.
y querÃa hablar de annie y beth. y me han dejado con un enorme globo de amor pegado a la boca, un tapón energético. pienso en ellas, en annie chupando un melocotón, dejando caer las gotas por su cuello (mi inglés de indÃgena, fuck!) no puedo decirle que es la anciana (la mujer, la puta, la abuela) más sexy que he conocido en mi vida. chorrea el durazno y beth me dice que escriba toda mi rabia, que puede verla, que puede ver el libro que la contiene. y yo le digo que odio a los yankees, que no soporto todo esto en lo que estamos metidas. thank god que no somos normales, emergen diosas de la barrita energética, y son mi desert mistress, mi guÃa espÃrito-carnal.
yo quiero ser asà a los 57. yo quiero ser una puta profesora alegre. no quiero tener un perro. pero quiero energÃa, y como si fuera el sueño de tesla nos damos las manos y cerramos los ojos hasta sentir el calentón que da el roce de vientecito. a los 57, ahora y siempre. la ecosexualidad es un asunto de sentido común, y aún asà es freaky.
annie tiene dos tetas del tamaño de dos sandÃas. beth tiene una risa fuerte como un trueno amable. después de ver dirty sexecology volvà a casa con 50 litros de tierra y transplanté casi todas las plantas de mi balcón.
después del taller de ecosex comencé a sentir mejor el viento y a asimilar la frase de annie (cuya estructura gramatical me es imposible reproducir) sobre la idea de que cada unx obtiene el placer que desea tener. he pensado tatuármela. grabármela en la piel para no olvidarlo. grabármelo para que el texto se transforme lentamente en placer, que se funda con mi sudor tan abundante. lubricar el texto inscrito en mi carne.
no tengo fotos con ellas. en algún momento lo pensé, pero creo que otra vez la presencia se impuso al documento. ¿para qué documentar cosas vivas, matarlas con un click? además mi cámara es la que está en realidad muerta, y ellas muy vivas, en extremo, más que cualquier buen consejo u observación cándida. y dulces, como las galletas de chocolate que devoraban. y luego annie se abrió de piernas, se metió el espéculo y nos invitó en su calidad de abuela a urgar en su interior. luego comienzo a olvidar algunas partes de su aparición. o se me cruzan los cables porque tanta dulzura se contamina también con malos jugos, viajes demasiado concretos, resultados amargos (indescriptiblemente amargos) llenos de lágrimas y de deseos de fin. una noche nos leyeron el tarot y me dijeron que me agotaba (ya lo sabÃa).
y ya se fueron hace un rato. no he tenido calma para publicar este post. he pasado por una visita familiar, unas jornadas en galicia y ahora el comienzo de un summerlab. quien quiera colaborar con este proyecto que nace estos dÃas, será bienvenido: GLOSSA, significa lengua en griego.
en la senda de santa diotima/butler (cuán fácil me enamoro de un cerebro)
hoy hice una pausa ecosexual (ya haré un informe completo de la despampanante visita de annie y beth, su amor y energÃa).
hoy me leyeron el i-ching y busqué más consejos espirituales con adriana cavarero y judith butler. de las divagaciones de la primera rescato la gestualidad inclinada, inclinaciones múltiples y quizás más que geométricas, cruzadas por la fÃsica cuántica (como dijo la butler). porque yo no soy madre, sino una mutación. soy una mujer barbuda y abortista, incluso vulnerable por la inclinación hacia mi propia especie torcida. vivo en la ambivalencia de las relaciones diagonales, en el magma de la precariedad compartida. me puse a transpirar cuando se sacó la chaqueta, porque habÃa imaginado que todas las notas que tomaba las escribÃa sobre mi espalda. su sonrisa es mi sueldo, quise decirle. y no pude dejar de pensar durante las dos horas de conferencia que a la butler me la follarÃa sin tregua sobre la misma mesa donde apoyaba sus manitas frágiles que sostenÃan su cabeza bendita por mi rotundo amor platónico.
