hoy hice una pausa ecosexual (ya haré un informe completo de la despampanante visita de annie y beth, su amor y energÃa).
hoy me leyeron el i-ching y busqué más consejos espirituales con adriana cavarero y judith butler. de las divagaciones de la primera rescato la gestualidad inclinada, inclinaciones múltiples y quizás más que geométricas, cruzadas por la fÃsica cuántica (como dijo la butler). porque yo no soy madre, sino una mutación. soy una mujer barbuda y abortista, incluso vulnerable por la inclinación hacia mi propia especie torcida. vivo en la ambivalencia de las relaciones diagonales, en el magma de la precariedad compartida. me puse a transpirar cuando se sacó la chaqueta, porque habÃa imaginado que todas las notas que tomaba las escribÃa sobre mi espalda. su sonrisa es mi sueldo, quise decirle. y no pude dejar de pensar durante las dos horas de conferencia que a la butler me la follarÃa sin tregua sobre la misma mesa donde apoyaba sus manitas frágiles que sostenÃan su cabeza bendita por mi rotundo amor platónico.