otro 8 de marzo más, llevo 30.
el de ayer, en un chile post-cataclismo, tuvo que adaptarse a las circunstancias, convertirse en un acto solidario, un depósito de toallas higiénicas, champú, desodorante, y todo lo que es necesario para ser una mujer higiénica. yo me puse la misma camiseta que vestà cada 8 de marzo entre los 9 y 24 años, una con la cara de la venus (hoy deformada por el inevitable par de tetas que me salieron como a los 15) de boticcelli impresa en tinta violeta por unas feminista brasileras, por puro romanticismo.
este 8 de marzo creo que fue un poco especial. desde la mañana que los saludos comenzaron a parecerme un poco extraños. sin duda son las malas influencias, me dije, pero me costó varias horas, unas 12, poder decir tranquilamente feliz dÃa a alguien. lo dije con tranquilidad, o me tranquilicé al decirlo, cuando me encontré con cristeva, un bio-hombre retirado.
nos reunimos con la cuds para planificar qué se harÃa después de haber tenido que abortar, por culpa del terremoto, la hermosa acción bicentenaria que tenÃamos planificada para ese dÃa. la reunión comenzó con la lectura de jorge de una fotocopia que contenÃa una crÃtica a la butler por dejar en el olvido a «la mujer real» o algo asÃ, una idea tan fértil como la del feminismo sin mujeres que no tardó en aparecer y que me llevó a brindar durante el resto de la noche por ella. la reunión estuvo llena de temas estimulantes, planificaciones futuras y anécdotas memorables (imposible no consignar el paso de panchiba hacia lo que es el estilismo masculino, y todo su activismo cotidiano). todo eso bien rodeado por mis yeguas del alma, y la familia feminista.
fue un 8 de marzo suave, como todo lo que viene después de la catástrofe, y sobre todo con una distancia (probablemente crÃtica) que me impedÃa reconocer este dÃa como mÃo, como el dÃa en que se reivindicaba algún derecho especialmente. en realidad creo que todos los dÃas son mÃos, que me puedo engullir un par de meses tranquilamente, y unos años con gusto y no por ser mujer o no serlo. a mà me criaron libre para decidir qué querÃa ser, (por eso cuando tenÃa 6 años y quise ser presidenta de chile mi mamá me dijo que era una excelente idea y que tenÃa capacidades para el cargo. pude retractarme a tiempo…) y cómo querÃa hacer, sin necesidad incluso de pensármelo demasiado. a mà me molesta mucho que me digan lo que puedo, debo o tengo que hacer. me molesta también que digan cómo o lo que soy o qué significa eso que soy. por eso ahora mismo estoy media mosqueada, pero es asunto de otro saco y de otras latitudes.
lo de los billetes es otra cosa. y como era el 8 de marzo, aquà va la publicación nueva (La Mistral) en la sección de efÃmeros de mi web. (para quienes no estéis al tanto de la contingencia, el link de la cuds puede daros luces). invitando a todxs a hacer lo suyo, si no tenemos dinero al menos dejémoslo meado como si fuésemos perros. feliz 8 de marzo ¡viva el mal! ¡viva el capital!
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