relato CyberPunk
con minipimer.tv estamos iniciando un nuevo proyecto. se trata de una narración colectiva. para quienes estéis interesados en participar del proceso, hago el anuncio, están las instrucciones aquÃ.
hace 3 dÃas tuve un sueño extraño que intenté transcribir, según sugerencia de oskar, adaptándolo a la historia. lo pego abajo.
la escena se compone al interior de un centro recreativo 2.0. una especie de discoteca, con luces de colores en medio de relativa oscuridad, un sitio de swingers, desadaptados, ansiosos de sexo o mera interacción. interacción uno a uno. estos centros, que aparecieron por primera vez en europa, se fueron extendiendo como hongos y malas copias por el resto del mundo. ahora lo llenan todo, los hay más sofisticados y más artesanales. los asistentes son honestos y se mezclan allÃ, más que en un supermercado. más que en un parque, en un banco o en la calle. las perversas y los sádicos, las hermafroditas y los frÃgidos, el que no tiene que comer y el que está gordo como un pez, la vaca, la perra, la zorra. no hay dress code, sólo leds (la mayorÃa rojos y violáceos). no hay barra, sino largos tubos que cuelgan de los muros donde las ansiosas y los interactivos liban cócteles humeantes. hay música que sale de los poros de algunas perversas que han dejado de desear. ellas sólo sacan música, son los altavoces del lugar. cuando algún indignado aparece, se sienten conformes con lamerles los pies. ellas entonan un ritmo más agudo, o más acelerado, pero sólo como reflejo, como repetición. cuando en el pasado a los altavoces les llamaban cajas, se referÃan a ellas, que serÃan su próxima mutación. este sitio no tiene dueño. es un residuo urbano que han ocupado, no se sabe quién, y que nunca será desalojado. las fuerzas del orden han desistido de este tipo de lugares porque después de severos litigios se han dado cuenta que allà sólo van los perdedores (aunque a veces, y aunque ellos no lo sepan, se cuele más de algún disidente, disidente incluso de ser un paria***esto merece explicación, de cómo se ha producido una disidencia que se va superponiendo en capas hasta pervertir totalmente el orden jerárquico que puede tener cualquier valoración). la escena, entonces, se compone al interior de este recinto. el exterior no lo vemos aún, aunque probablemente se halle en el subsuelo.
en la escena una mujer de generosas carnes yace en una especie de camilla a ras de suelo. está perpetuando una interacción con un hombre joven, patéticamente normal. la mujer, desnuda, centra su actividad en la escritura sobre su cuerpo a través de su mano derecha que desplaza hábilmente y con cierta cadencia por los botones que se distribuyen aleatoriamente en torno al tronco, pechos, barriga, coño y culo. los botones son letras. el hombre está en cuclillas mirándole lascivo. ella escribe algo que no se alcanza a percibir. sus dedos se clavan profundamente en los botones, su cuerpo es mórbido y de color anaranjado (el filtro de saturación al máximo, luz roja, tono verdoso en los bordes de los botones). la mujer escribe lento, pero construye frases que por algunos de los poros de las perversas huecas intentan salir, aunque se ahoguen con alcohol. el hombre es muy simple, ella repite tranquilamente un manifiesto personal, no tiene prisa, se retuerce como un gato en celo, y él no acaba de entender todo sino como una oportunidad de interacción.
cuando ella ha acabado de decir lo que querÃa, de decirle a él lo que querÃa, de explicarle por qué la relación es imposible (porque ni siquiera sabe leer lo que ha escrito sobre sà misma), con el dedo Ãndice y el pulgar dibuja una sonrisa blasfema con su ombligo. lo abre para dejar salir los labios una lengua y una dentadura salvaje que da tres carcajadas muy ruidosas. el hombre se desmaya. fin de la escena.
animaros!